Ahora ya todos son ravers. “La música con guitarras está muerta”, diría tu papá. Ahora todo es beats. Ese futuro de las películas noventeras, en el que todos amaban el techno y tenían cabello verde neón, ya nos alcanzó.
Pero aunque muchos salimos de rave, la gran mayoría no lo hace bien. Ya sean las drogas, la alegría, los baños comunitarios o la presión de no vernos como idiotas, a menudo terminamos viéndonos como justamente eso. Contemplamos al DJ, alzamos los brazos, besamos europeas y gastamos todo nuestro sueldo en chupe y drogas que vomitaremos más tarde.
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Es por eso que te traemos una especie de Raves para dummies: una manual de autoayuda para quienes no pueden lidiar con pedas de una semana. Tal vez decirle a alguien cómo comportarse en un evento supuestamente hedonista sea un poco fascista de nuestra parte, pero simplemente ve este video y entenderás por qué esta nueva generación de ravers necesita tutoría urgente.
PONTE GUAPO/A
Esto es clave. Verse bien es fundamental en la cultura juvenil; sin embargo, éste no es el caso cuando la moda son shorts y playeras con palabras como “YOLO” o “THUG LIFE”. Recuerda que este sentido de pertenencia estética es sobre el que se han construido todos los grandes movimientos culturales.
Sólo que ahora ya no. Algunos todavía hacen su mejor esfuerzo, pero en serio, ¿qué tanto tiempo puedes pasar acomodándote tu gorra de YOLO? No eres Michael Alig o Sting en Quadrophenia; simplemente eres uno de esos güeyes que van cada semana a que les rehagan su corte fade. Aquellos días en los que la gente que se peinaba con clara de huevo, que planchaban sus chamarras de mohair o que se ponían pintura azul en la cabeza ya fueron.
La moda de los clubs modernos es cómoda y utilitaria: se puede lavar en lavadora y no es motivo para que tu familia te critique. Claro que sería genial que alguien lo mejorara un poquito, ¿pero cómo? La gente que va a clubs a disfrutar repetitivos beats tiene una penosa historia de rastas oxigenadas y calentadores afelpados fosforecentes; si la moda tuviera una Haya, todos los asistentes al EDC tendrían que ser sometidos a juicio por crímenes de guerra. Entonces tal vez sea mejor mantenerlo casual.
DEALERS
No quería ser yo quien te lo dijera, pero todos son unos malditos. Ya todos vieron que si te dan cosas de mala calidad sus ganancias no disminuyen, especialmente cuando los clientes sólo compran drogas cuando están borrrachos, por lo que no les importa gastar mil pesos en una mezcla de ácido bórico, levamisol y una mínima dosis de lo que sea que querían en realidad.
Es por esto que la actitud del momento parece ser: elige tu veneno y si no funciona, métete más. En algún momento te pegará. Podría ser algo bueno o muy, muy malo. Sólo no vayas a creer que Rico, Tango, o cualquier nombre estúpido con el que tu dealer se haga llamar es tu amigo o que tú o tus órganos vitales le importan. Más bien él piensa que eres un idiota y seguramente estará burlándose de ti en cuanto le des la espalda.
ETIQUETA BÁSICA EN LA VÍA PÚBLICA
Tendrás que regresar a casa, a cualquier asquerosidad de la que seas el orgulloso dueño. No estás en Ibiza. No todos viven para la fiesta. En estos tiempos, una persona pasándosela increíble se considera una falta de respeto. No hay una sola razón para que creas que tus compañeros pasajeros (o tu chofer de taxi) solidarizan con tu noche loca. Ellos tienen sus trabajos, hijos, esposas, vidas —y aceptémoslo: si andas todo el tiempo de rave, seguramente tú no tienes nada de eso—. Esto no es nada malo en sí, pero sí lo es cuando haces que todo el mundo se entere.
No hay ninguna razón para alardear sobre tu noche y mucho menos para contárselo a un extraño. Si alguien rompiera estas reglas cuando tú vas de vuelta a casa tras un largo y tedioso día o a cuidar a tu enfermizo hijo, seguramente también los odiarías a muerte.
CADENEROS
A menos que seas Prince, tendrás que lidiar con ellos. Mantén la calma, respira y no te hagas el malo cuando revisan tus cosas.
COVERS Y LISTAS DE INVITADOS
Gracias a que no estamos en Moscú —donde salir un viernes en la noche es básicamente encontrarte atrapado en un sistema de castas de los clubes— o en Berlín —donde a los cadeneros se les enseña a simplemente gritarte “¡NO!” en la cara una y otra vez—, salir de rave es una experiencia bastante democrática.
Estás en la lista, OK. Además estás roto y sólo quieres pasarla bien, pero entrar gratis a los clubs sin verte como idiota es todo un arte. Si el lugar lo dirige una entidad desconocida, entonces hazte como que eres tú. O mándales un mail unos días antes y di que tienes un blog; esto funciona más seguido de lo que creerías. Mereces tomar ventaja de las ilusiones de grandeza que los clubs quieren tener, así que aliméntate de ellas.
Pero si el cover es de menos de 100 pesos, no te hagas güey. Si te caga dar un billete de 100 pero casi siempre pasas toda la noche pidiendo una coca de 60 pesos, estás muy mal. Mientras menor sea el cover, la noche será mucho menos genial en este tipo de mini clubs que apenas cubren tus exigencias de EDM y más tiempo pasarás en casa viendo Sixteen and Pregnant.
EN EL BAR
No les invites tragos a tus amigos cuando estés borracho. No pidas rondas para todos. No metas al personal del bar en tus conversaciones. No pidas algo que no tienen. Éste es un club, no una cervecería artesanal. Sólo espera pacientemente, ordena rápido y trata de no escupirle al cajero cuando olvide tu cambio “sin querer”.
LA COCA ESTÁ SOBREVALUADA
No sé por qué alguien menor de 30 se metería coca. La mayoría apenas ganamos lo suficiente para sobrevivir y estamos metiéndonos tanta que incluso ya es parte de nuestra agua potable. Además no es algo típico de los clubs como las tachas o el ácido. El 90 por ciento del tiempo que estés en el rave lo pasarás buscando, recolectando, repartiendo, pidiendo y hablando de coca. Luego, si todavía queda, los afters se convertirán en juntas de mamás con bigotes blancos en los que se supone que te estés cagando de risa. Ah, y siempre estará el imbécil que se echa toda la que quedaba.
PERO LA KETAMINA ES MUCHO PEOR
La única droga fiestera peor que la coca es la ketamina. La ketamina es el primo sociópata de la mota: un bastardo que no perdona y que no tiene ningún beneficio de los que la familia goza. No te da hambre, no te hace feliz, no te da sueño, no te da ganas de nada: sólo te provoca una especie de parálisis que sólo te permite sentir un hilo de pipí hirviendo una vez que tengas la suficiente fuerza como para empezar a beber de nuevo.
Esta necesidad de ingerir tranquilizantes para animales en situaciones sociales es uno de los más grandes misterios de la vida, pero por alguna razón ésta pasó de ser la sustancia oficial de los dubsteperos —con quienes no había problema gracias a su aguda falta de movimiento— a ser la droga preferida de los amantes del house.
Además, en cuanto a lesiones derivadas de raves, definitivamente la más vergonzosa es ir al hospital a que te amputen la vejiga.
EN LA PISTA
Deja de contemplar a los DJs. Sin importar desde qué punto los veas o cuán implacable sea tu mirada, siempre van a verse como personas inclinadas sobre madres electrónicas.
GUARDA TU PINCHE CELULAR
Fiestear debería ser sagrado. Algo que te sumerge, te cambia la vida y totalmente lo opuesto a algo que se pueda documentar y compartir. Entonces no lo grabes.
En el Watergate de Berlín hay un maldito héroe cuyo papel es confiscarle los celulares a quienes toman fotos, buscan las canciones en Shazam, o ambas. “Puedes recoger tu celular al salir o puedes irte con él”, le he escuchado más de una vez. Es brutal: la eficiencia germana nunca había sido tan atractiva.
Si en serio necesitas una foto tuya en un antro, simplemente ve a uno de esos antros fresas donde le toman fotos a los más bonitos para hacerse promoción. Se estima que el 10 por ciento de todas las fotos tomadas en la historia de la humanidad se tomaron tan sólo en 2012 y que el 10 por ciento de ésas eran de ti enojado.
LOS INTENSOS
Ahhh… Siempre habrá una bola de idiotas que quieren hacer del clubcito el EDC del año; es una de esas partes más tristes de la vida nocturna y una que simplemente deberás permitir. Si lo hicieran en un bar, en la parada del camión o en una boda familiar tendrías todo el derecho de callarlos, pero los clubs están atascados y francamente ser ojete con otros simplemente porque la están pasando mejor que tú apesta. A menos que sea este siguiente grupo, claro…
LOS DE “UNA VEZ AL AÑO NO HACE DAÑO”
Esas personas que van de rave una vez al año. Los guerreros de fin de semana, los rezagados, los civiles con lentes de sol bailando todas esas coreografías tipo aerobics de los noventa.
No les des nada de tu tiempo ni espacio. Sólo hay una forma de que entiendan: con hostilidad pura. Éste ya no es el Summer of Love; la música electrónica ahora es básicamente la única y tendrás que luchar por tu territorio. Los clubs necesitan volver a ganar exclusividad o de otra forma bien podrían ser cualquier otro festival de una estación de radio.
VIEJITOS ESPACIALES
Son viejos y se echan unos pasitos tipo Tai Chi, se quedan viendo al cielo y usan chanclas y playeras con gráficos de ecualizadores, pero no dejes que te molesten. Dales su espacio, déjalos ser y ten algo de respeto por un veterano del rave. Obviamente no te mearías en un monumento, entonces no tienes por qué tomarte fotos con estos adorables veteranos.
ÁREAS DE FUMAR
Antes tenían cuartos para relajarte; ahora tienen esto. Dale cigarros a la gente, pero no les pidas muchos. Fuma mota, pero no seas muy obvio.
La gente que se te quiere pegar es la peor. Esto no es un concierto de Grateful Dead. No hay razón para que dejes que un extraño le dé un toque a tu porrito. ¿O qué tú irías con alguien de adentro y le pedirías un traguito de su chupe? ¿Le pedirías a un extraño que te deje fumar su cigarro? Es lo mismo. Las personas que sólo quieren una chupadita son de esos de “una vez al año no hace daño” (ver “Los de ‘una vez al año no hace daño’”).
ELIGE TU AFTER CON SABIDURÍA
Hay dos tipos de afters: al que va el DJ y al que van los ravers. Si puedes, trata de ir al que va el DJ, ya que allá habrá más alcohol y drogas (las chicas podrán lograr esto con más facilidad, pero recuerden: no tienen que cogerse a ese arrugado productor sueco si no quieren).
Si no te llama el derroche intimidante del cuarto de hotel del DJ, ¿entonces por qué no mejor ir al depa de alguien de tu ciudad? Se pondrá bueno, ¿no? Seguramente no estará lleno de gente jugando Monopoly, ¿o sí? Mierda. Claro que lo estará.
Tu mejor opción para el after depende de cómo te prepares de antemano. No te metas todas las drogas, no te gastes todo tu dinero, deja algunas reservas antes de que acabe el rave y simplemente dirígete a casa del amigo que tenga las mejores bocinas. Así no tendrás que lidiar con toda esa gente que quiere impresionar/cogerse al DJ y tampoco tendrás que lidiar con un grupo de extraños que actúan como idiotas.
SABER CUÁNDO PARAR
No hay nada mejor que salir en la noche. Y no hay nada peor que quedarse afuera demasiado tiempo. Puedes hacerlo muy de vez en cuando (pero en serio, muy de vez en cuando). Como tal vez dos veces en tu vida. En general terminas con una botella de algo que nunca quisiste beber y esperando a que la lluvia limpie todos tus pecados.
Lo bueno de las noches es que son infinitas. Tus veintes no morirán sólo porque no hayan puesto buenas rolas en el club o porque no te hayas echado a alguien o porque la vibra no sea la mejor. Usa tus sentidos, minimiza las pérdidas y mejora para la próxima.
LA CRUDA
En realidad no hay gran consejo para esto. ¿Tal vez ver tele o dormir mucho? Supongo que deberías evitar a tus padres. Hagas lo que hagas, es mejor hacerlo con alguien más.
Para serte franco, no hay forma de evitarlo: le pediste mucho a tu cuerpo y ahora necesita tranquilidad. Verdadera tranquilidad. No hay cantidad de Valium o tocino que logre evitar que te sientas como el vuelo 370 de Malaysia Airlines.
Sólo recuérdate a ti mismo que todo lo que estás sintiendo es tu culpa. No de Rico ni de Tango. No de tus amigos que te incitaron, ni del promotor, ni del DJ: TUYA. Tan sólo tuya. Aceptarlo te brinda cierta pena y confort y te hará ver tu cruda en sus propios términos, en lugar de verla como parte de tu narrativa de mierda sobre tus “ganas de hacer algo nuevo”. Sólo pasa por el oscuro túnel hasta llegar a la luz. Sé un adulto y responsabilízate de tus acciones.