‘La pesadilla inmobiliaria del mes’ es una sección en la que denunciamos los abusos más flagrantes y los pisos más sorprendentes del mercado inmobiliario en España. Si te has topado con algún palacio similar, escríbenos a esredaccion@vice.com.
¿Qué es?: Un local, un local de estos de persiana metálica y cartel en letras chinas. A pie de calle y con su bolardo en la puerta para que en las reuniones de vecinos alguno pueda reposar.
¿Dónde está?: Entre Tirso de Molina y La Latina, en una callecita estrecha típica del centro de Madrid. Muy cerca de la mítica Plaza de Cascorro donde empieza El Rastro cada domingo y donde hay unos buenos bares para alternar y comer bocatas de calamares.
¿Qué se puede hacer por ahí?: Es la zona de Madrid que seguramente más posibilidades ofrece. Hay alternativas tanto de noche como de día, mucha variedad gastronómica, muchos teatros cerca en la zona de Tirso, cines (incluso cines abandonados reconvertidos en bares modernos). De todo.
¿Cuánto cuesta?: El coste son 800 euros al mes, a lo que hay que añadirle 1.600 euros de fianza. Tema interesante este, porque ni rodando una peli de acción ahí dentro es posible que el lugar acabe peor de lo que está.
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“Se alquila (estudio-loft) con opción de cambiar a uso de vivienda”, mal empezamos cuando la primera frase de la descripción dice que se alquila un estudio con opción de cambiar a uso de vivienda. ¿Ahora qué es, un loft-granja? Además es que está más que claro que no es un estudio ni un loft, ni mucho menos una vivienda, es un local comercial que hace no mucho respondía al nombre de Moda Europa.
Antes de meternos con el interior, que tiene miga, los accesos a la vivienda ya enamoran por sí solos. Arquímedes dijo un día aquella célebre frase de “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”, una de las mayores verdades de la historia de la ciencia solo superada por la aportada por la sabiduría popular española: “dadme una pared por la noche y si no hay otro sitio, mearé sobre ella”. Sí, si alquilas este lugar, la puerta de tu casa será un baño público. Aunque en descarga del propietario diremos que en este tema tiene poca culpa.
Lo más positivo de este anuncio, por decir algo, es que muestra pocas fotos. En este caso, cuanto menos entres al detalle, casi que mejor. Dice que la estancia principal (y única) cuenta con unos 40 metros cuadrados, en la foto efectivamente se ve una habitación alargada y estrecha con las paredes de madera y diversos muebles y estanterías. Se ve claramente que en su día fue una tienda de moda china, y no es difícil imaginar los ropajes coloridos por ahí desperdigados mientras el dueño ve una película chinas y tiene a sus dos hijos correteando por el local. Pero eso fue en su época dorada, ahora está la cosa bastante peor.
Hoy en día es un lugar con un aspecto no muy distinto al de los bajos de Argüelles y con una oscuridad que da miedo. Llama mucho la atención el hecho de que el suelo tenga una rejilla para desaguar, no decimos que esté mal, pero es raro en un estudio-loft. Aunque está claro que puede resultar útil si quieres hacer una fiesta de la espuma en casa, o meter un par de cerdos y hacer la matanza indoor. Teniendo eso ahí también puedes meter una manguera en el salón para refrescarte en verano.
Al final de la foto se puede observar lo que parece un baño con el típico lavabo de batalla, ese que es tan pequeño que si te dejas el grifo abierto mientras te lavas los dientes, lo más normal es que termines necesitando la fregona. El espejo es de ojo de buey y del resto del baño nos quedamos con las ganas, pero apostamos fuerte por la opción de una buena letrina, porque es un piso en el que se lleva lo básico. Tampoco defrauda la instalación eléctrica, al siempre agradable falso techo hay que unirle algunos cables pelados que cuelgan del mismo y un par de enchufes de esos que parece que alguien haya arrancado de cuajo. La verdad es que no da mucha confianza.
El lugar es tan deprimente que el propio dueño lo sabe: “la reforma, que se haría a gusto del inquilino, correría a su cargo”. Hay que decir que al menos es un liberal y te da la opción de elegir tú los materiales con los que vas a remodelar sus ruinas. Porque no debemos olvidar el detalle de que las tiendas de moda china no tienen ni cocina ni ducha… así que para vivir con un mínimo de constitucionalidad hay que echarle billetes al lugar.
La última foto es posiblemente la mejor (peor) de la historia de la pesadilla inmobiliaria en Madrid. El estudio-loft consta de un sótano de 18 metros y da vergüenza hasta si lo incluimos dentro de la categoría de almacén industrial. Es una imagen desoladora, un zulo con una superficie hecha a base de palés y rodeado por paredes que no reciben una mano de pintura desde antes del Mundial de España 82. Al ver ese zulo a uno incluso se le viene a la mente la posibilidad de que estén empezando a salir al mercado los inmuebles de ETA.
Está claro que con la gentrificación está cada vez más complicado vivir en el centro de las ciudades, pero vivir en una tienda parece demasiado. Casi mejor irse a las afueras.