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La tragedia de la cacería de brujas en Camboya

Sek Loeung, la viuda de Hem Ty, rompe en llanto. Todas las fotografías por Jens Welding Øllgaard.

Cuando el curandero de 83 años de edad, Hem Ty, asistió a un funeral de una joven de 17 años de edad, en la provincia de Kompong Thom, comenzaron los rumores de que había lanzado hechizos a los locales de la aldea. Incluso comenzaron a sospechar que él era responsable de la muerte de la adolescente.

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“El padre de la víctima me dijo que el hombre vino al funeral y levantó la sábana que cubría el cuerpo de la joven y le tocó el pie”, nos dijo Hun Soeun, el jefe de la policía en la comuna rural Doung del distrito de Prasat Balaing en Camboya. “Es por eso que lo acusan de ser un brujo”.

Un perro a mitad del camino que atraviesa la comuna de Doung.

Los aldeanos pensaban diferente sobre por qué Hem Ty le había tocado los pies a la joven fallecida. Algunos creían que simplemente la estaba revisando para confirmar que estaba muerta. Después de todo, él había sido un miembro muy respetado de la comunidad, dijo Sek Loeung, su viuda de 69 años de edad.

Hem Ty comenzó a practicar medicina tradicional a los 24 años, mientras vivía como monje en una pagoda cercana. Después de dejar el monacato, se casó con Loeung y tuvo diez hijos. Además de dedicarse a la agricultura, hacía décadas que recibía un flujo constante de pacientes que lo visitaban por diferentes enfermedades.

Sek Loeung en su casa.

“Él trataba a los niños que lloraban en la noche. Ponía agua en su boca y luego la rociaba en su cara para bendecirlos”, explicó Loeung el mes pasado desde su choza. “También, con la corteza de un árbol hacía medicamento para las mujeres que acababan de dar a luz. Él creía que cuando se tomaban eso, se eliminaba la sangre mala del cuerpo de la mujer”.

A pesar de esto, otras personas en la comunidad pensaban diferente. Entre esas personas estaban las que sospechaban que Hem Ty le tocó un pie a la joven en un intento por robarle su espíritu. El padre de la joven fallecida ya había decidido que su hija había sido víctima de magia negra dado que los médicos en la ciudad de Siem Reap no pudieron curar su enfermedad, misma que los aldeanos describían como una simple “enfermedad de los huesos”.

Los rumores sobre el comportamiento de Hem Ty en el funeral desataron una cadena de actos de sabotaje contra su familia. Primero, envenenaron al perro de la familia y luego prendieron fuego a un gran arsenal de madera que se utilizarían para construir su nueva casa. Por último, el 4 de noviembre, Hem Ty ya no regresó de su plantación de nuez de la India para la cena.

Ty Luon, hija de Hem Ty, habla con un niño desde adentro de la vieja casa de su padre.

“Después de que no lo pudimos encontrar, pedimos ayuda y otras personas vinieron a ayudarnos”, dijo su hija Ty Luon. “Éramos seis personas buscando alrededor de la plantación”.

Después de casi dos horas, hicieron un macabro hallazgo.

“A las siete de la tarde, aún no lo encontrábamos, así que lanzamos una caña de pescar en el estanque y ésta se enganchó en una camisa; luego la jalamos y apareció su cuerpo. Lo habían golpeado cinco veces en la cabeza con un hacha”, dijo Ty Luon. En ese momento, el oficial de policía tomó fotos del cadáver ensangrentado con su celular.

El caso de Hem Ty es el caso más reciente de una larga lista de personas que han muerto tras ser acusadas de brujería en Camboya. En abril del año pasado, apedrearon a un hombre en Takeo hasta matarlo. Se alegó que había causado la muerte de varias personas de edad avanzada. En julio, tres hombres en Mondolkiri admitieron haber asesinado a un hombre que creían que hacía brujería. Unos días después, un curandero fue decapitado en Kompong Speu.

Retratos del hijo de Hem Ty.

Según Ryun Patterson, periodista y autor de Vanishing Act: A Glimpse Into Cambodia’s World of Magic (Acto de desaparición: una mirada al mundo de la magia de Camboya), la superstición con la que han vivido desde hace mucho tiempo mezclada con la dura vida de tantos camboyanos rurales crea el “clima ideal” para este tipo de asesinatos relacionados con la brujería.

“Al igual que con la cacería de brujas en todo el mundo, esto se remonta a cientos de años atrás, y creo que está ligado con psicología básica. Nuestro cerebro trabaja muy duro para encontrar patrones en las cosas, para encontrar las causas de las cosas que vemos todos los días”, dijo Patterson. “Cuando no podemos ver o conocer la causa, o cuando no podemos cambiar una situación mala, creo que nuestros cerebros buscan conexiones que en realidad podrían no existir”.

Vong Sotheara, un experto en la cultura, epigrafía e historia camboyana piensa que las creencias antiguas alrededor de la magia negra se remontan a hace más de mil años. Pero al igual que Patterson, cree que los asesinatos por brujería se pueden atribuir tanto a factores económicos y políticos como a factores supersticiosos.

“La mayoría de esas personas no tienen mucha educación”, dice. “Cuando no encuentran una solución física o científica, siempre recurren a la magia”.

Un mes después del asesinato de Hem Ty, aún no se ha realizado ningún arresto relacionado con el caso, aunque el jueves el jefe de policía del distrito Chhin Chhum dijo que sus agentes habían identificado a un sospechoso. El jefe de la policía de la comuna Soeun dijo que, en lo personal, no creía en la magia negra ni en la brujería, alegando que él “cree en la ley” y que él se ha esforzado por “educar” a los locales a que eviten señalar a presuntos brujos.

Sek Loeung.

De nuevo en su humilde casa, Loeung, la viuda de Ty, hojeó un pequeño libro de fotografías con imágenes sólo de su marido. “Me preocupa que quien mató a mi marido me pueda atacar a mí también”, dice ella, luchando por contener las lágrimas. “Me duele tanto. No entiendo por qué la gente lo culpaba a él. Mi marido era una buena persona, que nunca quiso hacerle daño a la gente”.