Por años, la frontera que separa Estados Unidos y México ha sido objeto de debates sobre la inmigración a Estados Unidos —tanto de mexicanos como del aumento reciente de familias y niños que huyen de Centroamérica y entran a EU a través de México—.
Pero este verano surgió una nueva tendencia en la parte de la frontera donde colindan San Diego y Tijuana: se disparó el número de inmigrantes chinos detenidos al tratar de entrar a Estados Unidos desde México.
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Desde el 1º de octubre de 2015 hasta el 31 de mayo de 2016, agentes de la patrulla fronteriza detuvieron a 663 inmigrantes chinos en esa sección de la frontera, según un informe publicado la semana pasada en Los Angeles Times. Es un aumento considerable si lo comparamos con cifras anteriores: durante el año fiscal de 2015, únicamente 48 ciudadanos chinos fueron detenidos en esa zona. El año anterior, solo fueron ocho.
El salto representa un aumento de 8,188 por ciento en un periodo de tres años. Y como todavía quedan otros cuatro años en el año fiscal actual, se cree que la cifra va a ser aún mayor.
En comparación con el resto de la frontera, el aumento repentino de inmigrantes chinos en el área de San Diego parece ser una pequeña irregularidad en el radar de inmigración. En los primeros siete meses de este año fiscal, los agentes de la patrulla fronteriza registraron 223,871 detenciones en la frontera entre el sureste de EU y México, según la información que la agencia proporcionó a VICE. Los inmigrantes de México, Guatemala, El Salvador y Honduras conformaban el 95 por ciento de ese total.
“Si analizas el esquema general de migración, te das cuenta de que en realidad es una cifra muy pequeña”, dijo Muzaffar Chishti, uno de los directores del Instituto de Políticas de Migración, un centro de estudios que se enfoca en la inmigración. “Si la cifra aumenta a 20 mil el próximo mes, entonces podría decir que algo está sucediendo. Sin embargo, por ahora la cifra no ha alcanzado un nivel que se considere alarmante o un patrón diferente de migración”.
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La frontera de la región sureste de EU con México se compone de nueve sectores, que van desde la costa del Pacífico hasta el Valle del Río Grande. Al analizar toda esa sección de la frontera, la tendencia se nivela. La patrulla fronteriza detuvo a 1,211 inmigrantes chinos en la frontera en los primeros siete meses del presente año fiscal. Hace un año, los agentes detuvieron a 1,327 inmigrantes chinos que trataban de cruzar a EU desde México. Y en el año fiscal de 2014, detuvieron a 1,693 chinos. Incluso si las cifras parecen ir en aumento este año, el panorama general no se compara con el aumento dramático que tiene lugar en San Diego.
Aun así, hay un número considerable de inmigrantes chinos que entran a Estados Unidos a través de México. Para algunos, es la mejor opción.
De los dos millones de inmigrantes chinos que viven en Estados Unidos, alrededor del 10 por ciento no residen legalmente, lo que significa que entraron al país de forma ilegal o excedieron la duración de su visa, según el Instituto de Políticas de Migración. Para los inmigrantes que quieren quedarse a vivir y trabajar en EU pero no tienen los documentos legales, obtener una visa y quedarse a su término es la ruta más simple —llegas de forma legal y ya no sales—. China tiene una tasa de aprobación relativamente alta en las solicitudes de visa de negocios y turismo (90 por ciento en año fiscal de 2015, según la información que proporcionó el Departamento de Estado a VICE) pero eso deja a algunos posibles migrantes sin una forma legal de entrar a EU.
“Hablamos de personas de un estrato social mucho más bajo, que no tienen forma de obtener una visa”, dijo Peter Kwong, profesor de desarrollo y planeación urbana en la Universidad Hunter College e investigador destacado que se especializa en la inmigración china.
Kwang explicó a VICE que muchos de estos migrantes pobres huyen de su país debido al estancamiento económico reciente en China. “Muchas fábricas están recortando personal y la exportación está disminuyendo”, señaló. “Esto reduce las opciones de trabajo en China y, lógicamente, si tienen la posibilidad de vivir en otro país, lo hacen sin dudarlo”.
Un vocero de la patrulla fronteriza estadounidense dijo a Los Angeles Times que los polleros cobran entre 50 mil 70 mil dólares por traer a un chino a México y ayudarlo a cruzar la frontera. El precio es exorbitante para los migrantes que supuestamente carecen de los medios y los contactos para obtener una visa pero los inmigrantes chinos siempre han pagado un alto precio para llegar a Estados Unidos, según Elliott Young, profesor de historia en la Universidad Lewis and Clark y autor de Alien Nation, un libro sobre la historia de la migración china a Estados Unidos.
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Young ha sabido de inmigrantes chinos que pagan hasta 30 mil para ir a EU con rutas a través de Asia, África o América Latina. “Creo que mucha gente no tiene esos 30 mil dólares”, explicó a VICE. “Y que piden dinero a sus amigos y familiares o se endeudan con empresas o redes de contrabando”.
Otro factor a considerar es que muchos inmigrantes chinos ya tienen familia o conocidos en Estados Unidos. La presencia de las comunidades chinas en ciudades como Nueva York y San Francisco “facilita la migración”, explicó Young.
“Es posible pagar esa deuda en cuestión de uno o dos años”, explicó a VICE. “Considerando las condiciones y la falta de oportunidades en China, tiene mucho sentido”.
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