España es el segundo mayor productor de opio legal del mundo

“Señores de la guerra”, “narcoterrorismo” o “Afganistán” suelen ser algunos de los términos asociados al cultivo de opio. Pero, en latitudes más próximas, concretamente en el interior de la península ibérica, 14.000 hectáreas se destinan a la cosecha de la papaver somniferum, también llamada adormidera, una variedad de la amapola de la que se extrae opio de la más alta calidad. Una actividad tan legal como rodeada de mutismo: se trata de plantaciones destinadas a la industria farmacológica. Y, según recoge el último informe sobre drogas de la ONU, España es el segundo mayor productor de mundo de derivados sintéticos del opio asociados al tratamiento del dolor agudo, como la morfina, la oxicodona o el fentanilo.

Es un negocio redondo. Todo el cultivo español de adormidera está en manos de una sola empresa, Alcaliber, y, a pesar de encadenar beneficios récord en los últimos años, rechazan responder a ninguna pregunta de los medios de comunicación. El nombre de su presidente, Juan Abelló, doctor en Farmacia, dueño de una de las colecciones de arte hispánico más importantes del mundo, relacionado con el patronato del Museo del Prado o la Tate Gallery, nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y habitual en el palco del Bernabéu, aparece frecuentemente ligado al de Mario Conde. Ambos se hicieron multimillonarios con la venta de Antibióticos S.A. y juntos dieron el salto a Banesto, aunque Abelló, poco amigo de la notoriedad y la pirotecnia del sector financiero, decidió abandonar a tiempo el banco para volver a centrarse en los medicamentos.

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La localización exacta de cada una de las 14.000 hectáreas sembradas con esta variedad de amapola es confidencial. Las circunstancias en torno al opio hacen que sobre el cultivo de adormidera haya una serie de peculiaridades que no suceden en los de garbanzos o alcachofas. Se trata de la puesta en marcha de una serie de procedimientos dedicados a salvaguardar la “impermeabilidad del sistema” en términos de seguridad, según explica propia web de Alcaliber. Gustavo Castro, de la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, explica que “algunas plantaciones cuentan con seguridad privada de la propia empresa, y otras están controladas por la Guardia Civil”.

“Siempre hay un contacto directo entre la Guardia Civil y el agricultor”

La autorización de la Agencia Española del Medicamento es indispensable para el labriego que quiera meterse en el negocio, “el agricultor sólo pone el terreno, riega y abona. Alcaliber se ocupa del proceso de la siembra y la recolección. Se suele plantar en noviembre. Hay un proceso en el que la planta está más verde, de ahí se extrae el opio puro. Una vez seca es cuando le interesa a Alcaliber, cuando la recoge para hacer los medicamentos”. Y ahí finaliza la información disponible para el dueño del terreno.

España segundo mayor productor de opio legal

Afganistán es el principal cultivador de amapolas del mundo, de las cuales se produce el opio y la heroína. Imagen vía Reuters/Parwiz

“Siempre hay un contacto directo entre la Guardia Civil y el agricultor, porque la empresa cuida mucho la divulgación de la información; no avisa anticipadamente de cuándo se va a pasar a recoger lo sembrado. Por eso es habitual que, durante la recolección, el dueño del terreno nos llame para garantizar que todo se hace conforme a la ley. Y, a pesar de todos estos procedimientos, lo que nos dicen las personas que tienen este tipo de cultivos es que les conviene mucho más que otra plantación como el trigo, por ejemplo. Es mucho más rentable”, declara Gustavo Castro.

“El transporte también está sujeto a un protocolo de seguridad y de confidencialidad sobre la localización del destino”

El transporte también está sujeto a un protocolo de seguridad y de confidencialidad sobre la localización del destino. “La custodia del transporte va con sus propios vigilantes de seguridad. Pero, por ser una actividad tan en el anonimato, poca gente sabe cuándo se va a recolectar y a transportar. Luego, ya en el laboratorio, el tema de la vigilancia para que no se destine nada al tráfico ilícito es competencia del Ministerio del Interior a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, esto es lo habitual en este tipo de laboratorios farmacéuticos”, explica Castro.

Robos de bulbos

A pesar del férreo control de seguridad, en 40 años de actividad de Alcaliber en el cultivo de adormedera, ha habido algunas filtraciones. Algunas más sonadas, como la muerte, en 2009, de un italiano politoxicómano que entró en uno de estos campos y falleció por sobredosis. Maria Antonia Martínez, toxicóloga forense del Ministerio de Justicia, estudió el caso y su investigación tuvo una gran repercusión entre la comunidad científica internacional.”Si se hace una incisión manual en la planta, emana un latex, que es el opio, y que está compuesto por morfina, tebaína y codeína. Si se ingiere, el resultado puede ser trágico, pero, dentro de la finalidad de este cultivo, que es el médico y científico, no supone ninguna peligrosidad. La adormidera es una planta tóxica, como montones de las que hay en la naturaleza. El caso del fallecimiento del chico fue un caso judicial y se trataba de la primera muerte documentada en el mundo acontecida en un campo de opio legal”.

Aún así, el allanamiento en estos cultivos es algo infrecuente. “Sucedía más habitualmente en los años 80 y 90, en la época de la heroína. Pero ahora, pocas veces. Cuando se hace, es siempre para consumo propio, no para desviarlo en el mercado ilegal. Esto es por las cantidades necesarias: para obtener 1 kg. de morfina, son necesarios 500kg de adormidera”, apunta Gustavo Castro de la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil.

La alerta de los painkillers

Los medicamentos derivados del opio, asociados al tratamiento del dolor y con fuerte potencial adictivo, se encuentran en el ojo del huracán en EE. UU. y Canadá, donde el consumo de painkillers está disparado. En 2010, el medicamento más recetado en EE. UU. fue la hidrocodona, un derivado del opio también llamado Vicodina —las pastillas a las que estaba enganchado el doctor House. Éste, además del abuso de otros opioides como la oxicodona, la morfina y el fentanilo está causando una grave crisis de salud pública en el país, donde los expertos se refieren al aumento de las muertes por sobredosis en términos de epidemia comparable a la de la irrupción del VIH a principios de los 80. Una situación que, de momento, parece difícil de solucionar por el paso de estos fármacos al mercado ilegal, las fórmulas adulteradas procedentes de China y el repunte de la heroína.

“En Cataluña, Navarra o Castilla La-Mancha se han redactado informes advirtiendo sobre el aumento de las recetas de opiáceos”

Dada la magnitud del problema, la alarma llega a nuestro sistema sanitario. En Cataluña, Navarra o Castilla-La Mancha se han redactado informes acerca del aumento de las recetas de estos medicamentos en España, a la vez que aluden a sus riesgos adictivos y al problema en EE. UU. Además, desde la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha hablan de que se ha pasado de una opiofobia a una opiofilia, por el exponencial aumento de estas recetas. Por su parte, tanto en el área de tratamiento de adicciones de Cruz Roja, como en Proyecto Hombre coinciden en que los casos de adicción a estos fármacos son muy infrecuentes y que no existen motivos para la alerta.

“En España se prescriben menos opiáceos de lo necesario”

El doctor Fernando Caudevilla, gran experto en drogas, considera que en España estamos lejos de una situación de abuso de este tipo de fármacos “en España no hay ningún problema. Lo que pasó en EE. UU. fue que, durante una época, y así está recogido en numerosos reportes, se empezaron a suministrar sin control. La gente iba al médico por un dolor de muelas y volvía con oxicodona de 80 mgrs., de esta forma los opiáceos empezaron a formar parte del botiquín de casa. Pero los opiáceos son una parte importante de la medicina, bien pautados no sólo no dan ningún problema sino que son muy beneficiosos para algunos pacientes. Nosotros estamos prácticamente en el extremo contrario, se prescriben menos de lo necesario, a veces parece que una receta de morfina es algo fuera de lo común; hay que buscar un equilibrio”.

Uno de los fármacos sobre los que se realizan más advertencias y se relacionan con sobredosis —entre ellas la de la muerte de Prince en 2016—, es el denominado fentanilo, un medicamento del que se dice ser “50 veces más potente que la heroína”. El doctor Caudevilla aclara que “se refiere la cantidad necesaria para que haga efecto. En el fentanilo las dosis terapéuticas están en el rango de los microgramos, prácticamente invisibles. El hecho de referirse al fentanilo como una sustancia más potente que la heroína quiere decir que con un poco más de micraje, el riesgo de intoxicación o sobredosis es más alto”.

España es el segundo productor de opio del mundo

Imagen Reuters/Claudio Vargas

El mercado ilícito de droga puede ser una buena protección ante una crisis como la de los analgésicos painkillers

Otra de las claves está en la ausencia de estos fármacos en el mercado ilícito, el doctor Caudevilla explica que “en España hay un buen mercado de droga. La gente adicta a opiáceos puede conseguir heroína con relativa facilidad. Y eso es una buena protección ante una crisis como la de los painkillers, las drogas ilegales muchas veces son más seguras que éste tipo de fármacos, y, en muchos países el acceso a drogas ilegales es más complicado”.

Por su parte, Gustavo Castro, de la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil declara que “no hemos detectado ninguno de estos fármacos. Sí hay problema con el rivotril, un medicamento perteneciente a las benzodiacepinas; un ansiolítico. Se adquiere en masa en las farmacias, muchas veces con receta falsificada, y se desvía a un mercado ilegal, generalmente a Marruecos donde se comercializa mezclándose hachís. Pero nada de fármacos opioides”.

Criterios morales

El pediatra e investigador José Antonio Martínez Orgado contaba en el reportaje ‘Terapia de Cannabis’ de DIARIO VICE cómo el estudio de los cannabioides para uso terapéutico no se ha considerado igual de serio que el de otras sustancias por cuestiones relacionadas con la percepción cultural del cannabis. Una circunstancia que no se ha dado con los derivados del opio. Sobre este tema, el doctor Fernando Caudevilla tiene claro que”cannabis y opio son distintos, cada uno con sus indicaciones y contraindicaciones, pero los dos deberían ser igual de accesibles. Las restricciones en torno al cannabis obedecen únicamente a criterios morales, no a criterios médicos ni farmacológicos”.

El criterio moral afecta también dentro de los opiáceos. “La morfina es extremadamente difícil de conseguir, pero la codeína está al alcance de cualquiera. Si se ponen trabas son totalmente arbitrarias: a una anciana se la dan sin problemas, a un chaval con determinado aspecto le pueden decir que no, aunque lleve la receta. Morfina y codeína son dos sustancias primas hermanas. De hecho, yo he tenido pacientes adictos a la codeína que al final manejaban su adicción con medicamentos sin receta, como paracetamol con codeína, en niveles tóxicos”, afirma el doctor.

Los debates sobre las multinacionales farmacéuticas son cada vez más frecuentes –y necesarios- en la opinión pública. No son el sector empresarial más transparente y su poder de lobby tiene muchas implicaciones en la salud pública mundial. Pero, en los últimos tiempos, cada una de estas discrepancias ha dado fuel a empresas del ámbito de la salud alejadas de los protocolos científicos internacionales, y catalogadas como medicina alternativa, tradicional, homeopatía… que también cuentan con sus lobbies y sus poderes fácticos. Y es que, cada vez más curanderos, homeópatas, sanadores, naturópatas tienen más fuerza para promover su charlatanería. Ellos son la verdadera epidemia peligrosa.