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La Suprema Corte de Justicia de la Nación votó a favor del derecho de cuatro individuos de sembrar y transportar marihuana para su consumo lúdico en una histórica decisión que representa el mayor paso hacia la legalización en el futuro.
La corte votó a favor de una propuesta presentada por uno de los ministros que basó sus argumentos en el derecho constitucional al “libre desarrollo de la personalidad”, así como las desproporcionadas sanciones para la marihuana comparadas con aquellas del alcohol y el tabaco.
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“Esta es una decisión tremendamente poderosa que podría abrir el camino a un cambio”, dijo Armando Santa Cruz, uno de los cuatro activistas detrás del caso que empezó con una solicitud para formar un club de cannabis en 2013. “Es como un hacer un hoyo en la pared pero al menos es el primer hoyo en la pared”.
El decisión únicamente se refiere a Santa Cruz y los otros activistas, aunque establece un precedente para casos similares en el futuro. Con otros cuatro fallos favorables más se establecería una jurisprudencia que requeriría que legislatura federal cambiara las leyes en México.
“Nuestro objetivo siempre ha sido cambiar la política de las drogas en este país, que es uno de los principales motores de la violencia, la corrupción y la violación de derechos humanos en México”, le dijo Santa Cruz a VICE News.
Las leyes en México actualmente prohiben casi cualquier cosa relacionada con la marihuana fuera de la posesión de cinco gramos o menos, lo que los activistas dicen que es algo irrelevante dado el poco número de consumidores que compran una cantidad tan pequeña.
La ola de leyes que permiten el uso de la marihuana en diversas partes de EEUU en los últimos años han apremiado diversas iniciativas a favor de la legalización en México, pero estas se han quedado atoradas en las comisiones legislativas.
Los activistas esperan que esta decisión aliente a los legisladores a retomar este tema que tiene especial importancia en México, dada la posición del país como uno de los mayores productores de marihuana en el mundo así como el hogar de las organizaciones criminales más poderosas.
Según un estudio realizado por la universidad CIDE en 2012, 60 por ciento de los reclusos federales fueron condenados por delitos relacionados con las drogas. La proporción se eleva a 80 por ciento en cuanto a las reclusas (mujeres). A pesar de que esto, en parte, está relacionado con las brutales guerras de la droga del país, muchos de los reclusos fueron detenidos con cantidades relativamente pequeñas de drogas blandas.
El presidente Enrique Peña Nieto ha preferido mostrarse tímido al respecto en lugar de encarar la legalización. Incluso mientras otras personas en todo el continente han hecho declaraciones fervientes, el presidente ha llamado vagamente a un debate sobre el tema sin hacer nada obvio para alentar el debate a algo más que la expresión de su oposición personal sin entrar en detalle.
La renuencia de la mayoría de los políticos mexicanos a abrazar plenamente el debate, a menudo, se explica haciendo referencia a las encuestas de opinión que muestran, abrumadoramente, una oposición a la legalización de cualquier droga ilegal, incluyendo la marihuana.
Una encuesta realizada por la empresa Parametría el mes pasado indicó que sólo 20 por ciento de los encuestados aprueba la legalización para uso recreativo, mientras que 77 por ciento se opuso a la idea.
Aunque esto está cerca de los niveles registrados en los EU en la década de 1970, los activistas pueden encontrar algo de consuelo en el hecho de que la oposición registrada en la encuesta en el 2008 fue de 92 por ciento.
Sin embargo, Parametría también observó un aumento dramático en la aprobación pública para el uso médico de la mariguana, que pasó de 48 por ciento el año pasado a 81 por ciento en la última encuesta.
‘Nuestro objetivo siempre ha sido cambiar la política de las drogas que es uno de los principales motores de la violencia, la corrupción y la violación de derechos humanos en México’.
Mientras tanto, el período previo a la resolución del día miércoles dio lugar a que una serie de funcionarios del gobierno mostraran su oposición a la legalización de manera mucho más clara de lo que habían hecho en el pasado.
Manuel Mondragón, quien encabeza la Comisión Nacional de Adicciones, dijo que la legalización aumentaría el consumo y la adicción.
“Yo no quiero que ninguno de los que participan en esta famosa liberalización se conviertan en adictos”, dijo Mondragón en un discurso el mes pasado. “No quiero que se conviertan en adictos a la marihuana, no quiero una sociedad adicta a la marihuana”.
Arturo Escobar, Subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana en la SEGOB, relacionó el mandato directamente con famoso líder del Cartel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, quien una vez más es nombrado tras su espectacular fuga de la prisión de máxima seguridad en julio.
“La liberación es mucho peor que la contención”, dijo Escobar al usualmente amigable periódico El Universal. “México no quiere hacer del Chapo Guzmán un hombre negocios”.
Australia, más cerca de legalizar la marihuana para uso medicinal. Leer más aquí.
El impreso también contenía una entrevista esa semana con el diputado secretario de educación superior Salvador Jara quien dijo que la legislación “podría tener un impacto muy negativo porque podría romper con tradiciones culturales importantes en México y dañar el tejido social”.
El mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se da tras una estrategia legal planeada meticulosamente que inició desde el 2013 cuando cuatro activistas veteranos con posiciones reconocidas en grandes negocios y como académicos, formaron un grupo llamado Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante, conocido por sus siglas SMART.
SMART solicitó permiso a la Secretaría de Salud para formar un club de cannabis, sabiendo que esto, en el futuro, abriría un camino para casos de libertades personales, una vez que la prohibición fuera rechazada por trasgredir la ley.
El caso fue sistemáticamente empujado hasta la punta del sistema judicial hasta que alcanzó la Suprema Corte de Justicia. Una vez ahí, fue acogida por uno de los magistrados más progresistas de la corte, Arturo Zaldívar, cuya propuesta fue votada y aprobada hoy. “Tenemos que empezar a diferenciar entre la sustancia y el infierno de la persecución de drogas”.
El activista de De la Cruz dijo que aunque él también está a favor de la legalización de otras drogas, todavía era demasiado pronto para abordar el tema en México. “No me atrevería a poner este tema a debate en este momento”, señaló. “Primero tenemos que dejar que la sociedad vea que el cielo no se va a caer por la mariguana”.
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