Este artículo fue publicado originalmente en ¡PACIFISTA!, nuestra plataforma para la generación de paz.
La calle es de todos. Organicé muchísimas marchas en los años noventa contra las Farc, el ELN y los paramilitares. Millones de personas desesperadas con la violencia nos acompañaron en 1996 en movilizaciones contra el secuestro, también en 1997 en el mandato por la Paz y así mismo en 1999 y el 2000 en el NO MÁS. Fueron gritos de rebeldía de la ciudadanía que llegaron hasta los mismos campamentos de las Farc.
Videos by VICE
En octubre de 1999, en pleno proceso de paz de Pastrana, las Farc utilizaron pancartas de ‘No más hambre’ y ‘No más imperialismo’ para adornar la mesa de negociación mientras en la calle millones de ciudadanos marchaban diciendo “No Más Farc”, “No Más ELN” y “¡No Más Paramilitares”.
Por eso, porque sé lo que es el poder de la calle, jamás invitaría a no marchar como hoy lo hacen políticos y periodistas en una actitud que es francamente antidemocrática. Si no quieren marchar que no lo hagan.
Pero la argumentación que utilizan para invitar a no marchar evade la pregunta esencial, que es la razón por la que cientos de miles de colombianos van a salir a la calle el próximo 1 de abril: ¿Está mamado de este desgobierno, de sus mentiras, de su corrupción y de su entrega a las Farc?
Esas son las razones que convocan a los colombianos para este sábado. Y quienes marchan, muchos de ellos, trascienden a Álvaro Uribe y a Alejandro Ordóñez, dos de los convocantes que tienen, además todo, el derecho de invitar a marchar. Muchos de los que marchan no comulgan con todo lo que Uribe representa. O están en franco desacuerdo con Ordoñez. Pero tienen algo en común con ellos: están aburridos de este gobierno que tiene al país en un desastre institucional y en una profunda crisis económica que el siguiente gobierno va a tener que abordar.
Unos marchan porque el gobierno ha cambiado la Constitución (no solo un articulito, sino toda) sin consultarles a los ciudadanos. Otros porque cuando se les consultó a los colombianos el pasado 2 de octubre su apoyo al proceso de paz con las Farc y la mayoría dijo NO, el gobierno se robó esa voluntad popular y desconoció la decisión soberana de millones de colombianos.
Jamás invitaría a no marchar, como hoy lo hacen políticos y periodistas en una actitud que es francamente antidemocrática. Si no quieren marchar que no lo hagan.
Otros marcharán porque no aguantan las ya conocidas y múltiples mentiras descaradas del presidente. Unos marcharán por temor a lo que se viene con las Farc pues ven a Colombia andando en el camino de Venezuela. Otros por los casos de corrupción como Reficar y Odebrecht. Y muchos saldrán a la calle por el temor de un país a la deriva.
¿Es eso malo? ¿O será que los que invitan a no marchar prefieren que nos quedemos callados y dejemos todo así? Una marcha siempre es un riesgo, especialmente cuando sin recursos de ninguna naturaleza la gente es convocada por convicción. Puede mostrar debilidad. Decirle a un ciudadano que salga de la casa su día de descanso y vaya a marchar no es fácil. Es muy, pero muy valiente. Por eso me produce indignación democrática escuchar los argumentos de quienes invitan a no marchar.
Ah: además los opositores de la marcha piensan que los colombianos son bobos, que no leen, que no escuchan radio o no ven televisión. Dicen que la marcha es como el cuento del flautista de Hamelín, colombianos hipnotizados que no tienen poder de discernimiento a la hora de tomar una decisión. Qué argumento tan vanidoso. O mejor: qué argumento tan baladí. Eso es menospreciar el alma del pueblo colombiano. Es un argumento lleno de soberbia, como cuando un parlamentario afecto del gobierno en la marcha de hace un año dijo, y sí que se equivocó, que saldrían “cuatro gatos”.
Quizás la razón de su crítica es que no se atreven a salir a la calle. Pontifican desde la radio o desde los medios, pero no se atreven a dar el paso de dejarse contar. Pero están en juego la democracia, las instituciones y las libertades. Mejor marchar ahora para no tener que hacerlo después cuando sea tarde como hoy les sucede a los venezolanos.
* Exvicepresidente de Colombia y miembro del Centro Democrático ** Este es un espacio de opinión. No compromete la visión de Vice Media Inc.