Así son las ocho horas perfectas de Núria Marín de Cazamariposas

Todas las fotos cortesía de Núria Marín

“Sabía que molaba, pero no tanto”. Así se lo tomó Núria Marín cuando le propusimos entrevistarla .

Ella es presentadora en el programa Cazamariposas de Divinity y también trabaja en Telecinco. Ahora puede presumir de ser compañera de parrilla del programa que tiene más críticas por segundo emitido y que de momento aún sigue presentado por Sara Carbonero. Además de trabajar trajinando un micro con alas de alevilla, Núria ha redactado para la revista más leída en los 90 en la playa y en el baño (la SuperPop), estuvo como guionista en el desaparecido Canal Català y finalmente fue a parar a La Fábrica de la Tele donde ha trabajado para programas como “Sálvame Diario, Abre los ojos y mira o Campamento de Verano”. Desde hace un tiempo, junto a Nando Escribano, se dedica a difundir los cotilleos de la vida de aquellos que dicen ser famosos en Cazamariposas. Ojo, ¡y le chifla! Me acerco al plató del programa para preguntarle cómo serían sus ocho horas perfectas.

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VICE: Dime Núria, ¿dónde amanecerías para empezar tus ocho horas perfectas?
¿Puedo fliparme mucho?

¡Por supuesto!
Yo me levantaría en un súper hotelazo, con las sábanas blancas, todo enorme, y tendría un desayuno fitness que me lo habría preparado Elsa Pataky.

¿Sabes que toma los zumos verdes esos? Pues Elsa Pataky vendría expresamente a hacerme un zumo de esos acompañado de unos huevos benedict con salmón, que es lo mejor del mundo y me comería ahora mismo dos platos. Después seguramente haría un entreno.

De esos espartanos que te gustan, ¿no?
Sí, mañana tengo una Spartan Race y no voy a poder ir porque estoy con bronquitis. Pero voy a soñar que estoy bien y que iría a un entreno de aquellos súper top con las modelos Victoria’s Secret, de los que entrenas una hora y te vuelves como ellas.

¿Habría barro o no?
No, porque solo sería un entreno. El barro es solo para el día de la carrera. En el entreno tendría que haber boxeo y tendría que hacerme como mínimo un moratón, porque si no me hago un moratón en los entrenos es como si no hubiese entrenado. Algún rasguño, sangre o algo… necesito hacerme algo de daño para saber que me he esforzado lo suficiente. Entrenaría una hora y media, luego me tomaría un batido con Adriana Lima y Gisele Bündchen.

¿De qué hablaríais?
A Adriana Lima seguro que le sacaría el tema de que su marido va a tener una hija con otra mujer. Que tu dices: “Hola, soy Adriana Lima, una de las mujeres más bellas del mundo y mi marido me pone los cuernos”. Entonces es como de repente ves que es humana y tú te sientes un poco bien porque la vida tiene un punto de justicia.

Mientras hablo con ellas recibo una llamada.

¿La coges?
Sí, porque es Letizia Ortiz. Recién salida de su clase de zumba en Zarzuela decide llamarme y me dice que me va a conceder su primera entrevista televisada. Rápidamente volaría hasta palacio para hacérsela.

¿En tus ocho horas perfectas trabajarías?
Yo soy una yonqui del trabajo, y si me llama Letizia me da igual donde esté que yo voy. Creo que es vergonzoso siendo periodista como es que nunca haya concedido una entrevista. Quiero saber si va a votar, qué come… quiero saber todo sobre Letizia. ¡Le pago sus clases de zumba!

Han pasado casi cuatro horas y estás en la Zarzuela con Letizia Ortiz…
No sé por qué pero me imagino que Letizia tiene una sala de cine y seguro que estaríamos allí charlando y hablando de sus intimidades. Como me habría tomado unos batidos antes ahora me apetecería comerme unos hot dogs con la reina, compensar. A media entrevista llaman al timbre y aparecen Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa.

¿A qué han venido?
A ver una peli. La de Frozen. Porque yo creo que Letizia está harta de ir de cultureta. Ella hace ver que va a ver pelis iraníes pero en verdad le mola Frozen.

A mí me gustaría también que Mario Vargas Llosas me contase los motivos verdaderos por los que se enfadó con Gabriel García Márquez, pero en esos momentos tengo que dar prioridad a Letizia. Además aparecen sus hijas Sofía y Leonor y les preparo la merienda: sándwiches de mantequilla de cacahuete. Pero Leonor es alérgica al cacahuete (no sé si es verdad), y de pronto me encuentro con que pongo en peligro la sucesora al trono. Letizia confía en mí para darme su primera entrevista y yo casi mato a su hija. Por suerte no le pasa nada.

¿Después de este susto, no te apetecería dar una fiesta en algún sitio?
Sería genial dar una pool party en la azotea de un hotel muy lujoso de Madrid en la que haya batidos, piruletas enormes, nubes de azúcar… Improvisaríamos un concurso de carrera de natación, otro de saltos al más puro estilo “Mira quién salta”, y yo presentaría y saltaría a la vez, porque me gusta hacer de todo.

¿A quién invitarías?
A gente de Sálvame, Cámbiame, a mis compañeros: Pelayo, Nando, Natalia, Marta Torné… Ah, y Paquirrín sería el DJ. Tendría que ser una piscina honda porque desde “Mar adentro” me obsesiona mucho el hecho de que al saltar te cubra suficiente.

Total, que hacemos un concurso de saltos y tendría que ganar Lídia Lozano, la pobre, porque la están machacando tando en Sálvame que necesita que algo le salga bien. Entonces aparece Olvido Hormigos, que se intenta ligar a todo el mundo de la fiesta que es como: “Tía Olvido, para ya… tienes un furor uterino que no veas, deja de ligarte a todo Dios”. Por esto tine tan buen cuerpo la tía.

¿Crees que tiene realmente buen cuerpo de tanto sexo?
A ver, yo me he puesto la “Fitbit” (la pulserita para contar la actividad física) para follar y no se activa eso… pero yo no sé qué hará Olvido, igual hace algo que yo no hago…

Olvido se tranquiliza, Lídia se proclama vencedora… ¿Cómo sería la entrega de premios de la Pool Party?
Repartiría pelucas a todo el mundo, la mía sería rosa, y todo estaría decorado al más puro estilo de los videoclips de Katy Perry. Es más, la misma Katy Perry habría venido como party planner y lo habría decorado todo.

Te quedan veinte minutos para acabar tus ocho horas perfectas…
Todo calculado. En Sálvame Deluxe me estarían esperando para retransmitir la entrevista a Letizia. Me maquillo corriendo y entro en el plató. María Patiño me hace un hueco y yo doy paso a la entrevista. Disfrutaría explicando a todo el mundo cómo han sido esas ocho maravillosas horas.