Identidad

Niñeras cuentan sus peores experiencias trabajando con niños ricos

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De vez en cuando, cuando mi cuenta bancaria está en ceros y el moho de mi baño parece estar tomando vida, me pongo a buscar “trabajos cool” en Internet. Algo que me ayude a viajar al extranjero, tal vez, y me deje algo de dinero sin tener que volver a ser estudiante. Resulta que ser niñera cumple con la mayoría de esos requisitos.

Por un lado, entiendo el atractivo, especialmente si pagan bien y puedes vivir gratis en una casa elegante. Por otro lado, los súper ricos son los que pueden pagar niñeras, y todos saben que una vez que su patrimonio neto alcanza un cierto punto, ya no se puede esperar que sean personas racionales.

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Pero, ¿cómo es realmente trabajar para los hijos de los ricos? ¿Los padres son tan malos como los niños? Le preguntamos a algunas niñeras cuáles han sido sus peores y más extrañas experiencias trabajando con gente millonaria.

“El niño me amenazó con un cuchillo de cocina”

Yo era au pair para una familia con una hermosa casa en las afueras del centro de la ciudad de Bolonia, Italia. El niño tenía seis años, iba a cumplir siete y era hijo único. Hubo algunos incidentes con él. Un día, cerca del final de mi estadía, el niño me amenazó con un cuchillo de cocina y me lo acercó a la cara. La madre entró y dijo: “¿Puedes dejar eso?”

Ese mismo día, tomó una cuchara de madera de la cocina y me pegó en la pierna con tanta fuerza que casi me deja un moretón. A los padres simplemente no les importaba, nunca hubo consecuencias. Creo que me veían más como un artefacto útil, que como un ser humano. Emma.

“Me gritaban si ponía demasiada agua en la olla para cocinar pasta”

Yo trabajaba como au pair en una ciudad a las afueras de Boston. La mamá era doctora y tenía problemas de ira, el papá era un director ejecutivo alemán que gritaba todo el tiempo y tres niños de 12, 15 y 18 años. La familia tenía mucho dinero, pero no se notaba porque reutilizaban todo hasta el punto de la ridiculez: bandejas para hornear, el papel aluminio, hasta las más mínimas sobras de comida. Incluso reutilizaban las bolsas para recoger la caca de los perros.

Yo tuve que conducir hasta la escuela varias veces para entregarle a uno de los niños la manzana cortada del desayuno para que no se desperdiciara. También me gritaban si ponía demasiada agua en la olla para cocinar pasta. Siempre que no estaban en casa, simplemente recogía la basura en una bolsa y la tiraba en uno de los contenedores de basura de la ciudad. Lana. 

“La madre sacó ilegalmente a su hija de la escuela; yo era la única fuente de educación de la niña”

He trabajado de niñera durante casi una década, y hace poco trabajé para una madre abogada y su hija de nueve años en el Valle de Santa Clarita. Se supone que yo le ayudaría a la niña a mejorar su lectura, pero rápidamente me convertí en su “tutora”. Tres meses después, la madre sacó ilegalmente a su hija de la escuela y yo era la única fuente de educación de la niña. Tuve que usar mi tiempo libre para buscar los libros de texto que usaríamos.

Se me ocurrió un plan de estudios completo, con lectura, escritura, matemáticas y más, aunque no soy maestra certificada. En general, la mamá me trataba mal, siempre me cancelaba en el último minuto e incluso me retenía el pago. Isa. 

“La madre compró todo un edificio de apartamentos sólo para que su hija pudiera hacer un jardín”

Soy niñera de una niña en Japón, y sus padres trabajan principalmente para su propia empresa inmobiliaria. Una de las historias más locas fue cuando la niña quería hacer un jardín de flores. Ya tienen un hermoso jardín enorme en su mansión, pero el jardinero no quería que ella lo estropeara.

La niña vio una parcela de tierra al lado y me pidió que hiciera un jardín allí. Cuando le dije que no podíamos porque esa no era su casa, dijo que le preguntaría a su mamá. La mamá llamó al dueño de la tierra y se ofreció a comprarla. Le dijeron que no estaban vendiendo el terreno, por lo que la madre compró todo el edificio de apartamentos, junto con el terreno, solo para que su hija pudiera hacer un jardín al lado de su casa. Jake

“Nos corrieron con una semana de antelación”

Mi pareja y yo comenzamos a trabajar como niñeros cuando nos mudamos a Inglaterra para aprender más inglés. Una pareja acababa de mudarse a un barrio elegante en Buckinghamshire. Su nueva casa valía 2.4 millones de dólares, tenían un nuevo cachorro, un auto nuevo y nuevos niñeros (nosotros). Nos trataron de la mierda; por ejemplo, antes de mudarnos nos dijeron que podíamos usar su automóvil, pero una vez que nos mudamos, no dijeron que siempre no.

En dos meses nos querían fuera porque el papá perdió su trabajo en una gran empresa, a pesar de que teníamos un contrato por 12 meses. Cuando preguntamos por el contrato, la madre dijo que lo había perdido, pero creo que era mentira porque no querían pagarnos la tarifa acordada por cancelarlo. Nos corrieron con una semana de anticipación, sabiendo que no teníamos a dónde ir, y durante esa semana dijeron que no podíamos tocar nada de su comida, excepto la leche y la mantequilla. Peter. 

“Los niños literalmente recogían caca y me la aventaban”

Fui au pair para una familia en Córcega, Francia, que vivía en las montañas. El terreno alrededor de su casa era increíble: la madre tenía un restaurante allí y había una piscina. Era muy hermoso. Los dos hijos parecían muy dulces cuando los conocí, pero todo cambió al día siguiente. No eran como yo pensaba. Tenían tres caballos y los niños literalmente recogían la caca y me la aventaban.

También había un gato callejero que vivía en los alrededores del rancho, y un día lo agarraron y lo dejaron en una jaula sin comida ni agua. Cuando finalmente lo encontré, estaba muy enojada. Los niños orinaban en cualquier lugar, incluso alrededor de la piscina, y la mamá no los regañaba. De hecho, me amenazaron con dispararme, no lo sé con certeza, pero podría haber armas de fuego en la casa, porque la familia iba a cazar con sus perros. Todo esto sucedió en tres días, y luego tuve que decirle a la familia que me iba. Simplemente no soporté más. Naomi.

“Sentí como si quisieran encontrarme descuidando a la bebé”

Era mi primer día de trabajo y el papá me dijo que iba a salir por 15 minutos. Pasó una hora y no había regresado, así que dejé a la bebé para que durmiera la siesta. Tenía que hacer pipí, y siempre llevaba una cámara para vigilar a la niña en caso de emergencia. Mientras estaba en el baño, vi al padre entrar y hablar con la bebé, luego llevarla a otra habitación para cambiarle el pañal.

Cuando salí, me dijo que por qué iba al baño durante la siesta de la niña y dijo que era “preocupante”. Le dije que la bebé estaba a salvo, pero siento que estaba tratando de encontrarme descuidando a la bebé. Decidí irme en ese momento. Jess. 

@AnnaVictoriaSam