A los narcolépticos les cuesta distinguir los sueños de la realidad

Si un día sueñas que te echan del trabajo, probablemente cuando te despiertes te sientas aliviado: ¡solo fue un sueño! Sigues con tu día, y vas a ese trabajo que todavía tienes. Pero, ¿qué pasaría si recordaras ese sueño no como un producto de tu imaginación, sino como la realidad? En lugar de sentir alivio, te despertarías angustiado por estar en el paro.

Me enteré de esta confusión entre sueño y realidad por una amiga de Facebook que publicó que estaba teniendo problemas para distinguir entre ambos. Alguien comentó que sus sueños “son tan reales que después los siente como si fueran recuerdos”, otro que soñaba que se despertaba para hacerse un bocadillo y “que no tenía idea de si había pasado en realidad o lo había soñado”, y otro más puso que “en eso consiste el (su) arte, literalmente”.

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A veces es normal preguntarse si realmente has tenido una conversación o no, o si te levantaste en plena noche para comer algo. “La gente cree que está despierta cuando está soñando, así que la confusión entre saber si estás despierto o dormido es universal”, dice Allan Hobson, investigador del sueño y profesor del departamento de medicina del sueño en la Facultad de Medicina de Harvard, “pero algunas condiciones probablemente están más asociadas con pensar que un sueño es real”.


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Es común en las personas con trastornos psicóticos como el trastorno de bipolaridad y la esquizofrenia, para quienes las alucinaciones son un factor de la vida cotidiana. “Los límites entre los estados cognitivos son muy confusos para estas personas”, dice Patrick McNamara, profesor de Neurología de la Universidad de Boston. “Otros estudios han revelado que muchas veces son individuos con mucha creatividad —porque pueden cruzar los límites cognitivos— los más vulnerables a estos estados de confusión”.

Este problema puede estar relacionado con una pequeña sección de tu cerebro, un pliegue llamado surco paracingulado. Los estudios demuestran que las personas con un pliegue menos pronunciado experimentan más alucinaciones y son peores discerniendo entre eventos reales e imaginarios. Pero confundir la realidad con los sueños afecta desproporcionadamente a un grupo concreto de personas que no tienen trastornos psicóticos: a los narcolépticos.

Erin Wamsley, profesora de Psicología de la Universidad Furman, llevó a cabo un estudio en el que encontró un vínculo abrumador entre las delirios del sueño y las personas con narcolepsia de tipo 1, el tipo que también causa cataplejía, una parálisis muscular completa y repentina que muchas veces la causan las emociones fuertes. La cataplejía es un fenómeno de una fracción de segundo en el que, de un momento a otro, alguien que se puede estar riendo de un chiste, cae de repente desplomado al suelo. Una vez han caído, muchas veces se quedan durmiendo.

“Se cree que el problema fundamental en la narcolepsia es que las personas se mueven entre los estados de consciencia demasiado rápido y de manera abrupta”, dice Wamsley. El 83 por ciento de los narcolépticos a los que entrevistó Wamsley para su estudio experimentaban confusión de realidad y sueño, todos al menos una vez al mes. Solo el 15 por ciento de los que no tenían narcolepsia tuvo el mismo problema, y solo el cinco por ciento lo experimentó más de una vez en su vida.

Para los narcolépticos, la confusión no solo era más frecuente sino que era más drástica. Así lo describe Wamsley:

Una de mis pacientes experimentaba sueños eróticos en los que le era infiel a su esposo. Ella creía que en realidad sí pasaba y se sentía culpable por eso hasta que por casualidad se encontró a su “amante” y se dio cuenta de que no se habían visto en años, y que no había pasado nada entre ellos. Muchos pacientes sueñan que sus padres, hijos, o mascotas se mueren y creen que efectivamente ha pasado (un paciente incluso llamó a la funeraria para hacer los arreglos) hasta que se sorprenden porque las pruebas muestran lo contrario, cuando los que supuestamente habían muerto de repente aparecen otra vez en sus vidas.

Las personas sanas se “confundían por poco tiempo sobre una algo menor que no tenía consecuencias”, mientras que “los pacientes con narcolepsia se sentían confundidos por períodos de tiempo más largos sobre cosas más serias por las que una persona común no se confundiría”, dice Wamsley. Vale la pena señalar que los que no tienen problemas de sueño muchas veces se enfrentan al dilema de si pasó o solo fue un sueño, mientras que los narcolépticos del estudio de Wamsley dieron por hecho que sus sueños sí pasaron sin cuestionárselo.

Las personas con trastornos del sueño tienen sueños inusualmente vívidos y se acuerdan casi por completo de los sueños, lo que podría explicar el error en sus recuerdos. “Cuando tú y yo pensamos en lo verdadero y en lo real, podemos usar las impresiones perceptuales como una señal de eso”, dice Wamsley. “¿Viste algo en la televisión o fue tu experiencia real?”. Los narcolépticos pueden recordar sus sueños como acontecimientos reales, porque están llenos de detalles de la vida real y son muy claros.

También es posible que el hipocampo, la región del cerebro responsable de codificar nuevos recuerdos, funcione de manera diferente para ellos. Dependiendo de su estado de conciencia, su hipocampo está o bien grabando nuevos recuerdos en el modo “escribir”, cuando está despierto, o recapitulando los recuerdos pasados en el modo de “reproducir”, cuando está dormido.
“Cuando un organismo se duerme, los recuerdos de una experiencia reciente se repiten en el cerebro dormido a nivel celular”, dice Wamsley. Pero en la narcolepsia, el hipocampo podría permanecer en modo “escribir” durante el sueño, codificando los sueños como experiencias reales como lo haría cuando estás despierto. Es difícil hacerse con estos datos cerebrales en un laboratorio porque la confusión de la realidad que sueñan no ocurre a placer. La pregunta sigue siendo por qué sucede, pero no si sucede o no.

“Es algo que los pacientes que tienen narcolepsia realmente sufrían”, dice Wamsley, aunque no es un síntoma oficial del trastorno. “Pero hay muy poca investigación sobre esta idea de confundir los sueños con la realidad”. Estudios futuros podrían analizar hasta qué punto los narcolépticos recuerdan el origen de un recuerdo. “Me interesaría ver cómo se desempeñan en una prueba como esa para ver si tienen problemas más generales para distinguir lo que es real de lo que se imagina, o si realmente es específico de los sueños”, dice Wamsley.

Por ahora, si solo estás confundido sobre acontecimientos que no tienen importancia, deja de preocuparte; está bien si te despiertas para hacerte un bocadillo en mitad la noche.