Artículo publicado originalmente por VICE Estados Unidos.
La mayor parte del mundo consumirá carne de origen alternativo para 2040, según un reciente reporte de mercado de la consultora AT Kearney. El reporte se titula “¿Cómo afectarán la carne cultivada y las alternativas a la carne a la industria agrícola y alimentaria?” y la respuesta es: demasiado. Según las estimaciones de la empresa, el 60 por ciento de la carne del mundo se cultivará en un laboratorio o estará basada en plantas para el 2040, además de que la carne convencional pasará del 90 por ciento del mercado al 40 por ciento en 15 años. Debido al respaldo del capital de riesgo, una mayor aceptación de los clientes de carnes alternativas, y características como una vida útil más larga, el reporte sugiere que “es solo cuestión de tiempo antes de que los reemplazos de la carne absorban una cuota de mercado sustancial”.
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Para el año 2040, la empresa predice que la carne cultivada (es decir, la que se produce mediante la recolección de células animales para producir nuevas proteínas en un laboratorio) será más popular que los “sustitutos de carne veganos”, como las hamburguesas a base de plantas que vemos en todas partes, y ocuparán el 35 y el 25 por ciento del mercado respectivamente. Uno de los socios de AT Kearney le dijo a The Guardian: “Para los amantes de la carne, el aumento previsto de los productos cárnicos cultivados significa que aún podrán disfrutar de la misma dieta que siempre han tenido, pero sin el mismo costo ambiental y animal que conlleva”.
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Dado el alto perfil de las marcas de carne alternativa como Beyond Meat e Impossible Foods, esto podría parecer razonable. Si eres un lector frecuente de las noticias sobre alimentos, esas marcas son inevitables, y esas opciones seguramente están ganando popularidad entre los consumidores: según las cifras de la Asociación de Alimentos Basados en Plantas, las ventas de carne a base de plantas aumentaron en un 24 por ciento entre 2017 y 2018 (la carne de origen animal, por su parte, creció un dos por ciento). Aún así, vale la pena tomar con reservas el reporte: la gente ha predicho la conquista del mercado por parte de las carnes alternativas desde antes de que la Hamburguesa Imposible fuera una idea en Silicon Valley.
Desde 1931, Winston Churchill predijo que la carne cultivada en laboratorio se convertiría en la norma dentro de 50 años. En el ensayo, “Cincuenta años después”, el ex primer ministro escribió: “Escaparemos al absurdo de cultivar un pollo entero para comer solo la pechuga o el ala, cultivando estas partes por separado bajo un medio adecuado”. El año de 1981 pasó hace mucho tiempo, pero el futuro que Churchill previó, donde “nuevas cepas de microbios serán desarrollados para que realicen una gran parte de nuestra química” para la elaboración de nuevas proteínas, aún no es parte de nuestra realidad.
Como el New Yorker ha señalado, algunas obras prominentes de ficción especulativa han incluido la carne cultivada en laboratorio en sus visiones del futuro. El mundo de Oryx and Crake, de Margaret Atwood, incluye bocadillos genéticamente modificados, mientras que en Neuromancer, de William Gibson, usan “carne cultivada en contenedores”. (Para ser justos con sus predicciones, la línea de tiempo de cada una es bastante escueta).
Después de que científicos holandeses cultivaran “tiras musculosas” en un laboratorio en 2011 , la BBC incluyó la carne cultivada en laboratorio como el alimento que comeremos en 20 años. En el mismo año, un investigador de Oxford predijo que dentro de cinco años el “picadillo” cultivado en laboratorio se convertirá en una opción comercial, según The Week, y que dentro de diez años habrá bistec cultivado en laboratorio, pero solo si aumenta la financiación de la investigación. En marzo pasado, Modern Farmer afirmó que la carne cultivada en laboratorio estaba “más cerca de los estantes de las tiendas”.
Sin embargo, después de “decenas de millones de dólares en los últimos dos años de multimillonarios como Bill Gates y Richard Branson, y los gigantes de la agricultura Cargill y Tyson”, escribió Nature en febrero, los biólogos dijeron a la revista que la industria todavía tiene “muchos obstáculos técnicos que superar”. Esto se suma a los inevitables problemas logísticos de regulación y ampliación a escala, como por ejemplo la reciente escasez de Hamburguesas Imposibles en restaurantes, y la idea de que la carne cultivada también puede ser destructiva para el medio ambiente.
Por supuesto, la carne cultivada en laboratorio eventualmente aparecerá en nuestro menú, y ¿quién sabe? Podría terminar siendo la opción más común. Por ahora, sin embargo, no estamos aguantando la respiración.