Los narcos y el balón (II): hablamos de fútbol con el hijo de Pablo Escobar

Pablo Emilio Escobar Gaviria fue uno de los hombres más ricos del planeta y toda una leyenda del narcotráfico y del crimen organizado. Su presencia se hizo notar en todas las capas de la sociedad de Colombia, lo que incluye desde al ciudadano de a pie hasta el presidente del gobierno, pasando por las autoridades militares y otras figuras públicas de renombre.

Evidentemente, los deportistas no fueron elementos ajenos a su ubicuidad dentro de su país, y mucho menos los futbolistas. Detrás del narco había la persona, y como cualquier otra tenía sus filias y sus fobias: en el caso de Escobar, su gran pasión era el fútbol. De su relación con el deporte rey se han contado mil y una historias, pero hasta ahora nadie había escuchado el relato de su hijo.

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Juan Pablo Escobar accedió a mostrar el lado más forofo de su padre, un hincha más entre los millones que se postran en el sofá cada fin de semana para ver el partido de su equipo por televisión. Según cuenta en esta entrevista para VICE Sports, su padre nunca hizo negocios relacionados con el fútbol.

Juan Pablo Escobar junto a su padre. Imagen cortesía de la familia Marroquin Santos

Hola Juan Pablo, ¿qué relación tenía tu padre con el mundo del deporte?

Mi padre tenía muchos amigos en el fútbol y en otras actividades deportivas, porque patrocinaba eventos deportivos en Medellín a favor de las clases sociales abandonadas por el Estado. Esos deportistas se hicieron sus amigos porque él los invitaba a estas reuniones y eventos, en los que los verdaderos protagonistas eran los pobres y nadie más.

¿Le definirías como un loco del fútbol?

Él era un fanático sí, le gustaba ver los partidos y también jugarlos. Vaya, que era un fanático como cualquier otro.

Supongo que viste muchos partidos con él, ¿tenía algún ritual?

No era de beber cerveza ni nada por el estilo, simplemente se sentaba en el sofá cuando empezaba el encuentro. Cuando andaba solo tenía que mirarlos sin compañía, pero cuando estaba con gente se reunía con todos. Recuerdo especialmente el famoso 5-0 de Colombia a Argentina durante la clasificación del Mundial de 1994.

¿Y recuerdas la celebración de ese día?

Sí, claro. Ese día fue una gran fiesta para los colombianos, para todos, aunque él era más bien tranquilo. Celebraba los goles, pero no con mucha euforia.

Se ha vinculado a tu padre con el Atlético Nacional y con el Medellín, ¿de qué equipo era realmente?

Del Deportivo Independiente de Medellín, porque era el equipo que llevaba por nombre su ciudad. Acá solo tenía dos opciones a elegir, y así fue.

Pero varias series y documentales hablan de esa vinculación con el Nacional. ¿No es cierta?

No. Me gustaría ver qué documentos acreditan la relación de mi padre con el Atlético Nacional. No sé que tomaron los que creyeron que sabían toda la vida de Pablo Escobar, porque evidentemente no sabían nada. Eso deja claro el nivel de improvisación de muchos, que ni atinan en el equipo favorito de Pablo.

Hay pocas imágenes suyas en los campos. ¿Te llevó con él alguna vez?

Es normal. No podía ir mucho al campo, y menos en las épocas que pasó a la clandestinidad. Fui a varios estadios con él, sobre todo en su etapa como político. Todo lo mundo le aplaudía y quería, yo notaba que igual que gritaban el nombre del equipo, gritaban el nombre de mi papá. Tenía la sensación de que lo querían.

Las explicaciones del hijo de Pablo Escobar, aquí, difieren con varios relatos de otros personajes cercanos a su figura. John Jairo Velásquez alias ‘Popeye’, uno de sus sicarios, aseguró que su patrón era un aficionado sandía, “verde por fuera y rojo por dentro”. Según el relato de este excolaborador, Escobar apoyaba al Nacional —que viste de verde— a pesar de ser del Medellín —de camiseta roja— por una cuestión de negocio y amistades.

¿Crees que utilizó el fútbol para hacer negocios?

Mi padre no hizo negocios de ninguna índole con el fútbol por una razón muy sencilla: a mi papá no le interesaban los negocios lícitos, él decía que los negocios lícitos no producían dinero. Cualquier persona que te diga que Pablo Escobar estuvo involucrado en un negocio lícito te está mintiendo.

¿Y no podría haber usado el fútbol de manera ilícita, para desviar fondos y limpiar dinero?

A mi padre no le interesaba lavar el dinero, él estaba contento con su dinero sucio, tal y como lo tenía. Si todo el mundo lo recibía sucio, para qué iba a molestarse en lavarlo.

Una acusación común es la de que tu padre compró la Copa Libertadores del 1989 que ganó el Atlético Nacional en los penaltis…

No, porque mi padre no fue dueño de ningún equipo ni de ningún jugador, no se inmiscuía a ese nivel en los asuntos del fútbol. Lo único que yo sé es que envió a gente a decirle al árbitro que pitara bien.

Perdón, ¿a qué árbitro te refieres?

Al que pitó la final de Libertadores. No le dijo que pitara a favor, solo le pidió que fuera honesto y que si no era así él iba a estar pendiente. [El árbitro en cuestión fue el argentino Juan Carlos Loustau]

¿A quién envió? ¿Lo hizo como amenaza?

A dos bandidos. Entiendo que viniendo de Pablo Escobar, todo el mundo se lo tomaba como una amenaza, pero seguro que la intención de mi padre era que no se hiciera trampa, que es algo muy habitual en ese tipo de partidos. No quería que ninguno de los equipos comprara el partido, quería que ganase el mejor.

La alineación del Atlético Nacional de 1989, el que conquistó una Copa Libertadores histórica para Colombia. Imagen vía As Colombia

Los Rodríguez Orejuela y el ‘Gacha’ controlaban al América de Cali y al Millonarios respectivamente. ¿Ni con esto entró tu padre en el mundo del fútbol?

Es que no daba plata, decíme qué otro negocio le daría el 2.000% de las ganancias [en referencia al narcotráfico], nómbrame uno.

Y por su pasión deportiva, ¿tampoco ayudó a algún futbolista o club en apuros?

Mira, por más que se quiera forzar una relación de mi padre con el fútbol, detrás no hay nada más que un simple fanático que veía los partidos a través de la televisión y era amigo de algunos jugadores.

¿Viste a muchos futbolistas?

Recuerdo que le visitaban prácticamente todos los miembros de la selección de Colombia en la época de cárcel en La Catedral. Algunos jugadores también lo visitaron en la clandestinidad, pero era pura amistad. Ellos iban a visitar a un amigo, no a hacer negocios.

¿Tenía Pablo Escobar un ídolo deportivo?

No creo, pero era muy buen amigo de René Higuita.

Cuando se reunía con los futbolistas, ¿jugaba pachangas? ¿era buen jugador?

Sí, se jugaban en La Catedral y en la Hacienda Nápoles. No sabría decirte si era bueno o no, pero a él le gustaba marcar goles y todo el mundo se los dejaba hacer. Era muy cómico verlo jugar, porque por más que hubiera un árbitro él era el que mandaba en la cancha. Él decidía cuándo era gol y cuándo no era gol, lo gracioso es que sus partidos podían durar tres o cuatro horas porque solo podían terminar cuando su equipo iba ganando. Si era necesario, no tenía problema en decirle al delantero del equipo contrario que se cambiara de camiseta y se pusiera a jugar en el suyo.

Imagen vía El Tiempo

El exsicario del cártel de Medellín, John Jairo Velásquez ‘Popeye’ asegura que tu padre ordenó matar a un árbitro.

No, para nada. Hay muchas personas que dicen conocer muy bien a mi padre cuando nunca estuvieron tan cerca como aseguran. ‘Popeye’ no estaba tan cerca como él dice y los medios quieren creer.

Para que quede claro, según tu versión, ¿tu padre no metió dinero en el fútbol?

Aquí no se trata de versiones, sino de quienes dicen la verdad y quienes dicen mentiras. Hay muchos que dicen conocerle que yo jamás les conocí. Era mi papá, me crié con él y viví toda la vida. Sabía lo que hacía y lo que no, no es una versión, es lo que es.

¿Pero no crees que los efectos del dinero del narcotráfico todavía manchan el fútbol a día de hoy?

Por supuesto, es cierto que en muchos sectores el narcotráfico está metido en el mundo del fútbol. Incluso a día de hoy es algo absolutamente normal, y no solo en Colombia. Puede sonar raro, pero mi padre no estaba interesado en ello por mucho que les digan. Cuando eres el dueño del equipo, entonces compras un partido porque te interesa, pero cuando eres un fanático, entonces solo enciendes el televisor y esperas que pase lo que deba pasar.

Se ha hablado mucho de las canchas que construyó en los barrios pobres, ¿fueron clave a la hora de establecer su popularidad entre las capas bajas de la sociedad?

Por supuesto, pero no solo ayudó a su figura sino que ayudó a la gente de verdad. Mi padre, con su bolsillo, ayudó a la gente como nunca lo hizo el gobierno.

Imagen vía El Espectador

¿Escuchaba el fútbol incluso cuando os perseguían?

Pues sí, ya podían estar disparándole los helicópteros, que él quería escuchar el partido. Es posible que así fuera.

¿Seguía otras ligas de fútbol?

No, él se fijaba mucho en lo local.

¿Y jugaba contigo cuando eras pequeño?

Sí, al principio tenía más tiempo y después no era lo más habitual. Aún así mi viejo me dio mucho amor, más que suficiente y fue un gran padre, me enseñó a ser buena persona.

***

Hasta ahora, el hijo de Pablo Escobar no había explicado la relación de su padre con el fútbol, y su relato complementa algunas de las historias mitificadas entorno a su figura. Por ejemplo, es probable que Escobar no comprara la Copa Libertadores de 1989, pero enviar dos sicarios a asustar al árbitro no jugó precisamente en contra de los intereses del Atlético Nacional.

Aunque no coincidió con ‘Popeye’ en algunas cosas, sí que confirmó que su padre escuchaba los partidos por la radio incluso cuando estaba en plena persecución con las autoridades, lo cuál legitima en cierta manera el relato del exsicario.

Son varios los personajes de la época que se vieron con el narco, entre ellos el exentrenador del Nacional y la selección Colombiana Francisco Maturana. Según su versión, él jamás conoció un vínculo entre Escobar y sus equipos —incluido el combinado nacional—, pero sí que reconoció que el fútbol era un reflejo más de aquella Colombia consumida por la droga y la violencia.

“El fútbol es el producto de lo que es la sociedad, una sociedad totalmente desquiciada”, decía Maturana. El narcotráfico manchó el fútbol, algo que tampoco niega Juan Pablo Escobar, que ha indagado en la vida de su progenitor en el libro Pablo Escobar. Mi padre.

Directa o indirectamente, el fanático del fútbol que era su padre contribuyó a que esa mancha se extendiera.

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