Era editor de un sitio de noticias independiente mexicano llamado Escribiendo la verdad hasta que dos hombres lo levantaron y dos semanas después apreció muerto en una carretera; su cuerpo mostraba señales de tortura.
Sin embargo, una comisión especial cuya labor es proteger a los periodistas en el estado de Veracruz declaró inmediatamente que Juan Mendoza Delgado murió atropellado.
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Con la muerte de Mendoza en el pueblo de Medellín del Bravo suman seis periodistas asesinados en México en lo que va del año. Según observadores internacionales, México es uno de los peores países para practicar esta profesión.
En 2014 hubo un total de cinco reporteros asesinados, lo que significa que este año pinta para duplicar el total de asesinatos de periodistas.
Como muchos otros reporteros de la comunidad que tienen otros trabajos para financiar su trabajo, Mendoza era taxista, tal como lo era Moisés Sánchez.
Sánchez —editor de un semanario de Medellín llamado La unión— fue el primer periodista asesinado en Veracruz en 2015. Él también era taxista y activista. A principios de enero el editor fue secuestrado en su casa y tres semanas después apareció decapitado en un paraje cerca de Medellín.
El sospechoso del asesinato acusó al alcalde de Medellín de ordenar el crimen, el cual a su vez se dio a la fuga. En ese entonces, el gobernador de Veracruz dijo sobre Sánchez: “No es reportero. Es conductor de taxi y activista social”.
El gobernador de Veracruz Javier Duarte, a la izquierda, con el presidente Enrique Peña Nieto, al centro, en un evento en febrero. (Foto vía Gobierno de Veracruz).
Desde que Duarte tomó posesión en diciembre de 2010, doce periodistas han sido asesinados en el estado. Algunos conteos hablan de trece, pues incluyen a un periodista que trabajaba para medios veracruzanos pero que fue asesinado en la frontera con Oaxaca.
Armando Saldaña —asesinado el 4 de mayo cuando regresaba a su casa en Oaxaca— trabajaba para dos estaciones de radio y varios periódicos pequeños en Veracruz.
La región del Istmo rápidamente se está convirtiendo en un lugar hostil con los periodistas. El 2 de julio, mientras el reportero Filadelfio Sánchez salía de la estación de radio La favorita en el municipio de Miahuatlán, Oaxaca, dos personas lo siguieron y le dispararon varias veces.
‘Pórtense bien. Por favor, se los pido… Es por ustedes’.
En lo que va del año, otros dos reporteros han sido asesinados en México, ambos en el mes de junio.
En Guanajuato, la hija de Gerardo Nieto Álvarez, editor del periódico El Tábano, lo encontró degollado en su oficina.
Y en Tabasco, Ismael Díaz López, reportero del periódico Tabasco Hoy, fue apuñalado en su casa. Las autoridades dijeron que el asesinato probablemente se debía a una disputa doméstica.
A Duarte se le ha tachado de cruel e indiferente por su actitud hacia la creciente tasa de asesinatos de periodistas y su hostilidad hacia la libertad de expresión. En 2011 su gobierno encarceló a dos usuarios de Twitter por “terrorismo” debido a que publicaron mensajes de posibles ataques a planteles escolares.
No obstante, sus últimas declaraciones fueron bastante descaradas, incluso para sus estándares.
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El primero de julio, un día antes de que se encontrara el cuerpo de Juan Mendoza, Duarte hizo una escalofriante advertencia frente a un grupo de periodistas.
“Pórtense bien. Todos sabemos quiénes andan en malos pasos… Todos sabemos quiénes de alguna u otra manera tienen una vinculación con estos grupos… Todos sabemos quiénes tienen vínculos y quiénes están metidos con el hampa”, dijo Duarte con voz arrulladora, como se escucha en una grabación de su discurso. “Por favor, se los pido… Es por ustedes”.
En la grabación se escuchan murmullos en la audiencia.
“Vamos a sacudir el árbol y van a caer muchas manzanas podridas”, dijo el gobernador.
Duarte tocó un tema delicado en los estados que sufren de la violencia contra el narcotráfico. Los cárteles se infiltran en las fuerzas policiacas, en los partidos políticos y en las instituciones gubernamentales. En estados donde su presencia es bastante fuerte —como Tamaulipas, Sinaloa y Veracruz—, los cárteles son también quienes dictan las noticias.
Bajo amenazas, los reporteros y noticiarios deben ignorar las noticias que a los cárteles no les gusten y distribuir sólo el tipo de reportajes que ellos quieran, como han documentado varios grupos internacionales sobre derechos de prensa, como el Comité para la Protección de Periodistas radicado en Nueva York.
El “Índice de Impunidad Global” dice que México es el país número siete en falta de justicia en casos de asesinatos de periodistas.
“Es un año donde ha habido más violencia [contra los reporteros] y más silencio”, dijo Dario Ramírez, director de la organización Artículo 19 a favor de los derechos de prensa, a VICE News el jueves en entrevista.
Ramírez observó que México “tiene el sistema de protección de periodistas más robusto del mundo”, pues tiene una fiscalía especial a nivel federal, una ley nacional y una unidad especial dentro de la Comisión de Derechos Humanos.
Sin embargo, la fiscalía encargada de proteger a los reporteros no ha sido capaz de condenar a un solo asesino por haber tomado la vida de un periodista.
Uno de los asesinatos más emblemáticos ocurrió en 2012 en Veracruz, cuando la reportera de Proceso Regina Martínez fue estrangulada en su casa en Xalapa. Tres años después las autoridades nombraron a la plaza en honor de Martínez, aunque no han sido capaces de aclarar el asesinato.
“Se los digo por ustedes, por sus familias y también por mí y por mi familia, porque si algo les pasa a ustedes, ¡al que crucifican es a mí!”, dijo Duarte la semana pasada en Veracruz.
“No hay que confundir libertad de expresión con representar la expresión de los delincuentes a través de los medios”, continuó. “No se expongan. Quienes de alguna u otra manera tienen vinculación, dejen de tenerla. No les conviene. Se los digo con toda sinceridad”.
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