Al salir de la ciudad de Medellín, apenas a 30 minutos de viaje por carretera, uno se puede adentrar en una de las subregiones con más movimiento del departamento de Antioquia, en donde la cordillera escarpada contrasta con la variedad de climas que cubren desde amplios altiplanos hasta cauces que desembocan en los ríos Cauca y Magdalena. Estamos hablando del Oriente antioqueño.
Tierra de imponentes y verdes montañas, de silleteros y de calentados de frijoles. Pero en los últimos años, un nuevo ingrediente ha pasado a forjar el realismo mágico de la región, logrando incluso acaparar gran parte de las miradas que se centraban únicamente sobre el Valle de Aburrá. El techno, género parido en las entrañas de las urbes de Detroit y Berlín, se convirtió en un constante atractivo para todo el público de Oriente, público joven y sediento que lo ha establecido como el cimiento inicial que erigiría la catalización de toda una escena.
Videos by VICE
Hipnotik Sound, el colectivo fundado por Juan Diego Flórez hace más de 12 años, es el bastión de una gran historia que comenzó a escribir sus capítulos en los municipios de Guarne, Rionegro, Marinilla, La Ceja y El Carmen de Viboral, principalmente.
“Es gratificante ver que los primeros asistentes a las fiestas, ahora son dueños de colectivos reconocidos de la región, los cuales también influyen en la cultura de la escena del oriente antioqueño”, confiesa Juan Diego. Desde su punto de vista, el factor diferencial que ha potenciado el encanto de la región es el gusto de las personas por los aires de tolerancia y respeto que predominan en los eventos. “La influencia de la música sobre las personas, lleva a que se sientan identificados con la cultura raver, ya que buscan espacios donde se puedan desarrollar libremente, además de experimentar sensaciones indescriptibles”.
“Yo justo empecé asistiendo a los eventos de Hipnotik Sound y al Lovers Festival”, recuerda Sebastián Iral, uno de los fundadores del colectivo OCC, también conocido como Oriente’s Crowd Community. “Luego me interesó el tema de hacer eventos, pero primero comencé con mi propia emisora de Mixcloud online. Dos meses después hice el lanzamiento y asistieron más de 250 personas”. Junto a su hermano, Daniel Iral, Sebastián ha querido reproducir su pasión por el techno, siempre desde un concepto de comunidad, permitiendo que otros colectivos se vinculen para generar un diálogo y potenciar un concepto en torno al género que tanto los mueve.
Es así como dentro de su historial de eventos ya se pueden contar nombres de peso en la escena techno internacional como Developer, DJ Hyperactive, Eduardo de la Calle y Raffaele Attanasio, por mencionar algunos de los artistas que se han sumergido en los paisajes naturales de la región.
Mateo Valencia, cabeza del colectivo Dystopian IURIS, quienes justamente traerán a Adriana López en conjunto con OCC el próximo 24 de marzo, asegura que “la magia de Oriente es que no todos nos vemos como competencia, si no como una misma familia en la que muchos queremos trabajar juntos en pro de esta cultura y escena, para que esto crezca más y más… ese es el objetivo”.
Para Mateo, el ambiente en el Oriente gusta mucho por los eventos que se realizan en fincas, pudiendo observar las montañas que los rodean, y el poder recibir el amanecer bailando hasta altas horas de la mañana. “Los DJs que vienen a tocar a Oriente se van muy contentos porque se sienten en familia, y el público es muy entregado, o como dice Juan Diego de Hipnotik Sound: “Oriente es más que un público, es una familia”, y su frase de siempre –que se ha convertido en todo un manifiesto de la región–, “ORIENTE NO MIENTE”.
Otro de los precursores que se la ha jugado ciegamente por el desarrollo del escenario electrónico en la región es Gabriel Giraldo, mejor conocido como Gabriel G. En compañía de Miguel Duque, ambos son considerados los DJs pioneros de la región. “Visualizar ese proceso tan bonito que se ha venido dando es muy gratificante. En los últimos tiempos hemos tenido el boom, pero desde hace años que se ha venido generado un trabajo en la escena como tal. Primero fueron las fiestas outdoors por parte de algunos colectivos, luego se dio el paso a los clubes, y fue ahí cuando vi la posibilidad de iniciar mi colectivo, E-Concepts, unas capacitaciones y cursos para DJs”.
Según Gabriel, una cosa lleva a la otra, lo que ha permitido que se fortalezca la pluralidad en el ámbito de lo que suena, eso sí, recalcando que el EDM y la guaracha todavía no han invadido a los ravers de Oriente.
Documental realizado por el grupo de trabajo audiovisual, Mountain Beatz.
Con más de 25 colectivos repartidos entre los distintos municipios que conforman la región, el avance que ha tenido la escena del Oriente antioqueño en los últimos cinco años ha captado la atención de varios actores de la escena de Medellín. Entre los muchos artistas del Valle de Aburrá que constantemente son llevados a entonar con sus selecciones los caminos de la llamada Ruta Verde, se encuentra Astronomical Telegram, DJ y productor de la capital antioqueña, quien con su techno punzante ha logrado prensar en sellos como Naked Index y Woods N’ Bass Records. Su primer acercamiento con este particular circuito se produjo en 2012.
“Mi primera experiencia en Oriente fue en un bar en la llamada ‘zona rosa’ de Guarne, en un espacio que con 50 personas ya estaba a reventar. Esperaba muy poco del lugar la verdad, porque era mi primera fecha como AT. Recuerdo haber hecho el warm up y el lugar en una hora ya estaba lleno, se sentía una energía linda y una conexión constante. Desde ahí viene mi aprecio por el público y los promotores en general del Oriente, todos dispuestos y siempre con ganas de bailar. Eso es lo que motiva aún más a los DJs que visitan esta zona”.
Al igual que Astronomical Telegram, son varios los DJs de Medellín que han logrado percibir el encanto que rodea al panorama electrónico de este territorio en específico. Para Alejandro Vélez, veterano de mil batallas del circuito medellinense, el factor diferencial que ha potenciado la evolución de Oriente como escena es que ha pasado de ser un sitio donde solo se hacían remates o fiestas privadas en fincas, a ser un centro de producción musical, con propuestas estéticas que conllevan una personalidad propia.
“En lo personal, lo que más me ha acercado a esta región de Antioquia es lo que ha hecho el colectivo Música Concreta, quienes se han enfocado en brindarle a un público ávido de nuevas cosas una propuesta de música más alternativa, con una estética diferente”, acota Vélez.
“Estos chicos no se cerraron a hacer esas fiestas grandes y largas de techno, que no está para nada mal, sino que prefirieron enfocarse en buscar música más experimental y diversa, complementando con iniciativas que giran en torno a la producción musical y a eventos bien producidos”. Eso mismo ha atraído incluso público de Medellín, que sube frecuentemente a estos encuentros”, concluye.
Con algo más de un año en el ruedo, Música Concreta le ha inyectado algo de condimentos análogos a la región, convirtiéndose en un espacio confiable para la promoción y cobertura de eventos enfocados en un espectro que va más allá de la etiqueta techno. “Nuestra idea se basó en juntar personas que sabían, no solo de música electrónica, sino de la misma música como tal. Poder explotar espacios como el streaming o los podcasts, de artistas que no son muy escuchados por esta zona”, afirma Juan Ramírez, uno de los gestores del colectivo. “Sentimos una necesidad más filosófica a fondo de no caer en el cliché de enmarcar todo con la etiqueta “techno”, infiere.
Mininoise Group es otro de los colectivos que ha estado activo en el circuito desde hace casi 10 años. Para Fredo Leaks, uno de los precursores del proyecto, el aporte más grande que la escena de Oriente ha tomado de Medellín ha sido el conocimiento. “Más allá de las limitaciones que tuvimos en hacer que la gente se atreviera a conocer algo nuevo, pienso que el tomar como base lo que ocurría en Medellín nos marcó el camino para saber cómo desarrollar nuestro trabajo y cómo guiar una escena emergente”, asegura, destacando a su vez que el trabajo duro, la seriedad y el enfoque han sido los condimentos para lo que se conoce hoy en día.
De cara al panorama venidero, son varias las apreciaciones que se tienen en torno a la senda que tomará la escena en general. “Aún nos falta más profesionalización en diferentes areas. Como escena, esperamos ser una de las más fuertes a nivel nacional, tanto en variedad de propuestas como en música de calidad. Además de posicionarnos como un sector ideal que tenga ese equilibrio entre lo natural y lo urbano”, deja a modo de reflexión Gabriel G.
Y, tal vez, sea esa honestidad a la hora de proyectar sus propios caminos lo que ha logrado unificar con tal vigor cada uno de los pequeños universos que conforman la escena del Oriente antioqueño. Grupos de trabajo que fueron identificando su papel dentro del mapa, instaurando una labor constante y hambrienta que al son de hoy viene dando sus frutos, reflejando a cabalidad que siempre será mejor consolidar una escena, y no un colectivo en específico.
En definitiva, Oriente no miente.
***
Lee más historias de THUMP por acá.