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¿Por qué la gente se obsesiona tanto con los nuevos uniformes de futbol?

Cuando se trata de uniformes de futbol, tenemos que mencionar que hemos pasado por mucho desde el punto más alto de los experimentos en la década de los 90. Aquellos fueron los años que nos regalaron los cautivadores cuellos “v” del segundo uniforme del Arsenal en 1991-93, las hojas de maple color azul hielo del uniforme de visitante del Manchester United en 1990-92, y la locura rectangular del mejor uniforme de todos los tiempos para un guardameta de la selección inglesa. Hoy en día se experimenta muy poco, ya que los fabricantes no quieren arriesgar lo que se ha convertido en una industria global gigantesca. Puesto que los mercados de uniformes se han expandido inimaginablemente desde los 90, los diseños excéntricos parecen haberse descartado en nombre del resguardo de ganancias, aunado con un toque de miedo a la controversia y críticas de los consumidores, lo que provocó el surgimiento de un modelo estándar.

La conducción conservadora tomada por los fabricantes bien podría estar motivada por las redes sociales; la filtraciones de los uniformes son recibidas con elogios inmediatos o censura, lo cual decide si los jerseys salen o no a la venta. De alguna forma, Twitter y Facebook sirven para investigar el mercado libre, pero también contribuyen a una cultura donde la inmediatez lo es todo. Es difícil imaginar que una playera con cuello “v” amarillo o negro pudiese atravesar el filtro de las redes sociales en nuestros días, aunque aquel uniforme del Arsenal es ampliamente considerado uno de los más peculiares del club y sigue siendo bastante popular. Si las cuentas verificadas y los chistes por internet hubiesen existido en los 90, se habría ocasionado un desmadre con los uniformes en Twitter y, por lo tanto, quizás, suspender su venta.

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Considerando las cifras que se manejan en la industria de los uniformes, tal vez tiene sentido que los fabricantes estén apostando por diseños menos exitosos a largo plazo, pero sin oposición al momento de su lanzamiento. De acuerdo con Manchester Evening News, el Manchester United quedó en primer lugar con más ventas de playeras en 2016. Dado que la versión más barata del uniforme de casa de la temporada pasada costaba 60 libras, esta cantidad multiplicada por millones de pedidos nos da una cifra ridículamente alta; ni el club, ni los fabricantes arriesgarán sus ganancias por un simple capricho estético.

El resultado de todo esto es que los uniformes son cada vez más homogéneos. Nike ha recibido críticas por su falta de creatividad en el uso de sus plantillas de diseño; los uniformes de las selecciones que patrocina son casi iguales, de no ser por los diferentes patrones de color y los escudos. Los uniformes se han visto devaluados por su omnipresencia, y ahora son meros malabares publicitarios y de relaciones públicas. ¿Entonces por qué la gente se sigue emocionando?

A pesar de las quejas sobre los diseños genéricos y los altos precios, el circo que rodeo la llegada de nuevos uniformes parece seguir prosperando sin retroceso alguno. La mayoría de los medios abren blogs y dedican artículos para las “confirmaciones de uniformes”, a pesar de que existe un gran intercambio de playeras filtradas mucho antes del arranque del mercado de transferencias. Los nuevos uniformes suelen estar vinculados con noticias de transferencias de jugadores, lo cual es tal vez la llave para mantener el suspenso en las filtraciones o presentaciones oficiales de las playeras. Algunos intentan encontrar pistas de posibles traspasos escondidos en sesiones fotográficas, ya que se dice que un jugador no puede cambiar de club después de aparecer en cualquier tipo de material promocional del nuevo uniforme. Existe muy poco respaldo para esta creencia, dado que las presentaciones de los uniformes suelen realizarse mucho antes de la conclusión del mercado de fichajes; ningún equipo rechazaría una oferta millonario por el simple hecho de que su jugador aparece en un spot publicitario.

Al igual que la mayoría de los rumores de trasferencias, los nuevo uniformes satisfacen el hambre de futbol en los meses de verano. Una de las muchas razones por las que el mercado de verano atrae mucho más interés que en enero se debe a que existen menos distracciones: el constante bombardeo de rumores sustituyen a los días de partido. Mientras que las primeras semanas cumplen el papel de erradicar el dramatismo vivido en la campaña recién finalizada, los verdaderos adictos al futbol comienzan a sufrir su ausencia poco tiempo después, y se desesperan incluso cuando hay un torneo internacional con el cual entretenerse por el momento.

Existe un elemento que hace de los nuevos uniformes un gusto culposo, una adicción que nos deja muy poco pero que de todos modos sirve de escaparate. Podrán decepcionarnos más seguido que de costumbre, pero el deseo de ver imágenes de uniformes filtrados y deleitarnos con los imperceptibles cambios permanece. Puede que los años gloriosos de los 90 hayan terminado, pero aún mantenemos la esperanza de ver grandes cambios en los uniformes de nuestros equipos temporada tras temporada, lo cual bien podría hablar de la facilidad con la que nosotros, los fanáticos al futbol, pueden ser engañados por las corporaciones y fabricantes; saben jugar con nuestra lealtad y, sobre todo, explotarla.

@W_F_Magee