Hace uns años, en medio de una conversación sobre la remota -y por entonces lejana- posibilidad de tener hijos, un buen amigo me habló del VHEMT, un curioso movimiento estadounidense que aboga por la extinción voluntaria de la raza humana. Un tal Les U. Knight explicaba que el ser humano es un cáncer para el planeta, y por tanto la decisión más responsable que deberíamos tomar como especie sería desaparecer de la faz de la Tierra. De una vez y para siempre. Así, la vida podría seguir su curso sin el lastre que supone ese grano en el culo llamado humanidad. Porque no sólo no somos tan importantes como creemos, sino que en realidad somos lo peor que ha pasado por aquí en cinco mil millones de años.
Hoy, más de una década después de aquella conversación, mi amigo sigue sin tener intención de procrear, y yo aún tengo mis dudas. “O te das prisa o se te va a secar el padral”, me dijo un día la abuela de mi novia. Pero mientras mi ‘pradal’ se va quedando más y más mustio, los problemas que aquejan al mundo siguen ahí. Van a más y a peor. Y el bueno de Les continúa divulgando su mensaje. Me puse en contacto con él para charlar sobre los problemas del mundo y sobre cómo una vasectomía general, como la que él mismo se hizo a los 25, podría arreglarlos de raíz. Esto es lo que me contó desde su casa en Portland, Oregon.
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VICE: Hablas de extinguirnos voluntariamente. ¿No va eso en contra de nuestro instinto de supervivencia? ¿Cuándo se te ocurrió esta idea?
Les U. Knight: En realidad es un planteamiento que tiene raíces en la antigüedad, cuando la tradición oral transmitía historias de dioses llenos de ira que amenazaban con acabar con la humanidad. Con el paso de los siglos son muchos los que han llegado a la conclusión de que sería mejor para el mundo si dejásemos de existir, pero lo cierto es que muy pocos han escrito sobre ello. A finales de los 80 le puse un nombre, Movimiento por la Extinción Humana Voluntaria (VHEMT, en sus siglas en inglés), pero el mérito no es mío, sino de todos los que comparten esta manera de ver las cosas.
Habrá quien diga que estás mal de la cabeza.
Es posible. Y entiendo que resulte complicado de aceptar, pero son argumentos de peso. Las posibilidades de que convenzamos a todo el mundo de que renuncie a la procreación son muy escasas, pero salen ganando frente a los planes que pretenden dar cabida a 10.000 millones de personas a finales de siglo.
Así que el mundo sería un lugar mejor sin nosotros…
Así es. Para algunos es una cuestión de índole ecologista. Para otros tiene más que ver con los derechos de los animales no humanos. E incluso, paradójicamente, muchos humanistas también comparten nuestros planteamientos. Las guerras para controlar los recursos serían innecesarias y se conseguiría la paz mundial si frenáramos en seco la sobrepoblación mundial. Hoy en día, millones de personas padecen hambre, sed y miseria. Todos ellos podrían vivir una vida plena si no estuviéramos inútilmente tratando de satisfacer nuestras crecientes necesidades.
¿Somos lo peor que le ha pasado al planeta en toda su historia?
Ha habido otras extinciones masivas de las que no hemos tenido la culpa, pero esta es la primera vez que una sola especie causa la extinción de tantas otras. Si pudiéramos preguntar a alguna especie extinta, como la ballena gris del Atlántico, qué es lo peor que le ha sucedido a lo largo de sus millones de años de evolución, creo que no tendría ninguna duda en señalarnos.
Deforestación, cambio climático, contaminación de los océanos… ¿Cuál es, bajo tu punto de vista, el problema más acuciante al que se enfrenta el planeta?
Es una buena pregunta con una respuesta muy difícil de determinar. El cambio climático es lo que está recibiendo más atención mediática, y sin duda es una de las grandes amenazas para la vida en la Tierra. Pero hay otros problemas que son igualmente graves y de los que apenas se informa, como la contaminación del aire, el suelo y del mar, cuyos efectos son a largo plazo e irreversibles.
Para predicar con el ejemplo, te hiciste la vasectomía a los 25 años. ¿En algún momento has pensado algo tipo “la verdad es que los niños tienen su punto”?
No. En ningún momento me he arrepentido de eliminar permanentemente la posibilidad de dejar embarazada a una mujer y que tenga que abortar.
Tendrás amigos con hijos, ¿te invitan a cenar?
¡Claro que sí! Y he disfrutado de reuniones entre amigos en las que los niños están en el centro de todas las conversaciones. Pero debo decir que cuando hay críos por medio resulta complicado tener una charla profunda sobre cuestiones como la extinción humana voluntaria: requieren pensar de una manera tranquila e ininterrumpida, algo incompatible con tener niños correteando por la casa.
Tengo 34 años y aún no he pensado en tener hijos. Convénceme para quitarme la idea de la cabeza definitivamente.
Creo que es una decisión muy personal a la que tienes que llegar por ti mismo. Pero basta con pensar de manera global e ir más allá de la imagen de ese bebé tan mono y ese niño feliz. ¿Qué tipo de mundo vas a dejarle? Piensa en cómo sería tu vida si decidieses dedicarla a otras cosas en vez de a criar un hijo. Mucha gente sucumbe a la presión social, familiar o de su círculo de amigos, cuando en realidad no querrían tener hijos.