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Por qué se está planeando lanzar satélites Bitcoin al espacio

El bitcoin se revaloriza a medida que las transacciones de esta moneda criptográfica se vuelven más seguras. Ésta es una cuestión importante a tener en mente para entender por qué se está planeando lanzar satélites bitcoin al espacio.

¿Por qué? Porque ¿Qué lugar es más seguro para que los ordenadores que procesan las transacciones del bitcoin que una órbita a varios kilómetros sobre la Tierra? Por ello, el creador y fundador de Dunvegan Space Systems, Jeff Garzik, ha desarrollado el programa BitSat, con la finalidad de enviar ordenadores con satélites pequeños y (relativamente) económicos en 2016.

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El hecho de tener estudios avanzados en informática, matemáticas, economía, finanzas, ingeniería y derecho puede ayudar a lograr una amplia comprensión del concepto del bitcoin en el espacio. Para simplemente entender lo suficiente sobre el tema y parecer inteligente en una cena, se debe comprender que el bitcoin es dinero a la vez que una herramienta para realizar transacciones financieras. 

Piensa en un taxista y un pasajero. Por un lado, ambos viajan en un coche, de la misma manera que tanto el bitcoin como otras monedas son dinero. Pero a diferencia de los pasajeros, el taxista puede ir a dónde quiera porque él conduce el taxi. Eso es el bitcoin — no requiere de intermediarios como los bancos, ya que es el que conduce el taxi.

Dicho esto, cabe destacar que el bitcoin presenta algunos problemas. Mucha gente no lo acepta como dinero, y sus críticos señalan que no es “real” — lo que hace que sea un medio efectivo de intercambio es que muchos estarán de acuerdo en aceptarlo a cambio de otra cosa. No sé qué podré conseguir con veinte cajas de cigarrillos en la cárcel, pero sé que serán moneda de cambio para algo ya que es una moneda transable allí. Si, por otro lado, trato de pagar el IRS — Servicio de Impuestos Internos— con cigarrillos, acabaré en la cárcel porqué el IRS no lo considera una moneda. 

Una forma de conseguir que más gente utilice el bitcoin es convirtiéndolo en una herramienta más útil para transacciones financieras. Otro enfoque sería aumentar la seguridad de las transacciones, que equivaldría a reducir la capacidad para falsificar una moneda fuerte. 

Si las grandes empresas utilizasen el bitcoin para mover dinero internamente o entre ellas y sus vendedores, serían mucho más receptivas a la hora de aceptar esta moneda como pago en las cajas de sus tiendas.

Hacer solo una o ambas cosas podría aumentar la utilidad del bitcoin como un medio de cambio, y por lo tanto incrementar el número de gente que lo usa, que a su vez la hace una moneda más fuerte y más atractiva. 

Y por eso el bitcoin se va a lanzar al espacio: Hacer esto lo hará más seguro y más útil. 

“Así es como funciona el algoritmo del bitcoin, si 99 de cada 100 conexiones a tu [máquina bitcoin en la Tierra] son maliciosas, esa conexión buena será descubierta y se elegiran sus datos fiables por delante de los demás”, dijo Garzik a VICE News. Por lo tanto la seguridad de todo el sistema se incrementa si se puede crear un solo ordenador bitcoin súper seguro.

Irrumpir físicamente en él espacio ahora mismo está más allá de las posibilidades incluso de una Misión de James Bond, y hacerte con el satélite requiere derribarlo. Precisamente esto es lo que se puede conseguir poniendo un bitcoin en el espacio.

Y debido a cómo funciona el bitcoin, según dijo Garzik, “la minería de bitcoins, los procesadores de pagos y otros sitios web de alto valor, encontrarán valor en tener una copia de seguridad garantizada si su página se queda sin internet o es atacada”.

Además de hacer que el bitcoin sea más seguro, los satélites ofrecen una manera espectacularmente buena de transmitir una señal a un gran grupo de gente a la vez — algo que los satélites GPS hacen permanentemente. Esto simplifica enormemente la tarea de estar conectado a la red de bitcoin, particularmente en lugares remotos. Garzik explicó que acceder al BigSat requeriría una antena de 1,80 metros por satélite, un cable USB y dos mil dólares en equipos. Claro, eso es más de lo que se puede hacer durante la hora de la comida, pero es factible. 

Lo que esto significa funcionalmente es que podrías enviar dinero a tu amigo que vive en Mongolia de forma mucho más eficiente. Normalmente hacer esto implicaría ir a un banco, que luego transferiría el dinero a través de una red bancaria mundial dirigida por una Sociedad de telecomunicaciones interbancarias mundiales (SWIFT) con sede en Bélgica a un banco de Mongolia. En algún momento del proceso, el pago se convertiría en tugriks de Mongolia. En cada paso del proceso, los banqueros tomarían su tiempo y se quedarían con una porción del pastel. La utilización del bitcoin reduce el tiempo y elimina los costes intermediarios, lo que significa que obtendrías tu envío de leche de caballo mongol a un mejor precio y más rápido.

Pero los nodos de bitcoin destinados al espacio pueden hacer mucho más. Debido a que el bitcoin es también un sistema para ejecutar transacciones financieras — recuerda que conduce el taxi en lugar de simplemente viajar en él —, en teoría, los nodos podrían dejar fuera de la ecuación a muchos abogados, bancos y otros gastos generales involucrados en los contratos. Al fin y al cabo, los nodos pueden almacenar y distribuir dinero, además de verificar información. Y son de mucha más confianza que los abogados y los banqueros.

¿Y si las grandes empresas no necesitaran legiones de abogados para cerrar la infinidad de contratos que implican mover dinero de país a país? Si fuese así, la mayoría de empresas podrían prescindir de la mitad de estos abogados y sin duda se mostrarían más que interesadas en usar el bitcoin. Y si las grandes empresas utilizasen el bitcoin para mover dinero internamente o entre ellas y sus vendedores, serían mucho más receptivas a la hora de aceptar esta moneda como pago en las cajas de sus tiendas.

Así pues, poner nodos de bitcoin en el espacio puede hacer la divisa más segura, permitir transacciones con ella en cualquier lugar del mundo, y facilitar la creación de contratos sencillos y baratos. Si un país hiciera todo esto por su moneda, probablemente se consideraría que ha realizado un avance impresionante en su infraestructura.

Pero en realidad, BitSat es solo una muestra conceptual. El objetivo de poner ordenadores en órbita no es hacer transacciones financieras en el espacio ‘per se’, sino dejar claro que utilizar este tipo de tecnologías fuera de la atmósfera puede generar grandes ventajas.

“Estos satélites son aplicables a cualquier criptodivisa – y más generalmente, a cualquier sistema de proceso, almacenamiento o emisión de datos”, dijo Garzik. “SnapChat podría usar estos satélites como un medio de transmisión de mensajes encriptados, un uso sin ninguna relación con el bitcoin o con las criptodivisas”.

Fundamentalmente, pues, BitSat es un poco como el GPS: propone un uso del espacio de una forma totalmente nueva y la gente tardará un tiempo en entender todas las ventajas que les puede ofrecer este nuevo sistema. Cuando la tecnología GPS apareció por primera vez, el público en general daba un uso escaso a su señal. Hoy en día, una sola mirada a tu ‘smartphone’ te dirá que la situación es muy distinta: la industria del GPS espera llegar a un valor total mayor a los 26.000 millones de dólares en 2016. El presupuesto actual de la NASA, en comparación, es de 18.000 millones de dólares.

En 2012, el flujo mundial de bienes, servicios y capitales financieros alcanzó los 26.000 billones de dólares. En la próxima década, este número podría triplicarse. Es imposible predecir qué efectos tendría la adopción de una criptodivisa con base en el espacio sobre los flujos financieros globales, pero hacerse aunque fuera con una porción mínima de este pastel causaría un impacto tremendo en las finanzas, los ordenadores y el espacio que iría mucho más allá del BitSat.

Sigue a Ryan Faith en Twitter: @Operation_Ryan

Imagen vía Flickr