Sexo

Así se masturban (en solitario) las parejas que viven juntas

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Nunca he vivido con ninguna de mis parejas, así que desconozco todo sobre el noble arte de la convivencia. Nunca he tenido que regañar a nadie por no apretar desde abajo el tubo de la pasta de dientes, nunca nadie se ha quejado porque de septiembre a diciembre mude el pelo como los animales y lo deje todo perdido y nunca he tenido que pensar “en qué hora me vine yo a vivir con este”. No tengo ni idea de cómo es consensuar la tarifa del WiFi porque el Apex Legends no tira bien ni tampoco la lista de la compra.

Lo que sí tengo son muchas preguntas al respecto, y en las últimas semanas, a raíz del confinamiento, hay una que me ha asaltado de manera recurrente: ¿esa gente, la que convive con sus parejas, se masturba? ¿Se hace pajas? En soledad me refiero, no pajas conjuntas. Para tratar de dar respuesta, compartí mi duda en los stories de Instagram y le pregunté a algunas parejas que sí conviven.

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“Sí, claro”, me respondió David* que tiene 34 años y vive desde hace tres con su novia. “Justo hablaba de esto, de hecho, con un amigo hace poco, porque con la cuarentena la cosa se ha puesto más dura. Normalmente lo hago en el baño, a veces rápido y con un poco de miedo a que ella entre porque no hay cerrojo, o cuando ella no está. Ahora, con el confinamiento, también aprovecho a veces los ratos en los que mi pareja está haciendo videollamadas de trabajo o con sus amigas. Le digo que me voy del salón para dejarla tranquila y me voy al cuarto, y aunque es raro hacerlo mientras la oigo comentar cuándo nos van a dejar salir o explicando cosas del curro es lo que hay. La verdad es que nunca lo he hablado con ella, no tengo necesidad. Es algo que considero mío y que prefiero que quede para mí, igual que yo a ella tampoco le he preguntado nunca si lo hace”.

Esther*, de 29, dice que, como en todo cuando se trata de la pareja y la convivencia, hay etapas.
“Al principio de vivir juntos no lo hacía nunca, quizá porque teníamos mucho sexo al acabar de mudarnos juntos, o porque pasábamos más tiempo haciendo cosas el uno con el otro, ya fueran sexuales o no. Por la ilusión de empezar a vivir en pareja, no sé. Ahora hemos aprendido a tener cada uno nuestros espacios de intimidad, antes de que nos tuviéramos que confinar ya nos íbamos cada cual con nuestros amigos el uno sin el otro y yo aprovechaba esos ratos en los que no estaba él para masturbarme a veces. Tampoco por sistema, no estaba esperando a que cerrara la puerta para ponerme al lío, pero sí que lo hacía a veces”, explica.

Y confiesa que desde que empezó el confinamiento no se ha masturbado. “No por imposibilidad sino porque no me han entrado ganas, si no habría encontrado la manera, porque seguimos haciendo cosas por separado aunque ahora sea más difícil. Pero es que la líbido está un poco por los suelos. Eso de que las parejas que estamos confinadas juntas estamos follando como conejos no es verdad“, alerta.

“Aunque es raro hacerlo mientras la oigo comentar cuándo nos van a dejar salir o explicando cosas del curro es lo que hay”

Álvaro*, de 28 años, tampoco se ha masturbado desde que hace 40 días decretaran el estado de alarma. “Ahora que lo pienso puede que sea el periodo más largo de mi vida que he pasado sin masturbarme”, dice. “Pero sí que lo he hecho, y supongo que seguiré haciéndolo, viviendo en pareja. Lo he hecho en el baño, con el cerrojo echado, haciendo como que cagaba, pero también mientras mi novia estaba dormida alguna vez. Suele quedarse dormida antes que yo, sobre todo si estamos viendo alguna película o alguna serie, así que a veces lo he hecho con ella durmiendo al lado. No sé si es un poco creepy, creo que no realmente, se lo he contado y a ella no se lo ha parecido, se ha reído de hecho. No creo que sea por falta de sexo ni por insatisfacción, ni yo ni ella lo interpretamos así. Aunque sí que es verdad que nunca me he masturbado con ella durmiendo al lado ninguna noche justo después de tener sexo”, dice.

Pero hay quien considera que sí. Quien se pica si se entera que su pareja se masturba, viva con ella o no. Quien lo interpreta como signo de insatisfacción, de carencia. Uno de mis exnovios, cuando aún no era ex sino novio, le pidió una vez el ordenador a su hermana para ver porno porque se le había roto el suyo. Cometió el descuido de devolvérselo con la pestaña del vídeo en cuestión abierta y ella le respondió que qué puto asco y le dijo “si es que encima tienes novia”.

Carme Sánchez Martín, psicóloga clínica y sexóloga que trabaja para el Instituto de Urología Serrate & Ribal desmiente que la masturbación sea sinónimo de suplir una carencia sexual en pareja. “Hay personas a las que les molesta saber que su novio o su novia se masturbe porque lo ven como una especie de infidelidad, como si la sexualidad solo pudiera realizarse en pareja cuando no es así”, dice.

“Hay una parte de la sexualidad que es propia, íntima y con uno o con una misma, así como hay otra que es compartida. Probablemente y por falta de educación sexual hay quien piensa que que el otro se masturbe es sinónimo de insatisfacción, de que no es capaz de satisfacerle, pero no es así. La masturbación es una manera más de vivir la sexualidad, que engloba un abanico muy amplio de cuestiones y fenómenos más allá de la relación con el otro”, explica.

“Aunque follara tres veces al día”, dice Pedro*, que tiene 30 años, “seguiría masturbándome porque para mí es un complemento personal, no es comparable con follar, igual que follar no es comparable con masturbarse. Hay una escena de El Lobo de Wall Street en la que, aunque centrándolo en los negocios, hablan de esto, de que el personaje que interpreta Di Caprio se masturba aunque está casado y el por qué”, recuerda.

“No es comparable con follar”

Y la sexóloga suscribe, desde un plano más teórico, sus intuiciones. “Para nada son excluyentes la masturbación y el sexo en pareja. La masturbación forma parte de la sexualidad con uno mismo, y por tanto es muy diferente a tener sexo en pareja. Imaginémoslo con alguna otra cosa, con comer, por ejemplo. Que siempre comamos en pareja, que siempre disfrutemos de los manjares en su compañía no significa que un día no podamos comernos juntos un creppe de chocolate, ¿no? Muchas veces la masturbación se utiliza como una manera de evasión, de descargar tensiones, otras como espacio de intimidad y de estar con uno mismo. Es una parte íntima de cada cual, que no tiene que ver ni por supuesto sustituye el compartir sexo e intimidad con otra persona”, expone.

Emma*, que tiene 28 años, habla de que incluso experimenta más placer cuando tiene sexo habiéndose masturbado y tenido fantasías sexuales previamente, no en los momentos pero quizá si en los días previos que cuando no lo hace. “Cuando me masturbo, algo que sigo haciendo aunque ahora viva con mi pareja, normalmente cuando sale de casa -antes con sus amigos o al curro, ahora a comprar- no tengo menos deseo después sino al contrario, más. Para mí no es un sustituto de las relaciones sexuales con mi pareja sino que al contrario, las refuerza, me dan más ganas de hacerlo”, explica.

“La masturbación nos lleva a sensaciones íntimas con nosotros mismos, sensaciones que quizá sean similares a las que sentimos cuando tenemos sexo con nuestras parejas o quizá no. Y no tienen que ser ni mejores ni peores, son diferentes. Cuando un hombre o una mujer se masturban muchas veces buscan el desahogo, sentirse bien en ese momento, estar consigo mismos. Incluso hay personas, tanto mujeres como hombres, que en consulta me comentan que llegan a mejores orgasmos cuando están solos, pero que eso no les impide después tener relaciones sexuales con otras personas, porque de ellas sacan otros beneficios, otras cosas. Quizá no experimentan ese pico de placer tan intenso, pero en cambio sí que tienen otras sensaciones que también les comportan placer, y eso lo compensa”, remata Carme Martín Sánchez.

Así que ya sea en la ducha o haciendo como que cagas, encerrándote en el baño o con tu pareja durmiente al lado, cuando se va con sus colegas o a la compra, no te sientas mal por masturbarte. No es una infidelidad, ni significa que estés sexualmente insatisfecho. Canaliza tu remordimiento de conciencia en lo mal que haces apretando por en medio el tubo de la pasta de dientes, que luego se queda hecho un desastre. O no quitando los pelos de la pila del baño cuando te peinas o te recortas la barba con la maquinilla. Hay muchos motivos para sentirse culpable por cosas que hace uno cuando convive con su pareja, pero ninguno de ellos, según la doctora Martín Sánchez, es pajearse.

Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.

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