Los robots están aprendiendo a simular empatía

La inteligencia emocional es la piedra angular de las interacciones humanas; es una parte esencial de lo que significa ser uno de nosotros. Pero ahora la inteligencia artificial se está desarrollando para leer y captar mejor las emociones humanas, que hoy por hoy está cambiando la forma en la que interactuamos con los robots.

A comienzos de la década de los 90, los psicólogos Salovey y Mayer fueron los primeros en reconocer la inteligencia emocional como una serie de conocimientos y habilidades diferentes de otras formas de inteligencia, definiéndola como “la habilidad de monitorear las emociones propias y ajenas, diferenciarlas unas de otras, y utilizarlas como guía para pensamientos y acciones”. La inteligencia emocional suena como algo puramente humano.

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Pero resulta que los principios de la inteligencia emocional ––que comenzamos a asimilar en nuestra infancia y que parece estar tan vinculada a la naturaleza humana–– pueden ser cuantificados y reducidos a algoritmos y procedimientos lógicos. Nosotros los humanos no somos tan especiales después de todo.

Los desarrolladores del Instituto para tecnologías creativas de la Universidad del sur de California (ICT) se han enfocado en dar inteligencia emocional a la IA que instalan en sus agentes virtuales: interfaces animadas, humanoides que pueden leer, entender y responder al comportamiento humano.

Hablé con Albert “Skip” Rizzo, psicólogo y director de la realidad virtual médica del ICT, sobre lo que está pasando en el instituto. Me contó todo sobre los últimos avances que ha hecho el ICT en inteligencia emocional. Se trata de una simpática consejera llamada Ellie. Ellie evolucionó de los primeros trabajos del ICT en agentes humanos, que empezaron en 1999.

El ICT también trabaja con realidad virtual para tratar TEPT.

“Mucho de nuestro financiamiento viene del ejército, que quiere que construyamos humanos virtuales con fines de entrenamiento”, me dijo Skip. “Así que, por ejemplo, desarrollamos aplicaciones que pueden ayudar a entrenar a alguien en las negociaciones con un caudillo afgano, o para entender sensibilidades culturales e interactuar con alguien de otro país, particularmente Iraq o Afganistán”.

Al reconocer la conexión entre las habilidades de negociación y la terapia, el equipo del ICT decidió aprovechar esta tecnología para poner a los agentes virtuales en un escenario clínico civil. “La idea era crear pacientes virtuales para que un especialista clínico en entrenamiento pudiera equivocarse con un montón de personajes virtuales antes de meterse con uno real”, dijo Skip.

“Lo que encontramos fue sorprendente. A pesar de que el personaje no se veía real ––era bastante rígida­­–– , la entrevista se sintió genuina una vez que los residentes de la escuela de psiquiatría obtuvieron unas cuantas respuestas de ella” nos explicó Skip.

“Así que de eso aprendimos que la apariencia del personaje es menos importante que el nivel de interacción. Y es ahí donde está el meollo del asunto con la inteligencia artificial”.

SimSensei monitorea una variedad de factores y gestos cuando trabaja con un paciente. Imagen: ICT

Esta idea está en el centro del proyecto SimSensei, fundado por DARPA, del ICT. SimSensei es la nueva generación de IA: agentes virtuales que muestran altos niveles de inteligencia emocional artificial y que pueden entablar interacciones convincentes con la gente. Ellie es la estrella del proyecto SimSensei; ella es una terapista virtual que, en algunos casos, tuvo un mejor desempeño en el involucramiento clínico que algunas de sus contrapartes humanas.

En este punto, Ellie atiende principalmente a personal militar que ha regresado recientemente de su servicio y que puede estar sufriendo de trastorno de estrés post traumático (TEPT). Ellie se involucra con los usuarios en una entrevista personal utilizando un lenguaje natural y escuchando activamente. Sí, escuchando: Ellie está equipada con ojos y oídos. “Usamos una webcam para monitorear las expresiones faciales y la posición de la cabeza, el Microsoft Kinect para seguir los gestos y postura corporal, y un micrófono para capturar parámetros vocales; no qué dices, sino cómo lo dices”, dijo Skip.

Una sesión con Ellie comienza con algunas preguntas sobre antecedentes, para construir un vínculo. Luego le pregunta a los usuarios (de manera casual y conversando) sobre los síntomas típicos de enfermedades psicológicas. Ella monitorea y analiza la respuesta de los usuarios y reacciona similarmente, formulando preguntas a partir de ahí y aprobando con la cabeza. Ella incluso tiene una mueca convincente en su repertorio.

Hasta ahora, Ellie ha sido bien recibida y, según Skip, los usuarios prefieren hablar con ella que con una terapista humana. En una prueba, sujetos de estudio fueron separados en dos grupos: a uno se le dijo que una persona controlaba a Ellie; Skip llamó a esto el escenario del “Mago de Oz”. Al otro grupo se le dijo que Ellie era completamente computarizada. Los del segundo grupo revelaron más emociones negativas y reportaron más indicadores de TEPT y traumas psicológicos que los del grupo del Mago de Oz.

“La gente se sentía más cómoda conversando con Ellie”, me dijo Skip. “No se sintieron juzgados, tenían menos interés en impresionar y, en términos generales, daban más información cuando no creían que había un humano de por medio”.

No es una sorpresa, pero Skip dijo que la popularidad de Ellie tenía mucho que ver con los estigmas relacionados a enfermedades mentales. “Con Ellie tienes a un humano virtual que se ve más o menos creíble y se involucra en un diálogo natural contigo, ¡pero sin riesgos!”, dijo. “Así que puedes revelar momentos penosos de tu vida sin el riesgo de que alguien te esté escuchando en ese momento”.

Así como utiliza sus observaciones para la participación inmediata con los usuarios, Ellie también analiza los datos de comportamiento al final de la sesión para identificar la presencia de síntomas psicológicos y ayudar a los especialistas a realizar un diagnóstico.

El equipo del ICT usó investigaciones previas sobre expresión no verbal para crear una lista de señales de comportamiento que Ellie debe buscar, incluyendo la posición y orientación de la cabeza en 3D, lenguaje corporal, intensidad y frecuencia de expresiones faciales y ‘auto-adaptadores’ (como tocarse partes del cuerpo). Además de las señales físicas, Ellie también está programada para identificar y analizar parámetros de voz.

Un resumen de comportamientos no verbales encontrados en una encuesta de una investigación hecha por un equipo del ICT. Imagen: Stefan Scherer/ICT

Stefan Scherer lidera la parte de análisis del habla en el proyecto SimSensei. Él dice que hay un número de indicadores acústicos para la depresión como la falta de variación en volumen y tono, y la tensión en el los pliegues y el tracto vocal. Pero estas cosas pueden ser fácilmente imperceptibles para el oído humano, lo que hace de esta un área en la cual Ellie se destaca por encima de sus colegas humanos.

Entonces Ellie ha sido equipada con conocimientos de inteligencia emocional de alto nivel, y con sensores que superan la observación humana. Escuchar a Skip hablar sobre las pruebas por las que ha pasado Ellie y de toda la retroalimentación positiva que ha recibido el ICT es emocionante, pero también da un poco de miedo. Le comenté a Skip que Ellie es un gran paso hacia el futuro, donde las relaciones personales con robots son la norma. Pero Skip es sorprendentemente conservador frente al futuro de Ellie y del proyecto SimSensei.

“Esto no es como HAL“, dijo. “Pero creo que vamos a ver más inteligencia artificial en papeles de apoyo psicológico… tal vez como agentes de apoyo, como amigos virtuales”.

Nos dijo que los agentes de SimSensei ya están siendo probados para ayudar a las personas con autismo de alto funcionamiento para desarrollar habilidades emocionales e interpersonales para entrevistas de trabajo. “Hay algunas personas con autismo que son bastante brillantes y con mucho talento. (Ellos) pueden realizar un trabajo pero no pueden con la parte social de una entrevista”, dijo Skip. “Así que tenemos seis personajes virtuales diferentes para esto, y pueden establecerse en diferentes posiciones de comportamiento; hay un entrevistador gentil, otro hostil…”.

Skip me contó que uno de sus principales objetivos en el ICT es usar la tecnología para hacer del apoyo psicológico algo más accesible. Y él cree que esa es un área en la que Ellie tiene futuro. “Digamos que hay un adulto mayor viviendo solo y con un poco de demencia senil. Él podría tener un amigo, un personaje virtual que puede aparecer en su televisor o en su computador o lo que sea y le puede recordar tomarse sus medicaciones, así como establecer un diálogo estimulante… tal vez jugar damas con él” dijo.

“Estamos tomando algo que fue creado con propósitos militares, y lo estamos trasladando a un escenario de salud mental para civiles; eso es lo que más me emociona”, agregó Skip.

Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard, nuestra plataforma de tecnología.