Según John Ehrlichman, quien fue el cerebro detrás del Watergate, así como el asistente de Richard Nixon, el entonces presidente creó la famosa (y todavía existente) guerra contra las drogas en 1971 para frenar las dos grandes amenazas de esa administración: la gente negra y los izquierdistas en contra de la guerra.
La descarada frase salió a la luz en la edición de abril de la revista Harper, escrita por Dan Baum, y publicada en línea el pasado martes 22 de marzo. El reportero recuerda una entrevista de 1994 en la que Ehrlichman explica claramente todo.
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“La campaña de Nixon en 1968, y la administración de Nixon después de eso, tenía dos enemigos: la izquierda que estaba contra la guerra y los negros. ¿Entiendes lo que digo?”, dijo Ehrlichman a Baum. “Sabíamos que no podíamos hacer ilegal el estar contra la guerra o lo negros, pero al lograr que el público asociara a los hippies con la marihuana y a los negros con la heroína, y luego criminalizar ambas cosas con fuerza, podríamos separar esas comunidades. Podríamos arrestar a sus líderes, hacer redadas en sus hogares, desmantelar sus reuniones, y antagonizarlos noche tras noche en las noticias. ¿Que si sabíamos que estábamos mintiendo sobre las drogas? Claro que sí”.
Las palabras de Ehrlichman sirven como prueba adicional de la idea ya establecida del presidente Nixon como racista (tampoco era fanático de los judíos). Pero las palabras también sirven como una reflexión frente a los reformistas determinados a capitalizar la conciencia emergente de cómo las leyes de drogas apuntan al encarcelamiento masivo más que a proteger la seguridad civil.
Cuando el Huffington Post le preguntó a Baum por qué Ehrlichman admitiría todo esto 30 años después de los hechos, el periodista respondió: “Normalmente las personas quieren liberarse de sus cargas, una vez que ya no tienen sus cartas en la mesa”.