Música

Polen Records: el sello visionario de la nueva música colombiana

Este artículo hace parte de la serie Sellos Bastardos de Noisey.

Visionario y arriesgado quizá sean los calificativos que mejor describan la labor de Polen Records en la industria musical nacional. Un sello independiente que por más de diez años se ha establecido como uno de los referentes más fuertes de ese sonido al que muchos han bautizado como “la nueva música colombiana”.

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La historia arranca en Bogotá, en el 2006, con el músico y antropólogo Lucas Guingue y el productor Felipe Álvarez: dos eruditos del sonido, dos mentes maestras en busca de algo diferente, especial y fresco. Para la época en Bogotá retumbaba la experimentación sonora de combos bravos como La Mojarra Eléctrica, Curupira, el mismísimo Pernett o Tumbacatre. Era claro que algo venía cambiando en la escena nacional y esta era la oportunidad para correr riesgos e innovar.

El primer disparo de Polen fue con Los Días Adelante de la banda paisa Bajotierra, de quienes sobrevive en la memoria colectiva aquel coro que dice “ Yo no quiero trago, yo no quiero más drogas, yo te quiero mujer vos sos lo que me ahoga” –canción originalmente extraída de Lavandería Real (1997)-, y que con este álbum logró vender 1.000 copias (en edición limitada) y una buena respuesta por parte de la crítica. Luego de esto vendrían trabajos tan importantes como el Volumen 1 y Estalla de Bomba Estéreo, el disco homónimo de Mucho Indio, Ink de Ella Fuksbrauner, Móntate en el viaje de Cero 39 e incluso Somos Pacífico de Chocquibtown con Iván Benavides y Richard Blair en la producción. Todo salió bajo la firma de Polen y desde entonces se ha venido posicionando como una de las marcas que mejor representa la evolución, la búsqueda y la fusión de proyectos que hoy en día son los empoderados del sonido nacional. Según cuenta Felipe Álvarez “no me imaginé que el sello fuera a durar más de una década y que algunos de nuestros artistas fueran tan bien recibidos por el público”. Y sin embargo, así fue y así ha seguido sucediendo.

A lo largo de estos 11 años de historia, Polen ha seguido comandando un barco de sonidos que mezclan algo que Álvarez describe como una “electrónica latina joven” y una especie de “World Music 2.0.”. Una apuesta por el sonido auténtico donde converge todo lo anterior de manera orgánica, honesta y en constante cambio. Donde hay espacio para las ideas nuevas y el laboratorio experimental sonoro.

Para Felipe las joyas que describen a Polen Records a través del sonido son “Somos Pacífico” de Chocquibtown, “Fuego” de Bomba Estéreo, “Solitario” de Mitú, “Tumbamurallas” de Systema Solar, “Deja” de Sidestepper, “Morenita” de Cero39, “Buynayma” de Mucho Indio, “El Leopardo” de El Leopardo e “Ink” de Ella Fuksbrauner. Aunque también vale la pena nombrar que de allí mismo han salido trabajos como El alma y el cuerpo y Elegancia Tropical de Bomba Estéreo, Déjenme Llorar de Carla Morrison, Balnear de Mitú, Motel Baja de Nortec Colective, Goza con mi Bambasongo de Esteban Copete, Rumbo a tierra de Systema Solar o la unión de Gladkazuca con Sano y Matías Aguayo bajo el proyecto Rionegro. Eso sin recorrer muchos otros discos impresionantes que han venido marcando la línea de un sonido tan local como latinoamericano y en algunos casos hasta global, donde cada uno puede leerse como parte indispensable para entender el virus tropical que se ha apropiado de otras tierras.

Eso es Polen, un laboratorio constante, una aventura atrevida, un lugar que crea sin impedimentos, que poco a poco ha sabido establecerse su lugar en la industria actual y que no teme viajar entre el pop romanticón o la electrónica sudaca aletosa. Es un viaje libre.

Recientemente de esta casa salió Emilia, el proyecto solista comandado por Juanita Carvajal que tuvimos el placer de presentar y que en lo corrido del año publicará su primer EP. A la par de esto también se sigue trabajando en la promo de Rionegro, Glasford Howard y un disco con el maestro de la champeta psicodélica Abelardo Carbonó en colaboración con Palenque Records.