Los zoológicos del futuro no tendrán jaulas

Desde hace un tiempo, algunos de los zoológicos más famosos del mundo han tenido problemas para llegar a fin de mes. En 2012 se redujo el presupuesto del zoológico del Bronx, mientras que el zoológico de Oregon se enfrenta a enormes pérdidas de ingresos, y los pandas del zoológico de San Diego  no están trayendo el dinero suficiente como para justificar su permanencia.

A raíz de las revelaciones sobre el cautiverio de animales en documentales como Blackfish, la gente comienza a tener más cautela al momento de apoyar organizaciones que los mantienen en pequeñas jaulas. Y aunque muchos zoológicos hacen un impresionante trabajo de conservación, no hay nada peor que ver a un grupo de niños haciéndole la vida imposible a un orangután. Pero el futuro de los zoológicos no tiene por qué tener un mal pronóstico. Solo significa que están sujetos a las mismas leyes de selección natural: evolucionar o morir.

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Este cambio de perspectiva ha desatado una espectacular venida de creatividad interdisciplinaria. El fin de semana pasado la firma de arquitectura danesa BIG (Bjarke Ingels Group) publicó una serie de dibujos conceptuales de su último proyecto: una renovación sin jaulas del zoológico de Givskud  en el centro de Dinamarca. El proyecto se llama Zootopia.

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“La mayor y más importante tarea de los arquitectos es diseñar ecosistemas hechos por el hombre, lograr que nuestras ciudades y edificios se adapten a la forma en la que queremos vivir,” dijo la empresa a cargo del proyecto.

“En ningún otro caso es este desafío más grande que en el de los zoológicos. Junto con Givskud, es nuestro sueño poder crear el mejor y más libre medio ambiente para los animales y para su relación con las personas”.

El complejo de 120 hectáreas se dividirá en diferentes secciones de campo abierto, cada una simulando diferentes ecosistemas de Asia, África, y América. Los visitantes podrán examinar los corrales gigantes desde lo alto de un muro perimetral, o bien disfrutar las vistas en bicicleta, barco, camión, o incluso teleférico. El recinto también contará con un sendero caminable de 7 kilómetros que bordeará cada una de las tres gamas principales.

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Además, BIG está muy interesado en nuevas ideas para camuflar a los visitantes en el paisaje, esto en beneficio tanto de los seres humanos como de los animales. Uno de los conceptos es poner espejos en los teleféricos, haciéndolos parecer menos amenazantes. 

Ahora bien, esa idea me parece un poco extraña y el dibujo de la propuesta es bastante inquietante. ¿Por qué un oso tendría más miedo a un teleférico normal, que a esta extraña y vaga forma humana dentro de una bola reflectante? Si yo fuera un oso definitivamente estaría más perturbado por esto último.

A pesar de lo desconcertante de algunos aspectos del proyecto, el concepto del zoológico per se, es extremadamente interesante. Lamentablemente tendremos que esperar hasta el año 2019 antes de poder verlo en práctica. Pero BIG no es la única organización que está tratando de reinventar el zoológico para convertirlo en algo más humano y educativo.

Así es, muchos zoológicos ya han tomado la misma iniciativa que BIG, poniendo la comodidad de los animales en el centro de su diseño. Hace apenas unos meses, el Zoológico de París abrió sus puertas nuevamente con una nueva infraestructura llena de enormes “biozonas” ecológicas sobre los recintos más pequeños de especies individuales.

Otra manera de evitar el dilema ético del cautiverio es construir una estructura que pueda ser utilizada por animales salvajes. En esta línea, dos de los conceptos más atractivos han apuntado hacia las aves migratorias, siendo sugeridos por firmas de arquitectos tanto mexicanas como argentinas.

La idea es construir “parques zoológicos verticales”,es decir, una torre abierta equipada con un montón de comida, refugio y follaje para el paso de las aves. Los visitantes podrán observar a las aves viajeras, al mismo tiempo que la propia torre refuerza la biodiversidad de pájaros de la zona.

Sin embargo, algunos conservacionistas prefieren desechar cualquier interacción directa entre animales y seres humanos. Tal como escribí hace dos meses, los zoológicos con cámaras web son una manera fácil de ayudar a las personas a sentirse conectados a la vida silvestre sin perturbar a los animales.

La compañía sin ánimo de lucro explore.org cuenta con decenas de cámaras establecidas alrededor de todo el mundo, supervisando diferentes especies en el medio silvestre. De acuerdo, es un poco voyerista, pero es mejor espiar a una familia de lechuzas blancas en su hábitat natural que en un pequeño aviario dentro de un zoológico.

Este enfoque tiene la ventaja adicional de permitir a la gente observar el comportamiento genuinamente salvaje. Los osos pardos en Zootopia eventualmente pueden acostumbrarse a los teleféricos con espejos, pero los osos pardos monitoreados por la cámara de Brook Falls ni siquiera saben que cientos de enredaderas los observan mientras beben agua del rio. Hay algo muy especial en ver a estos animales simplemente siendo ellos mismos.

Otra posibilidad sería simplemente reemplazar a los animales biológicos con dobles artificiales. Quizás el siguiente paso son los zoológicos cyborg, o zoológicos llenos de animales clonados. Sabiendo que algunos futurólogos han sugerido incluso resucitar mamuts lanosos y ponerlos en el zoológico, las posibilidades de conceptos novedosos para los zoológicos parecen no tener fin.

Así, mientras que los zoológicos tradicionales han sufrido un duro golpe últimamente, los zoológicos del futuro se perfilan para ser igual de entretenidos, además de contar con la ventaja de eliminar el sentimiento de culpa que inevitablemente viene al ver un animal enjaulado. Al parecer los seres humanos nunca podremos construir una sociedad utópica. Bien, pues al menos encontremos la manera de gestionar una zootopía.