El martes, los líderes de 19 Organizaciones Nacionales Antidopaje (NADO) —incluyendo aquellas de Francia, Alemania, Estados Unidos, y Canadá— concluyeron su “cumbre especial” en Dublín en la que pidieron a los órganos rectores deportivos de todo el mundo vetar a Rusia para que no pueda organizar ningún evento deportivo internacional, entre otras cosas.
La cumbre fu convocada en respuesta a una investigación independiente comisionada por la Agencia Mundial Antidopaje y liderada por el abogado canadiense Richard McLaren para saber más del uso de sustancias prohibidas que mejoran el rendimiento deportivo en Rusia. La segunda parte de la investigación de McLaren, publicada en diciembre del año pasado, expone la profundidad y el alcance del programa de dopaje, el cual involucró al gobierno ruso y los servicios de inteligencia además de numerosas organizaciones deportivas. Como era de esperarse, el presidente ruso Vladimir Putin negó la existencia de un programa de dopaje patrocinado por el gobierno.
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“Con la nueva e irrefutable evidencia del sistema de dopaje institucionalizado en Rusia expuesta por McLaren y su equipo, el grupo de líderes ha convocado a la exclusión de las organizaciones deportivas de Rusia de toda competición internacional hasta que los sistemas rusos antidopaje cumplan totalmente con los códigos mundiales”, se lee en parte en el comunicado de NADO. También exigió una “moratoria para conceder la participación de Rusia en nuevas competencias”.
Mientras que el comunicado de NADO hace referencia a la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo, no menciona a FIFA a pesar que la Copa del Mundo del 2018 y la Copa Confederaciones del 2017 se llevarán a cabo en Rusia. (Hemos contactado al Instituto de Organizaciones Antidopaje para buscar una respuesta y actualizaremos esta nota en caso de que NADO responda). Sin embargo, resulta difícil no interpretar el comunicado como una manera de presionar públicamente a FIFA, dada la proximidad de dichos eventos.
Es muy poco probable que FIFA le quite a Rusia la Copa del Mundo, pero tampoco se ve bien que un grupo de organizaciones que podrían darle credibilidad a un evento le ordenen, con años de anticipación, al organizador de dicho espectáculo que no debería llevarlo a cabo.
El ministro del deporte ruso, Pavel Kolobkov, respondió a la cumbre cuestionando el poder de NADO. “Tenemos un plan de trabajo con WADA. No prestaré atención a los comunicados de líderes desconocidos”, dijo Kolobkov, de acuerdo con la agencia rusa de noticias Sputnik, y describió el comunicado “claramente por encima de su alcance de actividades”.