Sulley Muntari es ghanés y juega para el Pescara de la Serie A. El fin de semana, en un episodio más de los recurrentes actos racistas en los campos italianos, Muntari fue víctima del acoso de aficionados del Cagliari, especialmente de un niño que, sin importar la presencia de sus padres, le gritó insultos racistas en varias ocasiones. Al finalizar el primer tiempo, el jugador intentó persuadirlo entregándole su camiseta y explicándole que lo que hacía no estaba bien.
Nada cambió para el segundo tiempo, el acoso no cesó, a pesar de que Muntari se acercó a la tribuna para pedirles que guardaran silencio. Sin embargo, de acuerdo con las declaraciones a Sky Sports, el árbitro lo regañó por interactuar con los aficionados: “El colegiado me dijo que no tenía que hablar con los espectadores. Me enfadé. Le pregunté si no había oído y por qué me decía esas cosas. Tienes que tener el coraje de parar el partido. Si no lo tienes, ¿quién eres?”
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Cansado de los insultos y cánticos, Muntari le pidió al central que parara el partido cuando corrían los 90 minutos. Su petición no solo fue ignorada, el árbitro le mostró la tarjeta amarilla. El ghanés dejó el campo muy molesto a manera de protesta, pero el abandono implica la suspensión de un partido que no será excusada por el Comité Disciplinario bajo el argumento de que los gritos eran imperceptibles, así lo informaron en un comunicado.
Los aficionados del Cagliari no serán sancionados por ese motivo. “Considerando que los cánticos raciales, deplorables en cualquier caso, fueron solo escuchados porque los aficionados participaban en una protesta silenciosa en ese momento, y porque fueron hechos por un número cercano a los 10 aficionados, lo cual es menor al 1% de los aficionados que ocupan ese sector de la tribuna (aproximadamente 2,000) no hay motivos para castigar este comportamiento. Realmente no se podía escuchar y además, no fue escuchado por el árbitro (como menciona el reporte)”.
La Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro) solicitó a la Serie A escuchar la versión de Muntari y analizar la situación para eliminar el castigo recordando que el jugador actúo conforme a sus derechos para pedir una solución del árbitro. “Ningún jugador debería sentir la necesidad de resolver los problemas por sí solo, como Muntari evidentemente se sintió obligado, abandonando el partido o reclamando a los aficionados por el comportamiento inadecuado”.