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La policía de Nueva York se dedica a avergonzar a los vagabundos en las redes sociales

Una campaña en la redes sociales lanzada por uno de los sindicatos de policía de Nueva York que consiste en colgar fotos de vagabundos en Flickr ha sido seriamente criticada. Sus detractores creen que se trata de una manera de “victimizar” y de “avergonzar” a los vagabundos por su mala suerte. Sin embargo, los expertos de las fuerzas de seguridad entienden que, al mismo tiempo, la campaña muestra cómo los sindicatos de policía hacen lo que pueden por adaptarse al poder de las redes sociales. Y es una actividad en la que llevan concentrados desde el año pasado.

El sindicato de Sargentos Benevolentes (SBA) lanzó la campaña con el envío de una serie de emails a sus miembros en que se urgía a estos a que tomaran fotos de los vagabundos de Nueva York, según informa el New York Post. Desde entonces se han colgado casi 240 fotos en una cuenta de Flickr online. En las fotos se ve a gente durmiendo en portales y en el metros, orinando en las calles y mendigando comida y dinero por la calle.

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“Mientras os desplazáis por la ciudad de Nueva York, por favor, utilizad vuestros teléfonos inteligentes para fotografiar a vagabundos que estén tumbados en la calle, a pordioseros agresivos, a gente meando en público, o a aquellos que estén traficando con drogas a la vista, y, en general, de cualquier atentado a la calidad de vida” escribió Ed Mullins, el presidente de SBA, a los socios del sindicato. Según informa el Post: “Derivaremos los asuntos a las instancias procedentes y ayudaremos a crear un sistema de responsabilidad en toda la junta directiva”.

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La campaña es una crítica deliberada al alcalde de Nueva York, Bill De Blasio y sus políticas, tanto en temas de sin techo como de policías. Mullins, de hecho, escribe sobre “políticas fracasadas, la necesidad de mayores campamentos para vagabundos en las calles de la ciudad, el incremento hasta el 10 por ciento de los homicidios y la disminución de la merecida y duramente conquistada percepción pública de la ciudad más segura de entre todas las grandes metrópolis estadounidenses”.

EL SBA no respondió a la mayoría de las cuestiones que le planteó VICE News. La tensión entre los sindicatos de policía y de De Blasio ha ido en aumento desde el encontronazo público del año pasado en que los agentes de uniforme le dieron la espalda a De Blasio. El episodio sucedió en el funeral de dos agentes que fueron disparados y asesinados en el cumplimiento de su deber.

La indignación con la campaña se disparó en la red. El Southern Poverty Law Centre, una organización de ayuda a los desfavorecidos, tachó la campaña de “inaceptable”, mientras que muchos usuarios de Twitter condenaron que se tratar de una campaña victimizadora.

Para algunos expertos en fuerzas de seguridad, la campaña supone un intento de la policía por intentar amordazar el poder de las redes sociales, después de un año en el que, a menudo, la misma policía ha estado en el centro del huracán. Maria Haberfeld, presidenta del departamento de Derecho, Ciencias Políticas y Justicia Criminal de la Universidad John Jay, declaró a VICE News que ahora la policía se ha dado cuenta de que pueden utilizar las redes sociales para propagar la atención sobre cualquier problema que consideren importante o urgente.

“Si la gente que toma decisiones, si los políticos advierten la existencia del problema y no lo combaten suficientemente ni parecen estar generando una solución inmediata, que, en este caso, es lo que a la gente le gustaría ver, y cuanto antes mejor, entonces el sindicato de policía se responsabilizará solito de dar el siguiente paso”, expresó Haberfeld.

Según ella, la gente tendrá que “acostumbrarse” a mayores debates públicos y a escuchar asuntos que hasta ahora habían sido abordados de manera privada.

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“De repente existe esta súbita concienciación del uso de la fuerza por parte de la policía, no porque sea un fenómeno nuevo, si no por lo muy expuestos que estamos a las redes sociales, de manera que funciona en ambas direcciones. Funciona para determinar la responsabilidad de las intervenciones públicas, pero también debería de funcionar en el otro extremo, cuando los sindicatos de policía son capaces de alertar a quienes toman las decisiones de problemas agudos”, explicó.

John DeCarlo, autor del libro Labor Unions, Management Innovation and Organizational Change in Police Departments (Sindicatos de trabajadores, gestión de innovación y cambios organizativos en los departamentos de policía), opina que la campaña forma parte de una larga historia de diálogo entre la administración de la ciudad y sus agentes de policía, quienes, a menudo, tienen “dos perspectivas muy distintas” sobre la gestión pública.

“Creo que lo que estás viendo es una evolución natural de la comunicación”, declaró DeCarlo a VICE News. “Antiguamente los sindicatos hablaban con los políticos y luego iban a los periódicos. Ahora se trata puramente de difundir la palabra a través de las redes sociales sobre aquello que consideren importante y sobre lo que creen que la gente debería ver”. 

DeCarlo dice que los policías procuran documentar los cambios que observan en las calles mientras desempeñan su trabajo. Según él, los policías de mayor rango y los funcionarios del ayuntamiento tienen una mayor visión de la ciudad.

“Siendo alcalde o comisionado, tienes que lidiar con muchas perspectivas distintas, no solo con el índice de crímenes o de vagabundo, sino con educar a niños y satisfacer a los constituyentes y muchas cosas más” cuenta DeCarlo. “En cambio, el sindicato se centra específicamente en un asunto, en un delito o en un desorden, y, a menudo, su perspectiva se centra solo en ese asunto”.

Pero tanto expertos en política como los defensores de los vagabundos explicaron a VICE News que el uso de una campaña en las redes sociales para fomentar un debate sobre gestión pública es probablemente algo bueno. Y que el avance de las redes sociales simplemente ha llevado un debate preexistente entre policías y administradores a un plano público.

“Las redes sociales permiten que la gente, ya sea dentro de la profesión policial o en cualquier otra, tenga un rol como de portavoz en asuntos de concienciación”, dijo Haberfield. “Puede que hace 5 o 10 años la policía estuviera al corriente de problemas en la ciudad pero que no encontrara necesariamente la plataforma en que debatirlos. Sin embargo ahora las redes sociales les permiten decir de qué asuntos se trata, así que son un nuevo vehículo.

Jeff Foreman, director de políticas en la organización Care for the Homeless (Cuidados para el Vagabundo), está de acuerdo con los expertos en política, al advertir que cuando la campaña corre el riesgo de estigmatizar al vagabundo, también podría llevar a un debate sobre cómo mejorar el problema de los sin techo en la ciudad.

“Si provoca que aumente la concienciación sobre los vagabundos en Nueva York y la gente se compromete en buscar soluciones para el problema, entonces puede ser algo bueno”, dijo Foreman. “Obviamente, todo lo que estigmatice el no tener techo o que lleve a cualquier ejecución que criminalice la falta de techo no es positivo. De hecho, empeora la situación”.

También dijo que las consecuencias de la campaña del sindicato sobre los vagabundos estarán determinadas por cómo se percibe por el público y los gestores administrativos, y que espera ver que se perciba como “un grito de socorro”, que provoque que la ciudad se vuelque y tome mayores medidas para ayudar a los sin techo a encontrar casa.

Al grupo de Foreman le gustaría observar un incremento de las residencias equipadas con todos los servicios, incluidos servicios de salud mental, que ayuden a la gente a salir de las calles. Dijo que tales servicios retribuyen mucho más fiscalmente a la ciudad que detener a vagabundos y alojarlos en “la residencia para vagabundos más cara de Riker Island”, la prisión de la ciudad.

Los expertos parecen coincidir en que hay más vagabundos en las calles que en años anteriores, pese al hecho de que durante el recuento anual de sin techo realizado en febrero de este año, se registró un 5 por ciento menos, explicó Foreman.

“Creo que la mayoría de neoyorquinos creen que a día de hoy hay más vagabundos en las calles” dijo.

Haberfield advirtió que pese a las críticas abiertas a la administración por parte de los sindicatos policiales, ambas entidades trabajan por el mismo objetivo y que se han limitado a discutir públicamente cuál es la mejor manera de mantener segura la ciudad.

“Por desgracia”, dijo, “existe la percepción de que los sindicatos van por un lado y la administración por el otro. Pero la verdad es que todo el mundo quiere hacer algo al respecto”, dijo. “Al fin y al cabo, la administración, los jefes y las organizaciones policiales tienen los mismos intereses que todo el mundo: quieren una ciudad tranquila y segura”.