Este 8 de marzo, Día Internacional de la mujer, se estrena una de las películas más esperadas del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM): Capitana Marvel. La expectativa que generó tiene varias razones: la primera de ellas es que es la primera película de Marvel liderada por una mujer. En un universo donde solo los hombres parecen ser ultrapoderosos (exceptuando a Hela en Thor Ragnarok o a Scarlet Witch en Avengers), las figuras femeninas han permanecido si no ignoradas, sí relegadas a ser ornamentos y de fuerza limitada. Los personajes masculinos son prácticamente invencibles y las grandes batallas surgen alrededor de ellos, mientras que los personajes femeninos suelen tener como mayor atributo la belleza o el sacrificio.
Es por eso que Capitana Marvel marca un parteaguas en el UCM. Esto y porque, después de Infinity War y su reveladora escena post-créditos, la figura de esta superheroína sería clave para derrotar a Thanos. Pero apenas se filtró la noticia de que Brie Larson sería la actriz que daría vida a la Capitana Marvel, comenzaron a surgir voces de inconformidad.
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Era claro que el abierto feminismo de Brie Larson no iba a ser bien recibido por los machinerds, esos hombres heterosexuales doctos en el mundo de los cómics, que valiéndose de falacias ad hominem, suelen verter sus “humildes opiniones” para descalificar el trabajo de mujeres que tengan cualquier relación con el movimiento feminista. Basta ver los memes que hicieron comparando el trasero de Brie Larson con el de Spiderman para saber el nivel de discusión.
Ya en 2017 Brie habría levantado una intensa polémica en la entrega de los premios Óscar, en los que le tocó entregar el premio a mejor actor. Tanto su rostro como el momento posterior a la entrega no pasaron desapercibidos para el ojo clínico de los espectadores, quienes se dieron cuenta del gesto de Brie al leer el nombre del ganador, así como su renuencia a aplaudirle a Cassey Affleck.
¿Por qué se negó la actriz a aplaudirle a su colega? En medio de uno de los movimientos feministas con mayor empuje en la comunidad actoral, salió a la luz que Cassey había sido acusado de acoso sexual y comportamiento violento por dos mujeres. Esto no sería ignorado por Brie, quien no solo no aplaudió, sino que se quedó en posición de firmes y un gesto frío. Más adelante, cuando en una entrevista para Vanity Fair le preguntaron la razón por la cual no había celebrado el triunfo del actor, ella fue clara y tajante: “lo que hice en el escenario habló por sí mismo. Soy una mujer con convicciones”.
Precisamente esas convicciones la llevaron a hacer algunas declaraciones que apoyaban su deseo de que existieran medios de comunicación más diversos e incluyentes. Las palabras literales de Brie, mismas que emitió en una entrevista para la revista Marie Claire fueron:
“Hace un año, empecé a ponerle atención a mis días de prensa y a los críticos que reseñan películas y sé que eran en su mayoría hombres blancos. Decidí que en el futuro quería que mis días de prensa fueran más incluyentes. Luego de hablar contigo, con la crítica Valerie Complex y otras personas de color, me sonó a que en general no estaban teniendo las mismas oportunidades”.
Esa fue la excusa perfecta para que algunos medios, en aras de buscar clics hacia sus notas, replicaran encabezados del tipo “Brie Larson se pronuncia en contra de los hombres blancos” o “Brie Larson no quiere hombres blancos en sus conferencias de prensa”. Y esto, por supuesto, encendió los ánimos y llamó la atención de los machistas más recalcitrantes, quienes lejos de informarse de lo que la actriz en realidad había dicho, se lanzaron a hacer ataques sobre su persona e inclusive llamaron a un boicot para que la gente no asistiera a las salas a ver Capitana Marvel, acusando a la actriz de “loca”, “misándrica” y “feminazi”.
Todo esto derivó en que una oleada de machinerds se lanzaran a calificar negativamente la película Capitana Marvel en la página de Rotten Tomatoes, aun sin haberla visto. La publicación tomó cartas en el asunto y decidió desactivar la opción de tomar en cuenta la opinión del público, lo que los enfureció aún más. Estos machinerds hicieron extensiva su campaña de desprestigio y la llevaron a redes sociales, llamando a intensos esfuerzos por boicotear la cinta.
Incluso la propia Brie tuvo que salir a aclarar que sus palabras habían sido sacadas de contexto y que ella no buscaba silenciar a nadie, sino una crítica más diversa y que no solo estuviese conformada por hombres blancos. “Es difícil comentar al respecto porque no sé cuáles fueron los encabezados o qué se dijo o qué piensa la gente al respecto. Todo lo que sé es que estoy buscando traer más asientos a la mesa. Nadie está quitándole su silla a nadie. No hay menos asientos en la mesa, solo hay más asientos en la mesa”, declaró.
Las respuestas de las agencias creativas tampoco se hicieron esperar y tomaron partido. En España, por ejemplo, la agencia encargada de la promoción de Capitana Marvel creó el hashtag “#MujerTeníaQueSer”, con la intención de tomar una frase históricamente utilizada para violentar a las mujeres y convertirla en una insignia de orgullo y fuerza. Y dieron en el clavo, porque en realidad no se estaba atacando a Capitana Marvel porque fuera una mala película (pues nadie la había visto), sino porque a su protagonista se atrevió a tener una postura abiertamente feminista y en favor de las minorías. Sí, mujer tenía que ser.
Eso es lo que más les está molestando a los machinerds: ver a una mujer realmente empoderada y no a una mujer como objeto de consumo para los ojos masculinos. Es por eso que nunca les molestó Lara Croft o más recientemente a Wonder Woman. Porque seamos honestos, poner a una mujer con habilidades, manejando armas o dotarlas de superpoderes no significa que sean realmente mujeres empoderadas. El público masculino heterosexual quiere ver mujeres fuertes siempre y cuando tengan piernas largas, escotes prominentes y sonrisas gratuitas para alimentar sus fantasías hormonales.
Y Capitana Marvel es todo menos eso. Es una película con una mujer como protagonista, y que además está siendo dirigida también por una dupla conformada por una mujer (Anna Boden) y un hombre (Ryan Fleck), quienes trabajan (¡qué horror!) en paridad de condiciones. A los hombres hetero les parece impensable que una mujer sea la pieza clave para derrotar a Thanos, y que lo haga sin un traje que acentúe sus senos ni sus nalgas. A ellos no les importa que Brie haya ganado el Oscar a mejor actriz ni su probado desempeño actoral, ellos quieren otra mujer guapa y sin voz, del tipo que prepara las botanas en la cocina mientras ellos ven un partido de futbol en domingo.
Pero no machinerds, no van a tener eso, y váyanse acostumbrando. Porque por fortuna los tiempos cambian y muchas capitanas ya están en la ruta, haciéndose escuchar y demostrando que no hay patriarcado que dure eternamente, ni mujeres fuertes que lo aguanten.
@PaveloRockstar