Artículo publicado originalmente por Munchies Estados Unidos.
“En lugar de minibar, tienen vasos con orina en la mesa”, revela una inquietante pero no completamente inusual reseña de Yelp del Motel La Ciénega en la ciudad estadounidense de Los Ángeles. La frase va acompañada de una foto de un vaso lleno dejado por un huésped anterior que, por lo visto, estaba moderadamente deshidratado durante su estancia.
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Eso es sumamente desagradable, pero si resulta cierta una encuesta reciente sobre vacacionistas, el minibar de tu hotel también podría estar lleno de la orina de un extraño. Hosbec, una asociación hotelera con propiedades en la Costa Blanca de España, dijo que uno de cada tres huéspedes que llenaron un cuestionario reciente admitió haber bebido botellitas de licor y luego haberlas rellenado con agua, otros líquidos o incluso su propia orina.
“Puede parecer ridículo, pero puedo asegurarte que es cierto”, aclaró un portavoz de Hosbec al tabloide británico The Mirror. “Nos ha tocado que la gente llene botellas con orina, pero gracias a dios el personal siempre lo ha detectado”. Aparentemente, quienes más llevan a cabo esta práctica son los turistas británicos.
En otras partes de la encuesta, los invitados confesaron haber robado las toallas del hotel, permitido que invitados no registrados pasaran la noche en sus habitaciones, y tomado algunas porciones adicionales del buffet del desayuno para comer más tarde ese mismo día. Ninguno es un comportamiento ideal, pero al menos nadie corre el riesgo de beberse una botellita de orina por accidente.
De acuerdo con The Mirror, Hosbec está considerando eliminar los minibares por completo y reemplazarlos con máquinas expendedoras adicionales en las áreas comunes. Pero regresando a la orina: hacer ese acto insalubre es repugnante, pero también es impresionante, porque esas botellas son pequeñas. (¿Cuál es la mejor manera de llenar una botella de un avión con orina? ¿Llevarla al inodoro? ¿Tener una uretra extraordinaria?)
Hace varios años, una mujer sueca que trabajaba en un hotel escribió en Reddit que había tenido que lidiar con alguien que había cambiado una botella de alcohol por su orina. “Revisen los sellos de los productos del minibar”, aconsejó. “Una vez tuve un huésped que había bebido whisky y luego orinó en la botella, la cerró y volvió a colocarla en el minibar. También he visto dulces que caducaron hace tres meses”.
Esperen… ¿también los dulces están caducos? Uf, desháganse de esos minibares de una vez por todas.
