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El lunes por la noche, una operación de los carabinieri de Monreale, en Sicilia, se zanjó con el arresto de dieciséis personas que orbitaban alrededor de la zona de San Giuseppe Jato, en la provincia de Palermo.
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En la aparatosa operación participaron unos cien policías ayudados por perros y helicópteros y se incautaron de cerca de 900 plantas de marihuana en la localidad de Piana degli Albanesi.
El descubrimiento de la plantación es el último de una larga serie en Italia — lo que invita a pensar que la mayoría de organizaciones criminales se han refugiado en la cultivación de cannabis para mantener sus castigadas economías a flote, ahora que se encuentran cada vez más agobiados por la ineficiencia de sus proverbiales sistemas de recaudación.
En Italia son cada vez más los empresarios que se niegan a pagar el impuesto revolucionario de las mafias locales, lo que ha provocado que se estén buscando alternativas de recaudación de gran rentabilidad y pocas complicaciones.
Pese a todo, los cada vez más sofisticados sistemas de detección de la policía, tales como la teledetección aérea desde grandes alturas, los aviones no tripulados y los GPS avanzados han facilitado en los últimos meses el descubrimiento de multitud de plantaciones de marihuana.
La semana pasada los carabinieri del comando provincial de Foggia descubrieron una enorme plantación de seis hectáreas. El bosque de marihuana contenía 180.000 plantas de varias dimensiones distintas. Se estima que tamaña plantación hubiese podido reportar decenas de millones de euros en beneficios netos.
Los carabinieri que han intervenido después de haber recibido un chivatazo se han referido a la plantación como a una de las más extendidas jamás encontradas en Italia. Los responsables de la plantación disponían de una instalación profesional funcionando a pleno rendimiento gracias a un sistema de irrigación por goteo, una balanza industrial, una trituradora de hojas y una máquina para facilitar el secado.
Los responsables de la plantación habían decidido podar regularmente las plantas para que no rebasaran los 60 centímetros de altura y conferirles así el aspecto de tomateras. La compleja organización del trabajo invita a pensar que el cannabis haya sido destinado a un mercado mucho más amplio que el local.
El mes pasado una operación desplegada conjuntamente por los Carabinieri y la policía financiera se saldó con la detención de tres personas en la población de Camporreale. Se les acusaba de gestionar un cultivo de 258 plantas de entre 2 y 3 metros de altura cuyo valor de venta hubiese alcanzado los 600.000 euros.
Italia sigue persiguiendo implacablemente el cultivo de marihuana mientras su parlamento está fraguando desde hace meses un proyecto de ley cuyo objetivo no es otra que la legalización del cultivo y del consumo.
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