Finalmente llegó ese momento. Esos días en los que los nombres de las leyendas quedarán inmortalizados. Los juegos que todo el mundo verá. El momento de gloria para unos y el momento de decepción absoluta para otros. Dos equipos llegaron y solo uno estará sonriendo en unas semanas. Estamos en esa terrible época en la que aunque se juega la serie más importante del año, no tenemos juegos diario. Y por supuesto, tenemos a los dos mejores equipos que NADIE previó estarían vivos todavía. Una sorpresa absoluta para todo conocedor y fan del deporte. ¿Quién diría que Cleveland y Golden State se volverían a ver las caras en las finales? Pues, la verdad, todos.
LeBron contra Durant, Curry contra Irving, Love contra Thompson y todos contra Green. Tenemos revancha de una de las mejores finales de toda la historia y de la remontada más épica que se ha visto en todos los años de NBA. Los dos equipos vienen de aniquilar a su competencia. Golden State no ha perdido un solo partido y se convirtió en el primer equipo en llegar 12-0 a las finales (otros equipos habían llegado invictos pero en la época en que la primera ronda era a ganar 3 de 5). Los Cavs solo han perdido uno, contra Boston y gracias a una caca de tiro de último segundo. En esta ocasión no hubo sorpresas, no hubo un equipo que sacara la casta, no hubo una lesión que le costara la serie a alguien, en realidad estamos viendo a los dos mejores equipos de la liga frente a frente en lo que será la tercera entrega de una ya rivalidad clásica.
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¿Qué hay en juego para Golden State?
Absolutamente todo.
Son un súper equipo (literal) que tiene que demostrarle al mundo que lo que pasó el año pasado no se va a repetir. Perdieron la ventaja 3-1 y perdieron el séptimo juego en casa contra unos Cavs que traían más huevos y corazón que todos los triples de Curry y Thompson juntos. Llevan un año siendo un meme y la burla de muchos. Ahora llegan completos, por lo pronto, no hay suspensión de Draymond Green y por si fuera poco, firmaron a un “jugadorcillo” ahí llamado Kevin Durant.
Realmente es alarmante lo que Golden State puede hacer. Están jugando un básquet casi perfecto, tienen una profundidad en la banca muy estúpida, o sea, hasta JaVale McGee está jugando bien, no chinguen.
Son una aplanadora que no solo te gana sino que te humilla, te saca el aire, te deja tirado y no te ayuda a levantar mientras sonríen como si estuvieran jugando NBA 2K en la sala de un amigo. Los Warriors tienen que demostrarle al mundo que son capaces de ganarle a LeBron y estos Cavs. Que lo del año pasado no se va a repetir nunca más y que Durant no se fue ahí por el clima.
No olvidemos que el factor de ardidos está presente, perdieron el año pasado y tienen todas las ganas del mundo no solo de ganarle a Cleveland sino de barrerlos y quitarles todo el autoestima que tienen. No va a ser fácil pero sí es posible. Estos Warriors son probablemente el mejor equipo que se ha armado en la última década y aunque sé que Cleveland no llega con miedo, me queda clarísimo que tampoco llegan cantados, sonriendo y agarraditos de la mano.
¿Y los Cavs?
Del otro lado están los Cavs del rey LeBron. Equipo que aunque tiene con qué darle a Golden State, no tiene esa profundidad en la banca ni esa versatilidad en su ofensiva.
Aún así, nada importa.
En serio, porque cualquier argumento en contra de Cleveland se contesta con un “No, porque LeBron…” y ya, gané. James es el mejor jugador que hay y no olvidemos que él solito le ganó dos partidos a Golden State en las finales del 2015.
El año pasado ya tenía equipo completo y sano y pues, todos sabemos lo que hizo. Ahora llega con más experiencia, con un mejor Irving, con un mejor Love, vaya, llega con un mejor JR Smith y con las adiciones de Kyle Korver y Deron Williams.
Así como el talento, la diversión y la lluvia de triples alimenta a los Warriors, los Cavs son un animal distinto: llegan serios, sin reír, a trabajar y ya, las risas vienen cuando se gane el trofeo.
Son como un mullet pero sin el party in the back, puro business in the front.
Hay garra, hay odio, hay entrega, enojo, poder y también hay ganas de demostrarle a todos que lo del año pasado no fue suerte ni se debió a la suspensión de Green. No creo que el legado de LeBron esté en riesgo pero sí creo que si gana estas finales, automáticamente entra al top 3 de mejores de toda la historia y háganle como quieran. El orgullo de LeBron es grande y por lo tanto juega mejor en la postemporada. Cuando LeBron juega mejor, todo su equipo juega mejor y es momento que todos traigan su mejor juego porque todos van a salir a matar.
Creo que va a ser muy difícil que Cleveland gane pero no los descarto. Todos tienen sus motivos pero no olviden que el único (de los chonchos) que llega a esta serie sin anillo es Durant. Por esto se cambió de equipo y tiene que demostrarle a todo el planeta que puede contra LeBron y que Golden State no lo firmó para evitar jugar contra él en las finales de conferencia. Ay, qué emoción.
¿Ustedes cómo ven? ¿A quién traen y en cuántos juegos?