Nuestros mejores artículos de 2018 según los redactores de VICE España

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En 2018 hemos publicado exactamente 1.143 artículos originales con un promedio de 1.321 palabras cada uno. El artículo más largo tenía 9.876 palabras y el más corto 239. Si pusiéramos en fila todas las letras que hemos utilizado en formato Helvética 12, las 9.059.418 letras que contenían estos artículos cubrirían la distancia entre Palencia y Zamora.

No creáis ninguna de estas cifras, pero lo que sí que es verdad es que este año hemos escrito mucho y, creemos, buen material. Con esto de que el año se termina, para mirar un poco hacia atrás por última vez y encarar el 2019 como se merece, hemos pedido a tres de los redactores de VICE que nos cuenten cuáles han sido sus artículos favoritos de este año.

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Esto es lo que nos han contado.

Pol Rodellar

Pues la verdad es que a mí me gustan esos artículos que reflexionan sobre tedios y odios cotidianos, que sacan a la luz manías particulares y concretas con las que cierta parte de la población puede sentirse identificada. Me gusta sobre todo cuando son ideas poco aceptadas por la sociedad, que son incluso molestas o inmorales, al fin y al cabo la gloria siempre se encuentra en las ciénagas más inmundas. El caso es que este año me sentí muy identificado con el artículo de Ana Iris sobre la rabia que nos genera a los que no conducimos que el resto de la gente nos esté rallando todo el rato con las mierdas de conducir; que si sacarse el carnet es una cuestión de “responsabilidad” o que si otorga una “libertad” inaudita, ya sabéis, todas esas tonterías.

El artículo de Ana desgrana cada uno de los parlamentos que nos lanzan a los no conductores para que nos sintamos mal y los rebate con suma eficacia. Reflexiones necesarias y párrafos llenos de genialidad, con el equilibrio perfecto entre humor y verdad. El asunto se titula, muy acertadamente, “Parad de dar la chapa a los que no tenemos carnet de conducir”, por favor, leedlo, tanto si sois del bando de los que no tienen carnet de conducir como si sois de los del club del coche, a ver si nos dejáis en paz de una vez.

Os dejo aquí un párrafo a modo de ejemplo, uno que contiene humildad, odio y humor negro a partes iguales: “Porque la gente que conduce no entiende que quizá nos sentimos conformes con nuestra condición de personas condenadas a esperar al metro, a odiar a quien habla muy alto en los vagones y a sospechar de quien interactúa demasiado con los niños”.

Alba Carreres

Es realmente complicado quedarse con un solo artículo de todos los que se han publicado este año. Si hay algo que ha ocurrido este 2018 ha sido que Pol Rodellar ha vuelto a sus andadas y ha estado comiendo cosas. Sus experiencias en comida basura han virado a otro tipo de manjar y de modo de vida. En los últimos doce meses Pol se ha introducido en la comida supuestamente healthy y ha pasado una semana probando la comida fit, aquella que algunos utilizan para ciclarse.

Otro de los temas que este año me ha flipado ha sido esta vivencia de mi compañera Ana Iris Simón. “La historia de cuando mi madre abortó y mi padre me enseñó el feto en un bote” es un relato emocionante, tan impactante como lacrimógeno. Se me ponen los pelos de punta cada vez que lo recuerdo.

Pero este año han pasado muchas más cosas: ha sido el año en que hemos podido comprobar todo lo que era amarillo antes de lo amarillo en Cataluña, el año en que se han desmantelado más de 20 Narcopisos en el Raval de Barcelona y en el que en Madrid ha habido peña que ha decidido vender agua del grifo. El año de ligar en Tinder con canciones de Amaya y Alfred. El año de la Manada y de la fuerza del feminismo, o quizás deberíamos decir de “los feminismos”. El año en el que hemos podido encontrar pesadillas inmobiliarias como “vivir en una tienda china destrozada por 800 euros”. Pero sin lugar a dudas la era de Rosalía y de la gente descubriendo lo que es un disco.

Ana Iris Simón

A ver, yo siempre he sido pésima con las decisiones. Con 14 años les vendía a mis novios una teoría similar al poliamor sin haber leído nada sobre el poliamor, todo inventado, así que os hacéis una idea. El caso es que quiero elegir unos cuantos. Y de hecho voy a hacerlo.

El primero es la crónica que hizo Marcelo Criminal (sí, el autor de “Perdona, ahora sí que sí”) sobre la charla que dio en su ciudad el exorcista murciano Salvador Hernández Ramón. Murcia, Marcelo y la parte más oscura de la Iglesia Católica, joder. ¿Qué podría salir mal?

El segundo es el artículo en el que Pol Rodellar recopiló las respuestas de sus ex novias y amigas a una misma pregunta: ¿soy machista? Hay que ser valiente para hacerla -aún así, chavales, ¿a qué esperáis?- pero mucho más para publicar las respuestas y hacer eso de “revisarse los privilegios” sin que el fin último de hacerlo sea meter el pizarrín. Aunque bueno, en realidad no le he preguntado a Pol qué le motivó a llevar a cabo el experimento.

También me encantó el análisis sobre la nueva derecha en España y sus conexiones internacionales que hizo Gonzalo Herrera. Se publicó unos días antes de “Los 12 de VOX” e hice el ejercicio de leerlo también después. La primera vez flipé con el último párrafo, pero la segunda filpé aún más. Dice así: “La Haine empieza con una voz en off contando la historia de un tipo que cae por una ventana. Mientras cae se repite a sí mismo ‘de momento todo va bien, de momento todo va bien’. Esta es la mejor metáfora que se me ocurre para describir este conflicto político que se está dando ya y que va a resolverse en los últimos años, pues si algún eje se está planteando como substituto del eje izquierda-derecha en los términos en los que lo veníamos conociendo, es en mi opinión el eje que divide a los que admiten esta realidad a la que estamos abocados y los que no. Y los que creen que no llevan mucho tiempo preparándose para saber qué hacer en el momento en el que nuestros huesos se partan contra el suelo”.

Por último pero no por ello menos importante, me encantó cuando Alba Carreres entrevistó a Toñi, una abuela de 84 años, y le preguntó por su manera de concebir el sexo y el amor. Contenía enseñanzas tan sabias como que “lo más importante son los preliminares porque hay que calentar el horno para hacer un buen bizcocho”.