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A finales de los años 90 irrumpe en la ciudad de Guadalajara, uno de los colectivos considerados parteaguas en la historia de la música electrónica de nuestro país: el Colectivo Nopal Beat.
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En plena etapa de expansión de la música electrónica en México, Nopal Beat se aventuraría al igual que sus colegas tijuanenses del Nortec Collective, en ir más allá de producir copias fieles del techno que se estaba haciendo en Berlín o del house manufacturado en Chicago. La apuesta fue por generar un sonido original, que pudiera ser identificado y diferenciado a nivel global y que generara identidad, ese nuevo sonido sería el acid cabaret.
Luis Flores, uno de los fundadores del colectivo describía al periódico La Jornada lo que era el acid cabaret: “El Astoria (haciendo referencia a un conocido cabaret de Guadalajara), cinco de la mañana, músicos desafinados, la peda: el kitsch natural del país, y ese sonido sobre todo cincuentero, sesentero: La Sonora Santanera, Pérez Prado…”.
Nopal Beat fue concebido en un principio sólo como disquera, las mentes creativas detrás del proyecto fueron: Luis Flores y Chas (Carlos Rodríguez), este último, en un principio, encargado de cuestiones administrativas, más adelante sería el responsable de traducir a imágenes el acid cabaret en su faceta VJ, para finalmente convertirse en DJ y productor. A dicha sociedad se sumarían Axkan y Sebastian Veytia.
“Primero fue disquera, cada grupo era independiente, de repente vimos la oportunidad de que fueran más integradores los shows, ahí nos dimos cuenta de que podía funcionar todo bien en el escenario, fue cuando se empezó a dar más en forma. La parte del colectivo no estaba en los planes originales, se dio sobre la marcha, y creo que salió bien, eso era lo que llamaba la atención, el ver ejecutando a los músicos en vivo”, recuerda Chas.
Nopal Beat surge en 1999 ante la necesidad de unir fuerzas en pos de la música. Double Helix, Sussie 4, Revolver, Axkan y Galápago, serían los proyectos encargados de darle vida al colectivo en una primera etapa.
Se dice que Martín Parra, DJ y productor pionero de la escena electrónica mexicana, fue en parte responsable del nacimiento del sonido acid cabaret como tal, luego de producir un remix de la extinta banda de rock Aurora y la Academia en el que utiliza sampleos de una canción de Pérez Prado. Luis Flores y Jorge HM (Double Helix) retoman ese sonido, lo desarrollan, y es así que los proyectos que integraban Nopal Beat comienzan a trabajar a partir del acid cabaret. “Luis se dio a la tarea de trabajar en conjunto con todos los productores hasta moldearlos y hacia ese sonido nos empezamos a enfocar”, comenta Chas.
Para el año 2000, Opción Sónica de Edmundo Navas, sello independiente ya desaparecido, lanza la primera recopilación del colectivo bajo el título de: Acid Cabaret vol. 1, incluyendo tracks de Luis Flores, Sussie 4, Revolver, Axkan, Double Helix y Galápago. De forma paralela aparece la recopilación en España, publicada por el sello Nuevos Medios, lo mismo que en el label francés Cyber Productions.
“Nosotros creamos acid cabaret y sacamos un disco con Opción Sónica, pero éramos los mismos tres proyectos que nos pusimos diferentes nombres y diferentes seudónimos para llenar el disco. De ahí en adelante hicimos unas pequeñas giras por la República y empezaron a sumarse más personas que estaban haciendo música electrónica”, declaraba al periódico La Jornada, Guillermo Ramírez de Galápago.
Nopal Beat se integraba en su mayoría por músicos y productores de Jalisco, aunque en su momento dieron cabida a gente de fuera como Tovar de Tijuana, Martín Parra y Acid Kit de la Ciudad de México.
Para el año 2002 el colectivo firma con EMI. Nopal Beat Records funcionaba a la manera de subsello de música electrónica de la transnacional y con ello iniciaba una etapa ardua de trabajo, solo de 2002 a 2003 llegaron a publicar un disco por mes en promedio. Entonces la escena mexicana vivía un momento de efervescencia como nunca antes había ocurrido, Guadalajara, Tijuana y el Distrito Federal, concentraban la atención a nivel internacional, incluso comenzaba a hablarse ya del sonido acid cabaret y del nortec como géneros de música electrónica.
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“Nopal Beat fue muy importante por lo que estaba sucediendo simultáneamente en aquel entonces en el DF y Tijuana. El sonido característico del acid cabaret fue una propuesta fresca e innovadora en su momento de un colectivo de amigos músicos, fue el gran aporte para la música y la escena en México y el mundo”, afirma Daniel Martínez, integrante de Shock Buckara.
Con EMI aparece una segunda recopilación, el Acid Cabaret vol. 2. Que incluye tracks de: Medina, God Is My Name, Shock Bukara, Club Nova, Sussie 4, Tovar, Martín Parra, Fat Naked Lady, Galápago, Double Helix y Axkan.
Entre 2002 y 2005 se publicaron con EMI recopilaciones, Maxis, EPs y LPs del colectivo. Lo mismo se distribuyó este material en Estados Unidos, Europa, Asia y Latinoamerica. En la actualidad son contados los productores mexicanos que se pueden dar el lujo de tener ese nivel de distribución física de su música, como el que alcanzaron los integrantes de Nopal Beat.
Double Helix, Chas, Sebastian Veytia, Axkan, Galápago, Sussie 4, Martín Parra, Shock Bukara, Data, Acid Kit, Medina, God Is My Name, Sweet Electra, Club Nova, Tovar, Fat Naked Lady, Carmen Mud, Kumbia Korrupters, Ultra Deep, Mink, D_Bug y Funky Dragon son sólo algunos de los proyectos que formaron parte del colectivo en sus diferentes etapas. Todos ellos interpretaron a su manera el acid cabaret, llevándolo por los terrenos del Jazz, el house, la experimentación, el Drum & Bass y los sonidos étnicos.
El colectivo se presentó en múltiples foros nacionales e internacionales con gran aceptación. Pero si algo generaba expectativa, era el verlos tocar en vivo esa potente fusión de música electrónica con sonidos latinos. Queda para la historia y la memoria colectiva de más de 60 000 asistentes al Zócalo del entonces Distrito Federal, aquel concierto en el marco de las actividades del Festival Radical Mestizo 2003. La noche en que la Ciudad de México cayó rendida a los pies del acid cabaret de Shock Bukara, Tovar, Fat Naked Lady, Acid Kit, Sussie 4 y God Is My Name. El Acid Cabaret pocas veces volvería a sonar tan poderoso y explosivo como aquella ocasión.
El colectivo logró una exposición internacional por demás relevante, hablando de la distribución de su música y de presentaciones, llevando la bandera del acid cabaret a países como: España, Alemania, Francia, China, Estados Unidos, Cuba, Colombia y Suiza, por mencionar algunos.
Nopal Beat logró el éxito de forma muy acelerada, pocas veces vista, sobre todo hablando de música electrónica mexicana. Al mismo tiempo el colectivo creció de forma un tanto descontrolada, el cambio de prioridades y las pugnas, no se hicieron esperar.
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Desde 2004 algunos medios ya hablaban del declive del colectivo a partir de la salida de proyectos emblemáticos como Sussie 4, Galápago y Sweet Electra. Ese año el periódico Mural publicaba un sendo reportaje en el que las bandas mencionadas señalaban que Nopal Beat ya no representaba un movimiento como tal, otro argumento fue la falta de apoyo por parte del colectivo. Para 2005 la otrora fructífera relación profesional EMI/Nopal Beat llegaba a su fin.
“Originalmente se habló de 12 discos, los cuales sí cumplimos. EMI en ese momento estaba muy enfocada en la parte del rock, la electrónica no se apoyó del todo bien y algunos fondos no fueron realmente aprovechados. Creo que nos bajó un poco ese frenesí que estaba haciendo que todo rodara, entonces cada quien empezó a tener otra perspectiva de la música. En cierta forma sí desanimó, pero no debió de ser algo definitivo. De hecho, nosotros ya estábamos pensando en sacar nuestras propias publicaciones; pero sí, fue una ruptura, sobre todo porque EMI quiso conservar a Sussie 4 directamente en su catálogo, y ahí empezaron esas pequeñas divisiones de que Sussie 4 sí quería continuar con EMI, pero por otra parte los que no se sentían tan apoyados por EMI decían: ¡No, a mí no me sirve mucho EMI!”, afirma Chas.
Para 2006 el colectivo apunta sus baterías al techno y al minimal techno, lanzando el subsello Antena Discos, con la finalidad de incluir toda aquella música que no encajaba dentro del estilo acid cabaret. La nueva subdivisión de Nopal Beat Records lanzaría 4 discos, pero la falta de solvencia económica forzaría su desaparición.
“Cuando estábamos con Nopal había mucho mercado latino, teníamos giras en España, giras en México y Sudamérica. Cuando empezamos con la parte technosa de Antena fue que comenzamos a viajar a otros lugares donde no era tan fuerte la parte latina, como Nueva York, Washington, Berlín e Inglaterra. Entonces para mí fue muy obvio el cambio de contexto a partir de la música que estábamos generando”, comenta Chas.
La idea de formar un colectivo consiste en unir fuerzas para alcanzar un mismo objetivo, en el caso de Nopal Beat esas metas ya no eran compartida. Una de varias razones que explican el porqué de la extinción del colectivo. “Por desgracia, Nopal Beat desapareció por malos manejos en la disquera. Muchas de las bandas buscaron su camino fuera de México pero nosotros nos aferramos a lo que sabíamos hacer y aquí estamos”, explicaba al periódico El Economista, Odín Parada, ex integrante de Sussie 4.
Daniel Martínez de Shock Bukara, una de las últimas bandas en salir del colectivo, opina al respecto: “Yo creo que el factor más importante por el cual se terminó Nopal Beat fue principalmente, porque el proyecto creció muy rápido y no se pudo dar el seguimiento adecuado a todos los proyectos y por algunos manejos no muy claros, creo que cada proyecto tuvo su historia y motivo por el cual decidió salir del sello, y fue una lástima que se diluyera de esa manera un proyecto tan fuerte y ambicioso”.
A la fecha, la mayoría de los artistas que alguna vez integraron Nopal Beat se encuentran en activo. Tal es el caso de los autores intelectuales del extinto colectivo: Luis Flores cambió su centro de operaciones de Guadalajara a Berlín hace algunos años, lo mismo toca en Alemania que en diferentes ciudades europeas, por su parte Chas se encuentra enfocado principalmente en el trabajo de estudio.
Nopal Beat funcionó como una plataforma que contribuyó a dar salida y difusión a proyectos de música electrónica, que de haberlo intentado por su cuenta, quizá les hubiera costado más tiempo el dar a conocer su propuesta en el plano nacional e internacional. En ello radica su trascendencia y en el haberse arriesgado al experimentar con elementos propios de la música latina y nacional, muchas veces despreciados.
“Hubo muchos otros grupos de artistas que empezaron a unirse, que empezaron a trabajar de la misma manera que nosotros lo hicimos. Yo no podría decir que fuimos unos genios cuando empezamos, pero sí creo que estuvimos en el momento adecuado, precisamente para empezar a hacer este nuevo formato, para mi gusto hubo mucha influencia en varios artistas mexicanos con lo que hicimos en Nopal“, concluye Chas.
Alejandro Arámburo está en Twitter.
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