*Fotos por Jorge Gallardo.
El mundo se está yendo a la mierda cada vez más y todos lo estamos notando. En las ciudades las ollas de corrupción de las personas que nos deberían estar protegiendo se destapan cada quince días, y en el campo el abandono del gobierno sigue siendo tan evidente como siempre. Y nada pasa. Todo esto sin contar que existe la posibilidad de que un tipo como Donald Trump sea el hombre más poderoso del mundo -tanto política como económicamente- y los grupos extremistas islámicos están masacrando gente inocente y subiendo los videos a Internet sin que les tiemble la mano. Delirio total.
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Desde su casa en los Estados Unidos, Anti-Flag lleva 28 años tratando de concientizar con canciones a la gente de todos los atropellos de su gobierno y, aunque su sonido no sea tan podrido como se esperaría de una banda de punk y se parezca más a un Blink-182 bien emputado, son firmes activistas en contra de la guerra, el imperialismo y los atropellos contra los derechos humanos. Antes de que se pararan frente a la furiosa multitud del Rock & Shout el pasado 9 de septiembre, nos sentamos con su bajista Chris # 2 para hablar sobre guerra, paz, Donald Trump y su búsqueda por el verdadero punk sudaca.
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Noisey: Ustedes llevan activos desde principios de los noventa y, a pesar de que han pasado por Latinoamérica y especialmente por Brasil y México, nunca habían puesto un pie en Colombia. ¿Qué tuvo que pasar para que por fin vinieran?
Chris # 2: La verdad solamente estábamos esperando a que la milicia estadounidense brindara suficientes armas para matar a la gente necesaria y que fuera seguro para nosotros jajaja. Honestamente no se porqué no habíamos venido. Y no es que nos diera miedo o algo así. El año pasado estuvimos en Rusia y Ucrania mientras que el conflicto entre esas naciones estaba todavía muy álgido. En definitiva no hay muchas cosas que dicten las fechas de nuestras giras distinto a que nos inviten a un sitio. Que nuestra primera vez en Bogotá sea con los Dead Kennedys está muy cool.
Anti-Flag siempre ha estado firme con las causas políticas, y una de sus banderas es el rechazo hacia la guerra y la ocupación americana a ciertos países. En este momento en Colombia estamos a punto de firmar un acuerdo de paz con una guerrilla que lleva más de 50 años activa en el país. ¿Has escuchado de eso?
Es muy dificil para nosotros como americanos tener un entendimiento de todo el conflicto. En nuestro país, nadie quiere hablar de lo que está pasando con el Plan Colombia que los Estados Unidos ha estado implementando en los últimos años. Nosotros no somos ingenuos en el hecho de que el armamento es un negocio gigante y eso es finalmente lo que ellos están haciendo, vender armas sin importar nada. De hecho la guerra contra las drogas también es una excusa para vender armas.
Los medios de nuestro país se cierran mucho con la información y es difícil saber lo que está sucediendo realmente con el tema de los acuerdos de paz entre las Farc y el gobierno colombiano. Una de las cosas que me emociona de estar acá es poder hablar con personas que creen en el acuerdo y escuchar a los que estén escépticos al respecto. Conocer la perspectiva de los que piensan que es un circo mediático y de los que están realmente emocionadas con lo que se pueda lograr. Me he acercado a ambos lados y así he podido empaparme un poco del tema.
Claro que es complicado que tengan una posición al respecto, pero en cierta medida es un paso adelante para acabar con un conflicto que ha dejado muchos muertos.
Todo el tema me ha hecho reflexionar mucho, pero como cuatro punkeros gringos de mierda, nuestro rol no es venir acá y decir si creemos en ese acuerdo o no. ¿A quién le importa un culo lo que tengamos que decir? Lo que sí te puedo decir es que viajando me he encontrado con gente que se siente igual que yo acerca del mundo. Les interesan cosas más allá de ellos mismos, sienten empatía y creen que botar bombas no es una solución para los problemas que hay. No importa si estamos en Kiev, en Moscú, en Sao Paulo o en Bogotá, siempre se encuentran esos grupos de personas que me hacen volver a tener fe en la humanidad.
¿Cual es tu posición frente a la disputa política que se está viviendo en los Estados Unidos?
En ese tema tengo dos ideas en conflicto. La primera es que ni por el putas Trump va a ganar y nadie cuerdo votaría por él. Y la segunda es que nunca pensé que un tipo como George Bush pudiera ser reelegido y me acuerdo que en el 2004 tampoco encontraba a nadie que fuera a votar de nuevo por él, e igual pasó. Lo que hemos aprendido de todo esto es que los presidentes no están ahí para escribir nuestra propia historia y por eso ya no me siento preocupado, puede pasar lo que sea.
Aun así estoy consciente de que los artistas tenemos un micrófono y le hablamos a mucha gente, así que en lugares como Sudamérica es importante hablar sobre brutalidad policial porque es algo que también sufrimos en Estados Unidos. Es como decirle a la gente: “sabemos que estas cosas están pasando en su vida y los apoyamos. También queremos que sepan lo que nos está pasando a nosotros”. La comunidad punk rock siempre ha tenido muy presente ese tipo de relaciones.
Una de sus canciones con un contenido político más ligado a Sudamérica es “1 Trillion Dollars” y en el video hacen una crítica acerca de cómo los Estados Unidos invierten dinero en otros países por sus propios intereses. ¿Cómo te sientes con esa situación hoy en día?
Cuando escribimos esa canción en el 2006, estábamos pensando en el hecho de que alrededor del mundo, el gasto sumado de todas las naciones militarizadas era de un trillón de dólares. Ahora, en el 2016, únicamente los Estados Unidos se gasta ese trillón de dólares. Es algo que solamente va para arriba y como tu bien dices, ese dinero que gastan en Sudamérica y en el Medio Oriente es para proteger sus propios intereses en recursos naturales que logran metiendo bases militares en todos estos lugares. Es horrible y realmente nos afecta en casa.
Mucha gente nos pregunta sobre el significado de Anti-Flag y la idea real detrás de todo es ser anti guerra. Es poner el nacionalismo a un lado y entender que no es un país enfrentando al otro sino seres humanos matándose, pobres contra pobres. Para nosotros, luchar contra el militarismo comienza con pararse en contra del reclutamiento armado, el nacionalismo y así ser anti guerra. Ese es el mensaje real de la banda.
A pesar de que el punk es un género que se gestó de manera independiente en lugares pequeños y sudorosos como CBGB, hoy están acá, tocando en un escenario grande junto a otros nombres importantes. ¿Crees que en pleno 2016 todavía se mantiene la esencia del género?
La única verdad es que Anti-Flag, tocando con los Dead Kennedys y The Offspring en un escenario grande, no es algo que vaya a cambiar el mundo. Estamos aquí para que la gente se interese más por el punk rock y luego nos vaya a ver en otro escenario un poco más íntimo. De nuevo, no somos ingenuos y sabemos que hay marcas grandes ahí afuera patrocinando el evento, pero como banda desde hace rato nos pusimos la meta de trabajar por llegarle a la mayor cantidad de gente posible. Algunas personas piensan que si uno firma con una disquera o se presenta en cierto lugar es para difundir su mensaje, pero no siempre al público le importa el mensaje, puede que solo vengan a tomarse unas cervezas y enfiestarse.
¿Anti-Flag está relacionado de alguna manera con la escena punk sudamericana?, ¿hay alguna banda que les interese?
Ha sido complicado porque es muy difícil para nosotros llegar hasta acá. La producción de los conciertos es demasiado cara y siento que, en cierto sentido, por eso no hemos podido conectarnos con la verdadera escena punk sudamericana. Para poder hacerlo, nuestros shows tendrían que ser gratis. Hace poco nos presentamos gratis en México y sin duda es lo más cerca que me he sentido a estar conectado con la escena real. La gente estaba loca y se sabía cada puta palabra de cada canción.
Eso está bueno, pero casi siempre tenemos que aliarnos con alguna compañía de zapatos o algo así para costear los viajes y es complicado. Es decir, hacemos lo mejor que podemos para sacarle el mayor jugo posible a estas giras, pero no siempre es posible. Realmente me hace sentir mal y en un momento la gente nos podrá decir que nos vayamos a la mierda, pero si estoy seguro de que hacemos lo mejor que podemos para llegarles a todos.