Actualidad

¿Qué hay detrás de los perfiles falsos de chicas sexys?

Un claro ejemplo de perfil falso

Sense Adler (xullel) quiere seguirme en Instagram. En su foto destaca el culo y en su bio dice: “You know, terribly nice to see at least one guy here! Find me here”. Intuyo que está flirteando, pero tampoco demasiado. Berra (berra.farmer3) es menos sutil: “”Hello, lovely! Want to see in real life for a hot night?”. Y Judith va más allá, con sus pechos bien visibles y una invitación (colectiva) a retozar: “Hi boys! I’m lovely baby. J If you want to have a good time with me go to the my website and search me”. A juzgar por su inglés, no es británica ni estadounidense.

Buscan que accedas a un enlace para aumentar el tráfico de una web, infectar tu equipo o conseguir tu dinero en una especie de timo nigeriano con chicas sexys

Videos by VICE

También en Facebook, con frecuencia, intentan llamar mi atención algunas chicas sugerentes. Como Melania Barboza, una “florista” que estudió en la Universidad Complutense de Madrid y en el Liceo Francés, soltera -por supuesto- y que siempre posa en bikini junto a otras jóvenes en bikini. Es de las que cuentan sus amigos con los dedos de la mano, porque acumula menos de cien en la red social. Estos perfiles falsos creados para captar clientes en pseudonegocios porno, también pretenden pescar likes y fans ficticios, difundir virus malignos o estafar directamente a usuarios incautos. Facebook calcula que existen 83 millones de estas cuentas falsas en su último informe presentado al SEC americano (Security and Exchange Comission).

Desde Facebook España nos explican que su objetivo es bloquear el mayor número de fake profiles y que para ello se fijan en el registro, amistades, likes, mensajes… y usan clasificadores automáticos que avisan de cualquier comportamiento sospechoso, además de indicadores y técnicas para discernir si una acción o cuenta son reales.

“Mucha de la actividad fraudulenta sucede siguiendo patrones y en forma de ataques periódicos de spam, por lo que hemos podido mejorar nuestra capacidad de detectarlo”, afirman. De cara al usuario, facilitan instrucciones para denunciar una cuenta falsa que se hace pasar por ti, cuentas pirateadas, y consejos de seguridad.

Álvaro Falide, del colectivo de expertos en seguridad informática GSICKMINDS, matiza que, aunque estas redes sociales tienen mecanismos para detectar y bloquear perfiles, “deben ser cautos a la hora de tratar con ellos para no cargarse cuentas de usuarios reales por error”. Según él, la mayoría de perfiles falsos son bots “que se crean y gestionan automáticamente de forma masiva para llegar al mayor número de usuarios posibles y suelen ser fáciles de identificar por su frecuencia de publicación (muchas veces suben todas las fotos el mismo día) o su incoherencia.

También existen, sin embargo, otros que son creados y manejados por personas reales sin ningún tipo de automatización. “Por fuerza, estas cuentas deben de tener objetivos más específicos y la dificultad para detectarlas dependerá de la habilidad del usuario”, añade el informático.

Rebecca, o así dice llamarse en su perfil, llama a mi puerta. ¿Será un bot o una persona real? Estudió Matemáticas en la Universidad de Toulouse, es “commerçante de bijoux” y no tenemos amigos en común. ¡Adelante! Le pregunto si nos conocemos y responde “no creo que yo no sé, pero me gustaría saber que si no te importa??”.

Es nuestra primera cita virtual, así que iremos despacio porque podría pasarme un link de esos que cuando pinchas instalan un códec que en realidad es un troyano. Una emboscada de ransomware que cifra todos los contenidos del ordenador, secuestrando tu disco duro a cambio de un rescate.

Nuestro experto confirma mi temor: “Lo que buscan la mayoría de las veces es que accedas a un enlace para aumentar el tráfico en un sitio web o infectar tu equipo. Otras veces, en vez de intentar que accedas a un enlace, intentan directamente conseguir tu dinero, en una especie de renovación del famoso timo nigeriano, pero con chicas sexys como reclamo”.

La mayoría son bots que se crean y gestionan automáticamente de forma masiva pero también existen perfiles falsos creados y manejados por personas reales

¿Está cometiendo Rebecca —o quien se haya inventado esa identidad— un delito? “Que yo sepa no. Los problemas legales con los que se pueden encontrar están relacionados con la suplantación de identidad, el uso de imágenes robadas a otros usuarios o el uso de la cuenta con fines lucrativos (mediante estafa)”, aclara Álvaro Faílde.

Opina que, por lo general, “no buscan un objetivo específico, sino que intentan llegar al mayor número de usuarios posibles, generalmente hombres, porque el porcentaje de gente que ‘pica’ es bastante pequeño y al hacerlo de forma masiva consiguen que el número de víctimas sea bastante elevado”.

Mi nueva amiga francesa (o quizá ciberdelincuente) dice ser “commerçante joyas” y se muestra educada. Quiere saber mi edad y qué hago en la vida y yo le cuento que estoy en mi oficina trabajando en un artículo y siguiendo en streaming la actividad del Congreso. Ella, en cambio, está sola en su habitación, desnuda, y me pregunta si quiero verla por webcam.

No tengo nada en contra del desnudo femenino, pero este no es el momento más adecuado para aceptar su propuesta, así que intento comentar con ella la actualidad política. Imposible. Me llama. No descuelgo. “Llámame”, insiste.

Temo que aceptar esta conferencia derivará en la adquisición de falsos cupones de descuento, viagra falsa o aparatos para alargar mi pene. O, como mínimo, me hará morder una de esas líneas telefónicas de tarificación o mensajería premium que te envían después una factura desorbitada, como si hubieras hecho una merienda con nueces de macadamia rellenas de cocaína, servida por estrellas de Hollywood desnudas. Rebecca me sugiere que vaya cinco minutos al baño y, cuando percibe que su plan no me seduce, adopta tono imperativo (“ir al baño ahora”).

No afloja tampoco en el empeño de que le pase una foto y cuando le mando un pantallazo de la presidenta del Congreso Ana Pastor en el hemiciclo me aclara que lo que quiere es una imagen mía.

Todo esto son hechos bastante excepcionales: responde a lo que recibe y lo hace con un nivel de coherencia que hace pensar que no es un bot. Le paso un selfie reciente con amigos en un festival pero para ella el retrato es insuficiente: Necesita estímulos en movimiento (“me gustaría ver a solo 10 minutos en cámara web”) y, aunque no negaré que algunas de sus preguntas son indiscretas (“¿tienes un hijos?”), lo que de verdad me desconcierta es su expresión, mezcla de formal (me trata de usted) y chabacana: “le muestro mi coño hermosos ahora”.

Hace ya unos días que no sé nada de Rebecca, casualmente desde que no accedí a facilitarle mi correo electrónico. No es que la eche de menos, pero sí que me pregunto qué opinará de que el Rey haya regresado de Marivent para despachar con Rajoy en La Zarzuela.