Porciones: 6
Preparación: 15 minutos
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Total: 35 minutos
Ingredientes
170 grs de macarrones secos, de codito (alrededor de 11 ⁄4 tazas)
1 cucharadita de aceite vegetal neutral
60 grs de grana padano, rallado
60 grs de Jarlsberg, rallado
60 grs de cheddar blanco, rallado
2 tazas de crema espesa
sal de mar
Direcciones
1. En una olla mediana, hierve 2 litros de agua y 1 1/2 cucharadas de sal. Agrega los macarrones y hierve de nuevo; una vez hirviendo, cuece hasta que la pasta esté a penas al dente (5 minutos aproximadamente), luego escurre muy bien. Transfiere a una charola para hornear y vierte el aceite par evitar que la pasta se pegue. Deja que los macarrones se enfríen por completo. Deberías tener alrededor de 3 tazas.
2. Coloca una rejilla en el horno a 10 cm del gratinador y precalienta el horno. Mezcla el grana padano, Jarlsberg y el cheddar blanco en un recipiente grande; reserva el 60 por ciento del queso.
3. En una olla grande, hierve la crema espesa y un 1 cucharadita de sal de mar. Mantén un ligero hervor durante 2 minutos. La crema hará espuma y luego permanecerá en un hervor ligero. Añade la pasta y cuece, revuelve ocasionalmente, alrededor de 90 segundos. La crema comenzará a espesar ligeramente y a cubrir la pasta. Empieza a añadir el 40 por ciento del queso restante en pequeños puñados, revuelve y espera a que cada porción añadida se derrita e incorpore a la salsa antes de agregar más queso. Transfiere los ingredientes a un refractario para hornear, esparce el resto del queso sobre los macarrones con salsa y coloca el refractario sobre una charola para evitar posibles derrames. Coloca el refractario en el horno en modo gratinar durante 3 o 5 minutos, gira el recipiente si es necesario, hasta que el queso se derrita y caramelice en una costra dorada.
4. Pon atención al proceso, ya que cada horno es diferente. Retira el plato gratinado del horno y deja reposar 5 minutos. Sirve inmediatamente.