Identidad

Los hardcore gamers cristianos nos explican su Santa Cruzada en los videojuegos

Un grupo internacional de buenos cristianos comparten un ideal: combatir al mal y que la luz de Dios triunfe, en los videojuegos. Satán se esconde en lugares inesperados y, obviamente, también en el mundo virtual. Por eso, el grupo HGC encabezado por sus líderes, selecciona juegos para dar ejemplo de que “el bien siempre vence” (salvo en casos aislados como los párrocos de Boston, claro). Streaming, críticas de opinión, redes sociales y fiestas LAN consiguen que su lucha se lleve a cabo con el mayor número de almas (y sus correspondientes ojos) puestos en ellos. En estos momentos están jugando, como no, Diablo III. Hablamos con Lukas Hielscher de Christian Gaming y Rodrigo Paz de Gamers Cristianos (quien estuvo en silencio durante casi toda la conversación), responsables ambos de gran parte de este movimiento en Europa y España.

VICE: ¿Cómo se convierte alguien en hardcore gamer cristiano? ¿Uniéndose a la Santa Cruzada?
Lukas Hielkscher: Yo soy el encargado de la parte europea de Christian Gaming desde hace cinco años. Empecé como cualquier otro, harto de que la gente me insultara en el League of Legends [60 millones de jugadores] y en otros juegos menos competitivos. Quería alejarme del ruido, de los trolls, pero quería seguir jugando. Buscaba a otros jugadores que compartieran mis mismo valores. Mi forma de jugar. “Santa Cruzada”, aunque sea lo que hacemos, es algo fuerte, ¿no? Preferimos que se nos vea como a los paladines del gaming, no como a luchadores sino como a pacificadores o amigos.

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¿Sólo comparten valores en el mundo online?
No, no, también trabajo como voluntario con adolescentes en mi iglesia local. De hecho fue allí cuando me di cuenta de que los juegos eran una parte importante de las vidas de los chavos que venían. Su ocio debía reflejar sus creencias, ¿no? La mayoría prácticamente vive online. Nacieron siendo nativos digitales y la mayoría de sus héroes son virtuales. Algunos de ellos necesitaban alguna guía, y HGC es una ayuda que les damos.

Entiendo que la maldad, la oscuridad y todo ese rollo sea más atractiva. Un Dr. Doom encabronado y con poder ilimitado llama más que un superhéroe cristiano.

Y, tú, Rodrigo ¿cómo acabaste liderando este movimiento?
Rodrigo Paz: Yo soy un novato HGC. Me enteré por un stream de Diablo III, que me dejó tocado. Era una lucha nivel paragón [en VICE suponemos que eso quiere decir muy chingón] usando sólo curanderos y reflectando el daño del Diablo contra él mismo. Porque eso es hacer el bien. Al principio sólo me interesaban sus juegos y su forma seria de tomárselos.

Dicen que “hay pocos o ningún videojuego que glorifiquen al Señor, pero sí los hay que hacen lo opuesto (Libro Corintio 1, 10:31) así que debemos mantenernos fieles a nuestra verdad y hacer que todo sea por la gloria de Dios”.
LH: A la gente le suena raro, pero la palabra de Dios puede venir de cualquier lugar, y un lugar donde te tiras horas, días y meses es mejor que muchos otros para nuestra labor.

Eso suena a evangelización gamer.
LH: Pero es que sentarte y esperar que la gente vea la luz de Dios es poco realista, poco moderno. Nosotros queremos enseñarles lo divertido que es servir al Señor, aunque no nos hayan preguntado.


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¿Donde está lo divertido?
LH: Bueno, pues imagínate reventarle la cara al mismísimo Belcebú a base de hachazos y gritando salmos de Pulp Fiction. “Suba mi oración como incienso en tu presencia, el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. Coloca, Señor, una guardia en mi boca, un centinela a la puerta de mis labios; no dejes inclinarse mi corazón a la maldad. (Salmo 140, 1-9”).

Muchos juegos se olvidan de Dios y se centran sólo en el lado oscuro o maligno de las cosas. ¿Por qué somos tan malos?
LH: Da mucha pena, pero esto refleja la dirección hacia donde va nuestra sociedad, una dirección sombría y triste. Es lógico que escoja el lado más luminoso a la hora de jugar. Entiendo que la maldad, la oscuridad y todo ese rollo sea más atractiva porque suele ser siempre el camino más rápido: un Dr. Doom encabronado y con poder ilimitado llama más que un superhéroe cristiano. Tomemos Starwars: Knights Of The Old Republic, en ese juego puedes cargarte a todo el mundo, creando con las manos tormentas de rayos mortales, coger la mejor espada y terminar una obra maestra de incontables horas en poco menos que minutos. Es el camino fácil. Y así de difícil lo tenemos los que elegimos llevar la palabra del Señor en los videojuegos. Ese el camino de un paladín gamer.

¿Nunca has jugado como el malo (Wario, por ejemplo)?
LH: Elegir el lado oscuro nunca es una opción para mí. Adoramos el lado luminoso. Y no te equivoques, porque puede ser destructivo a su manera.

¿Sacan siempre algún significado profundo cuando juegan? ¿O jugar así es simplemente más épico?
LH: Ok, esta es una pregunta interesante. Creo que el gaming en sí no es más épico aunque te lo tomes como un HGC, pero tal vez tengamos un punto de vista diferente al acercarnos a experiencias relativas a la cristiandad. O sea, pelear contra el mal sienta bastante bien, pero para eso no tienes que ser un buen cristiano, sólo un buen jugador. Aunque nosotros eso nos lo tomamos algo más en serio. Cuando tuve que hacer una crítica sobre un juego (This War Of Mine) lo jugué durante cuatro horas hasta quedarme sentado con la boca abierta y darme cuenta de que mi experiencia había sido como revivir con todo detalle la guerra de los 90 en Yugoslavia. Así de serio nos lo tomamos algunos.

¿Cómo se puede glorificar al Señor siendo un gamer ?
LH: Es especialmente fácil en los juegos online, cuando te encuentras con otra gente. Debes ser esencialmente bueno, simpático y saber honrar a todos los jugadores que te encuentres en tu camino. Nunca vayas solo, siempre busca equipo, busca ayudar sobre todo a los novatos y hazlo hasta que dejen de serlo. En realidad es mucho más divertido de lo que suena.


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¿Por qué se crearon los HGC?
LH: La única motivación que teníamos era la de jugar con las mismas reglas. Hay demasiados haters y trolls en la realidad, así que no queremos que los haya también en los juegos online.

No se me ocurre ningún videojuego en el que no haya drogas, violencia o filias sexuales.
LH: Con nuestras reseñas y guías intentamos ser para la gente una mano guía que les haga ver que todos estos temas tienen un contexto más allá de la blasfemia. Juegos como Witcher, GTA o FarCry4 son fantásticos y los jugamos igual. Las drogas, la violencia y todo tipo de sexo es parte de estos juegos; puede ser molesto, polémico o decepcionante para muchos cristianos y por eso tenemos un rating especial para estos temas. No queremos censurar esos juegos, sino que queremos ayudar a que la gente tome la decisión de si los quiere jugar o no. Si juega desde nuestro punto de vista que considere que la vida y los juegos deben tomarse de la misma manera ya que uno puede ayudar a lo otro.

Es un tema de actitud: ¿Quieres pelear contra el mal? No uses el mal. ¿Quieres destrozar a tus enemigos? Honra sus muertes.

Si su fin es hacer el bien, ¿cómo jugar online puede ayudar en la vida real?
LH
: ¿Además del hecho de practicar habilidades sociales como la empatía y aceptar ideas opuestas de otros? Creo que los juegos online pueden cambiar de verdad la gente. El otro día jugando Diablo III con los HGC, uno de los nuestros que vive en Israel tuvo que interrumpir su sesión porque un cohete había destrozado un edificio al lado. No tenía Internet, todos nos preocupamos y conseguimos que al día siguiente pudiera seguir jugando (con una conexión por satélite). Todo esto se relaciona con nuestra visión de la vida. No puedo quedarme indiferente ante el sufrimiento de alguien. Por eso ofrecemos apoyo a la fundación Extralife con maratones de juego para intentar conseguir dinero para hospitales infantiles. A nivel personal, estoy metido en broadcast4Reps. Es un proyecto del juego EVE Online en el que intentamos mantener una línea telefónica de ayuda al suicida.

¿Habéis tenido algún encontronazo indignante?
RP: A todas horas. Es un mundo lleno de trolls y la mayoría de veces nos retan. De ahí que canalicemos nuestro malestar para ganarles. Que ellos elijan el juego. Nosotros contamos con la mano del Señor.

¿Qué se necesita para ser un recluta de los HGC?
LH: No importa que seas un recluta o un pro en lo juegos, mientras seas un pro cristiano. Es un tema de actitud: ¿Quieres pelear contra el mal? No uses el mal. ¿Quieres destrozar a tus enemigos? Honra sus muertes.

Dicen que “un sirviente de Dios nunca debe disputar sino ser bondadoso con los demás”. ¿Es esto posible en juegos en los que es necesario machacar/matar a tus contrincantes para avanzar?
LH: Claro que sí. Mira esto. Esa es la fuerza que te da ser honorable (y llevar 40 horas intentándolo). Ser bondadoso y vencer a tu oponente no son contradictorios. Yo también me enojo y a veces grito literalmente “¡Y en polvo te has convertido!” porque esa es la mecánica del juego. Pero no hace falta encender una hoguera de odio con motivos políticos o religiosos ni llevar la pelea a la vida real. Me han amenazado de muerte varias veces, pero me lo tomo como un reto. Sigo tratando a mis oponentes de la forma más honorable que puedo. Somos los paladines del gaming, ¿no?.