En otoño de 2016, me hice donante de óvulos. Al acabar el tratamiento hormonal y la recuperación, empecé a sentir episodios inusuales de náuseas. Al principio no le di demasiada importancia, ya que supuse que era debido a los cambios hormonales que estaba experimentando. Descubrí también que el cannabis, que solía tomar para tratar el insomnio, me proporcionaba un alivio temporal de la sensación de náusea que tenía en el estómago.
Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, los episodios de náusea se prolongaban y acentuaban más. El olor y la visión de la comida me repugnaban. No era capaz de comer nada, a veces durante días, y empecé a perder mucho peso. Pedí una cita con un gastroenterólogo para ver si podíamos averiguar qué pasaba.
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Advertí que, cuanto más cannabis fumaba para aliviar la náusea, peor me sentía durante las horas en las que no fumaba. Parecía ilógico que el cannabis tuviera parte de culpa en mi estado, puesto que a menudo se receta para aliviar la náusea. Pese a ello, le comenté a mi médico que había estado fumando maría con cierta regularidad.
Para mi sorpresa, el médico me dijo que, en los estados de Estados Unidos en los que se había legalizado el consumo médico o recreativo de cannabis se había apreciado, además de un aumento de dicho consumo, un incremento significativo de un trastorno conocido como síndrome de hiperemesis cannabinoide (CHS, por sus siglas en inglés). Experimentaba náuseas prolongadas durante todo el día, un síntoma común del CHS. Como fumaba cannabis con regularidad, el médico supuso que mi problema estaba relacionado con el consumo de cannabis. Los resultados de los diversos análisis que me hicieron salieron normales, lo cual corroboraba sus sospecha.
El CHS es un trastorno desconcertante que afecta a los consumidores habituales de cannabis. Entre los síntomas más comunes está la náusea extrema, el vómito intratable y el dolor abdominal. Muchos pacientes afirman sentir alivio con duchas calientes. Se trata de una enfermedad poco habitual, teniendo en cuenta que a menudo se prescribe cannabis para tratar la náusea en pacientes con cáncer, por ejemplo. Y es que, al parecer, el cannabis puede también provocar el efecto contrario.
A veces, los síntomas del CHS tardan años en aparecer. La primera medida que deberían tomar los consumidores de cannabis que experimenten náusea y vómitos incontrolables debería ser dejar de consumirlo y ver si los síntomas remiten a los 2-3 días. Fue lo que me recomendaron que hiciera y a los dos días volví a la normalidad.
Se desconoce la causa del CHS. El cannabis tiene propiedades químicas complejas, lo que complica la tarea de determinar qué provoca este síndrome en apariencia paradójico. Una parte de la investigación se centra en los receptores corporales que se ven afectados por el consumo de cannabis. Se cree que un consumo frecuente y abundante provoca irregularidades en los receptores que a su vez llevan a los síntomas del CHS. Sin embargo, el consumo de cannabis es una práctica centenaria habitual en países como India, y los primeros síntomas del CHS se han empezado a registrar en las últimas dos décadas. Asimismo, hay regiones, como el sur de Asia, en las que no existen casos registrados de CHS en consumidores crónicos, no al menos en la medida en que se han registrado en Estados Unidos. Esto ha llevado a ciertos médicos a mostrarse escépticos respecto a la teoría de que el problema está en el cannabis y a aventurar que los culpables tal vez sean los aditivos. En el caso de Asia, no obstante, la falta de registros puede deberse a que la marihuana sigue siendo ilegal en la mayoría de los países, pese a su mayor aceptación en Occidente.
En mi caso, mi especialista en fertilidad creía que el CHS estaba directamente relacionado con los receptores debido al tratamiento de hormonas al que me estaba sometiendo. Tenía programada una segunda donación de óvulos, y mi médico pensó que al terminar, mis reguladores volverían a la normalidad. Y efectivamente, después del segundo procedimiento, dejé de experimentar los síntomas del CHS al consumir cannabis.
El uso medicinal del cannabis está cada vez más aceptado y contemplado como una alternativa efectiva a fármacos como los opioides. Al margen de su origen, la comunidad médica prevé un aumento en los casos de CHS, coincidiendo con un mayor consumo de cannabis.
El cannabis era ilegal donde vivo, por lo que dudaba de si contarle a mi médico que lo consumía. Además, debido a mis circunstancias, habría sido más fácil atribuir mis síntomas a los tratamientos hormonales a los que me había sometido hacía poco. Pero si no hubiera sido sincera, habría seguido enferma.
Es importante decirle la verdad a tu médico si consumes cannabis de forma habitual y empiezas a sentir estos síntomas. Ten en cuenta, también, que muchos médicos pueden no conocer el CHS y quizá debas ser tú quien mencione esa posibilidad. En todo caso, con el aumento de la legalización del cannabis, el CHS no pasará desapercibido durante mucho más tiempo y requerirá que se investigue en más profundidad y se encuentren modos de prevenirlo.
Este artículo se publicó originalmente en VICE Estados Unidos.