Panamá Papers: una breve historia de la delincuencia financiera

Ilustraciones por Julio Derbez

Este artículo fue producido en colaboración con Sony y Money Monster.

Después de que los Panama Papers salieran a la luz a principios de abril, miles de personas tomaron las calles en Europa para exigir la renuncia de los líderes políticos implicados en el escándalo. En Islandia, el primer ministro dimitió; en el Reino Unido, el abusador de cerdos sigue en el cargo; en Estados Unidos no pasó nada. Lejos de la política, hasta Jackie Chan estuvo implicado, pero nadie exigió que renunciara a sus extrañas películas de acción porque las implicaciones culturales de retirarlo simplemente no las podríamos soportar.

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Si hay algo que el movimiento Occupy Wall Street nos enseñó es que el descontento civil por la injusticia financiera pocas veces equivale a un cambio sistemático, mientras que en Islandia…

En el Reino Unido se pidió la renuncia del primer ministro. Por primera vez, la genética de David Cameron había entorpecido su carrera, al verse implicado en una red de artimañas fiscales por su vínculo con una cuenta en el extranjero originalmente creada por su padre, Ian Cameron.

Por ello, la gente se manifestó.

Marcharon con playeras hawaianas como alusión a los destinos exóticos donde los ricos esconden su dinero; marcharon con sombreros panamá y bermudas. Avanzaron sobre Downing Street y exigieron la renuncia de Cameron. Inclusive algunos manifestantes portaron máscaras de hule con cara de cerdos, en referencia al supuesto devaneo del primer ministro con un amigo porcino en sus días universitarios.

Pero a pesar de que la idea de cachar in fraganti al primer ministro con un animal de granja podría ser una tremenda broma, ese día se vio opacada por la queja principal de la manifestación: supuestamente, el primer ministro había violado su contrato social. Cameron había demostrado que, en efecto, existe una regla para la élite y otra para la escoria como tú y yo. Mientras nosotros aspiramos a financiar nuestros servicios públicos al punto del colapso con los impuestos que nos deducen de nuestros patéticos salarios, “Dave” desvía su efectivo a través de una cadena margarita con complicadas lagunas legales y astutas jurisdicciones —al igual que Putin, el primer ministro de Islandia, y como muchos otros miles de banqueros desconocidos que desplomaron la economía global en 2008—.

O al menos, es lo que nos gustaría creer. En realidad, hasta el momento “Dave” no ha hecho algo ilegal, y si lo hay, es culpa de su padre. ¡El típico papá que te avergüenza! Cubrir los pecados de su padre puede ser algo desleal, pero no hará que el primer ministro siga el camino de Bernie Madoff. Como se rumora que alguna vez dijo el criminal administrativo más famoso, “Todo aquel que es famoso cuenta con un contador que le crea una empresa fantasma y amontona su dinero en una cuenta en el extranjero. ¿Por qué no habrían de hacerlo? Es perfectamente legal”.

A pesar de estar cumpliendo una sentencia de más de 100 años, Bernie no estaba tan equivocado. Pero si no tienes idea del por qué, aquí te va una guía para todo sobre cuentas en el extranjero, lagunas fiscales, y cómo es que los ricos se salen con la suya.

IMPUESTOS: ELUSIÓN VS EVASIÓN

Desde que los Panama Papers salieron a la luz, se ha hablado mucho de la diferencia entre elusión de impuestos y evasión de impuestos. En términos simples, la elusión es legal y la evasión no.

De acuerdo con Alex Cobham, director de investigaciones en Tax Justice Network, organización global que lucha por la transparencia fiscal, la diferencia se resume de esta manera. “En la práctica, la elusión no debería esconder información de las autoridades fiscales. Lo que se está haciendo es presentar una interpretación de una estructura en particular que has creado, y argumentando que, dentro de las reglas, tu responsabilidad tributaria es menor de lo que las autoridades creen”.

Por ejemplo, más de 50 mil cabezas de familia en la ciudad de Nueva York no pagaron impuestos sobre la renta en 2013, a pesar de tomar 1.8 mil millones de dólares en plusvalía, dividendos, intereses y salarios. Espera, ¿qué? Según Doug Turetsky, el jefe de gabinete de la oficina de presupuestos de la ciudad, estas personas “saben cómo encontrar y usar refugios fiscales para generar pérdidas no realizadas”. Si no tienes idea qué significa esto, no eres el único. En resumen, un refugio fiscal es a menudo considerado una propiedad o negocio que no se revaloriza o genera ganancias, lo cual significa que el dueño no tiene por qué pagar impuestos. Si eres extremadamente rico, es posible que tengas unas cuantas propiedades o negocios, así que puedes escoger la más fea y declarar tus ganancias sobre eso. Ahí lo tienes, nada de impuestos sobre la renta, y sigue siendo completamente legal.

Por otra parte, la evasión “involucra pretender hacer algo que no estás haciendo”, como “asegurar que no eres dueño de una compañía o una cuenta de banco que en realidad sí posees”. Uno de los campeones de la flagrante evasión de impuestos fue el héroe estadounidense por excelencia, mi amigo, el mismísimo Blade, Wesley Snipes. En los 90, Wesley olvidó entregar su declaración de impuestos por varios años de manera consecutiva a pesar de haber ganado millones de dólares por películas como White Men Can’t Jump, Demolition Man, To Wong Foo, Thanks for Everything! Julie Newmar. Algunos bromean al decir que escribió “$0” en su declaración, cuando se supone que debió haber puesto “$50, 000, 000”. Otros aseguraron que declaró ser un extranjero no residente a pesar de haber nacido en los Estados Unidos. Cualquiera que haya sido el caso, Snipes fue acusado por fraude fiscal y sentenciado a tres años de prisión.

PARECE DEMASIADO SIMPLE, ENTONCES, ¿CUÁL ES EL PROBLEMA CON LA ELUSIÓN?

Bueno, más allá de su significado en el diccionario, la palabra “legal” está abierta a muchas interpretaciones, lo que significa que la práctica de “elusión” puede estar a un pelo de rana calva de ser “evasión”, jodiendo por completo el sentido de moralidad y justicia del hombre común y corriente.

Como Cobham dice, “Todos los días, en las cortes de todo el mundo, hay un grupo de abogados alegando que una u otra cosa fue declarada, se trata de una técnica legítima de elusión, y del otro lado se alega que involucra un grado de distorsión y evasión. Además, todos los días un juez decide cuál de los dos grupos de abogados está bien o mal”.

Muy similar a Jimmy Carr u O. J. Simpson, puedes escaparte de cualquier maldita cosa si tienes un buen abogado. Por eso es que cuando se trata de impuestos, Cobham dice que “hay una enorme área gris”.

Y dicha área gris se hace mucho más opaca si se establece lejos de Wall Street o de la ciudad.

¿POR QUÉ EN EL EXTRANJERO?

Tener una cuenta en el extranjero en realidad no es algo problemático. Como Cobham destaca, “Siempre habrá un lugar en el extranjero para todos los demás lugares”. Sin embargo, cuando tienes una cuenta en un banco suizo propiedad de una compañía panameña encabezada por un tipo con el mismo nombre que tu perro, la argumentación de tu defensa a la Harry Redknapp “Escribo como un niño de dos años y no sé deletrear”, se vuelve un tanto menos plausible.

La verdad es que si llegas a tales instancias para acumular tu efectivo, es probable que tengas algo que esconder. Los esposos no salen a comprar leche a las cuatro de la mañana a menos que se dirijan al burdel más cercano, al igual que un multimillonario no invierte en una república de plátanos a menos que esté esquivando una enorme factura de impuestos en su propio país. “Es malo para la sociedad”, me dice Cobham. “Es el proceso, no que se encuentre en el extranjero, sino el uso y el abuso de hacer las cosas en secreto en lugar de optar por alternativas más transparentes”. En resumen, se debe a que la gente involucrada “tiene algo que esconder”.

Y ni creas que estos paraísos fiscales sólo existen en islas tropicales. Algunas de las corporaciones más grandes del mundo comparten una dirección legal de un modesto edificio de oficinas en Wilmington, Delaware. Así es, Delaware: el primer estado en ratificar la Constitución, la tierra de Joe Biden, y el hogar de algunas de las leyes de impuestos corporativos más amigables del mundo. Incluso hasta más amigables que las Islas Caimán, de acuerdo con algunas personas.

¿Entonces qué se puede hacer para que estos paraísos fiscales dejen de aparecer en las jurisdicciones extranjeras? Cobham dice que se necesitan crear registros públicos que obliguen a las jurisdicciones a cumplir con “el intercambio automático de información fiscal”. Aunque dada la compleja naturaleza del federalismo, es muy posible que esto no suceda en Delaware.

DEJANDO LA MORAL DE LADO, ¿LOS PARAÍSOS FISCALES EN REALIDAD METEN A LA GENTE EN PROBLEMAS?

Sí. Una vez que se hayan realizado las investigaciones en su totalidad, probablemente veremos a un montón de personas adineradas y poderosas con esposas a causa de los Panama Papers. Por ejemplo, sabemos de los documentos donde se detalla el lavado de bienes relacionados a un poderoso círculo mexicano de narcotraficantes. Quien resulte implicado muy probablemente estará bastante triste una vez que el juez supervisando el caso golpee su martillo por última vez.

Históricamente, más allá de los Panama Papers, los vínculos con paraísos fiscales han provocado que mucha gente adinerada la pase muy mal. Como se mencionó con anterioridad, el extraordinario conspirador Ponzi, Bernie Madoff, retuvo dinero en un gran número de turbias jurisdicciones, y fue castigado con una sentencia de 150 años.

De modo parecido, el atracador corporativo de los 80, Paul Bilzerian, quien cumplió tiempo detrás de las rejas por fraude de inversión, escondió la mayoría de su dinero en paraísos fiscales. Sin embargo, la condena no parece haberlo obstaculizado, en especial si eres una de las personas que piensa que se dedica a financiar el notorio y famoso estilo de vida en redes sociales de su hijo.

En una escala mucho más gigantesca, el ex primer ministro de Grecia, George Papandreou, calcula que su país pudo haber evitado el rescate financiero si no hubiese sido por los 21 millones de millones de dólares (su cifra, no la nuestra) acumulados en paraísos fiscales en todo el mundo. En verdad pudieron haber dado un giro drástico, dado que actualmente experimentan una de las crisis financieras más graves del siglo 21.

¿ENTONCES QUÉ LE DEPARA EL FUTURO A DAVID CAMERON?

Muy poco. Excepto por un sentido de vergüenza y un sentimiento profundamente afianzado de desconfianza emanando del público que gobierna. Pero una vez que sobreviviste al caso “Piggate”, esto no parece gran cosa. “Es vergonzoso para Cameron”, alega Cobham. “Pero hasta donde sabemos, los pagos que recibió y sus declaraciones a las autoridades fiscales estuvieron en regla. Donde creo que se equivocó fue al momento de decir que la compañía de su padre no fue creada para eludir impuestos”.

Lo sentimos “Dave”, pero cuando tu viejo abrió una cuenta en el extranjero en medio de la liberalización de controles de cambio de Thatcher, fue probablemente con el propósito de evadir impuestos. De todas formas, no es la culpa de Cameron.

Es un poco raro (muy raro), pero tampoco tanto.

¿QUÉ HAY DE LOS DEMÁS LÍDERES MUNDIALES?

El primer ministro de Islandia, Sigmundur Davio Gunnlaugsson, renunció a su cargo luego de que los Panama Papers revelarán que él y su familia habían escondido, supuestamente, millones en cuentas extranjeras. Tomó la decisión después de una serie de protestas públicas; el tipo de acción civil que preocupa a algunos políticos, pero que no tiene efecto alguno sobre otros de carácter más severo, como el líder autoritario amante de los deportes de recreación y favorito de todos, Vladimir Putin, quien también estuvo implicado en la filtración de documentos.

Dudo que cualquier expresión de descontento obligue a Putin a ceder su cargo. E incluso si la INTERPOL acude para tener “un breve chat”, no veo cómo el KGB les permitiría visitar al Kremlin y/o vivir para contarlo.

¿Qué hay de los oscuros vínculos de Barack Obama con cuentas en el extranjero? No existen. Barack se la lleva tranquila. Está por concluir su período con sus finanzas en regla, y este tipo de transparencia económica es seguro que continúe si el mejor negociador en el mundo llegase a sustituirlo. Estupendo.

¿CONTINUARÁN LAS VIOLACIONES FINANCIERAS, LOS PARAÍSOS Y LAGUNAS FISCALES?

Desde que los Panama Papers se dieron a conocer, el mundo empezó a hacer muchas preguntas. ¿Acaso los líderes mundiales continuarán escondiendo sus riquezas en cuentas en el extranjero? ¿Las jurisdicciones de las islas seguirán operando como alcancías no reguladas? ¿Acaso el mundo verá más Jordan Belforts, Paul Bilzerians, y más fondos evasivos vinculados a la gente que gobierna nuestras vidas?

Desafortunadamente sí, es muy probable. Sin embargo, al parecer las cosas están cambiando. A pesar de que la protesta que mencioné antes pudo no servir de mucho, sí dejó bien claro que estamos indignados, y que no aguantaremos una más. Como Cobham enfatiza, “Es un asunto de responsabilidades, y no rotundamente de criminalidad. El enfado del público es en un sentido más amplio de que la élite se sale de las reglas que el resto de nosotros tiene que cumplir todos los días”.

¿Pero qué no hemos escuchado todo esto con anterioridad? ¿Acaso este enfado no ha emergido a la superficie en años recientes, sólo para apagarse cuando otra crisis noticiosa la absorbe por completo? Desde las protestas de “Occupy Wall Street” hasta las más recientes que exigen la renuncia de Cameron, las artimañas financieras nos han indignado hasta el cansancio. El mercado inmobiliario colapsó y sobrevivimos una gran recesión, y sin embargo los trajeados que lo orquestaron pudieron resguardar su dinero gracias a una compleja red de paraísos y lagunas fiscales. El primer ministro británico heredó medio millón de sus padres. Se rumora que Putin es más rico que Dios, y sale con Wendi Deng. Por como se encuentra, algunos dicen que el sistema está roto. Tal vez está descompuesto hasta el punto de que no puede ser arreglado.

Cobham no lo cree. “Mi presentimiento es que en realidad veremos el cambio más grande que jamás se ha dado, porque no creo que la indignación vaya a desaparecer. Ahora la gente está exigiendo una postura verdadera para la transparencia”.

“Los políticos harán todo para postergarlo, pero llegaremos a él en dos o tres años”.

Supongo que sólo tendremos que esperar y ver qué pasa.