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Ondear la bandera palestina en manifestaciones será ilegal de acuerdo al nuevo plan antiterrorista israelí

El paquete de duras y trascendentales leyes antiterroristas presentadas el miércoles en Israel, podría hacer que ondear la bandera palestina en manifestaciones sea ilegal y que lanzar petardos sea penado con expulsiones a la Franja de Gaza.

En un movimiento diseñado para detener la glorificación del terrorismo, la propuesta de ley también criminalizaría la impresión de los carteles distribuidos con frecuencia entre la comunidad palestina, tras los ataques que rememoran a los asesinos como “mártires”.

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El plan de ocho puntos fue presentado el miércoles al primer ministro de Israel, Benjamin Netannyahu, quien ordenó su redacción en respuesta a un reciente aluvión de ataques terroristas con tiroteos, atropellos y apuñalamientos que tuvo lugar en Jerusalén causando al menos 11 víctimas israelíes.

Los enfrentamientos entre jóvenes palestinos y las fuerzas israelíes se han convertido en un fenómeno frecuente en la Ciudad Santa después de un verano de intensos disturbios, entre ellos una sangrienta guerra de 7 semanas en Gaza en la que murieron más de 2.100 palestinos y 66 soldados israelíes.

Otras propuestas del documento reforzarían y afirmarían legalmente una serie de medidas polémicas que ya están en uso provisional, tales como: la demolición de viviendas familiares donde viven presuntos terroristas; sin tener que devolver los cuerpos de los terroristas a sus familias; y la revocación de la ciudadanía o residencia de los familiares que apoyen sus acciones.

El paquete de medidas antiterroristas, sugeridas como medidas temporales para hacer frente a la crisis actual, casi seguro va a avivar aún más las tensiones entre israelíes y palestinos — y es probable que también aumente las disputas internas de país.

La llamada “Ley del Estado Judío” (Jewish State Bill), aprobada el domingo como proyecto de ley por una mayoría de 14 votos contra 7 en el Gabinete de Seguridad Israelí, tras un intercambio de insultos entre los ministros, ya ha desatado duras críticas por parte de varias figuras políticas que la califican de fundamentalmente racista y antidemocrática.

Apoyado y promovido por Netanyahu, el proyecto de ley propone eliminar el árabe como idioma oficial y cita la ley judía como una inspiración para la legislación.

Gran parte de esas críticas han venido hasta el momento de la asediada izquierda política de Israel, sin embargo ahora, el presidente del país Reuven Rivlin, un político derechista acérrimo y miembro del Partido de Netanyahu Likud, también ha decidido unirse a la reprobación de esta ley.

Rivilin tildó el proyecto de ley de innecesario y contraproducente, en una aparición la noche del martes en la ciudad israelí de Eliat. “¿Cuál es el objetivo de este proyecto de ley? ¿No creéis que esta propuesta está planteando, de hecho, interrogantes sobre el éxito del régimen sionista? ¿No está en realidad hecha para beneficiar a los que buscan calumniarnos?

El israelí derechista y ex ministro de Defensa y Relaciones Exteriores, Moshe Arens, también ha criticado el proyecto de ley en un artículo de opinión para el medio izquierdista israelí Haaretz. “La propuesta de ley además de innecesaria, también es perjudicial”, escribió.

“Una cuarta parte de la población de Israel no es judía, y posiblemente el elemento más importante en la agenda de la nación debería ser su integración en el tejido de la sociedad israelí y su participación en la economía israelí. Es decir, darles la sensación de que están en su propia casa, de que son ciudadanos iguales al resto”.

La inesperada reacción hostil por parte de los políticos conservadores y liberales también podría, por su parte, obstaculizar los planes políticos de Netanyahu en su intento de reforzar y afianzar el apoyo para seguir liderando un gobierno de coalición desde la poderosa derecha Israelí, teniendo por delante unas posibles elecciones anticipadas.

A modo de respuesta irónica ante el proyecto de ley, centenares de árabes israelíes han puesto el sello de “ciudadanos de segunda clase” en su foto de perfil en Facebook.

El estudiante de diseño gráfico que inició la campaña, Sana Jamalia, definió la propuesta en declaraciones al Haaretz como “despectiva”, aunque también dijo que era ridícula debido a que la discriminación hacia los árabes israelíes y los palestinos ya está profundamente arraigada en la sociedad desde hace tiempo.

“Que hay de nuevo aquí? Nunca hemos sido ciudadanos de primera clase. Por lo menos esta vez lo hemos dicho voz alta. Prefiero que nos lo digan directamente y no seguir fingiendo que vivimos en un país democrático… [dónde] son justos sólo consigo mismos y se llenan la boca proclamando la igualdad de derechos”, añadió.

No obstante, el comentarista político palestino Azzan Abu Saud, presentó en Jerusalem una visión mucho más pesimista sobre la situación. “Estas medidas no van a frenar todo lo que está pasando, porque estas acciones son consecuencia de lo hartos que estamos de la opresión constante”, dijo a VICE News. “La única solución para ellos [los israelíes] es matar a todos los palestinos. Este es el comienzo de la tercera intifada”.

De España a la yihad en Siria.  Leer más aquí.

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Traducido por Alexandra Carrera.