Cuando mi mototaxi me dejó en el gimnasio Eminent Air Boxing, comencé a sudar de inmediato. No estaba nerviosa por entrevistar campeones de muay thai; me estaba cocinando viva en el agobiante calor de Bangkok. A 32 grados centígrados con 80 por ciento de humedad, era imposible detener la sudoración torrencial.
Los peleadores tailandeses y extranjeros comenzaron a llegar al gimnasio al aire libre para su entrenamiento vespertino. Vestidos con shorts de satén brillante, empezaron a saltar la cuerda y a trotar alrededor del vecindario para calentar.
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Al carajo con las ardientes temperaturas, estos hombres se embarcarían en una sesión de entrenamiento de tres horas—la segunda del día—. Apenas podía evitar que el sudor entrara a mis ojos con tan sólo estar ahí de pie. De hecho un entrenador preocupado me llevó un té helado para ayudarme a enfriarme un poco.
Estaba ahí para averiguar lo que comen los peleadores de muay thai durante el entrenamiento. ¿Con qué se alimentaban esos hombres de cuerpos fuertes su esculpido abdomen? Luego de leer sobre el régimen alimenticio repleto de bacalao de Dwayne “The Rock” Johnson, estaba esperando encontrar una alimentación sana en la comunidad del muay thai. ¿Los peleadores de muay thai eran puristas de la nutrición?
A diferencia de los adictos al ejercicio que conocí en Estados Unidos, estos hombres casi no hablaban de suplementos—y ninguno mencionó el bacalao—. En lugar de eso, me dijeron que la dieta de un peleador luce bastante parecida a lo que los demás tailandeses comen.
Lolo Kiatphontip llegó de Francia hace cuatro meses, pero ha visitado Tailandia para entrenar muay thai y asistir a eventos en siete ocasiones. Esta vez se quedará en el reino durante ocho meses. A las seis de la mañana, Lolo se levanta para correr con el estómago vacío. No es el único en posponer la comida de la mañana. Saltarse el tradicional desayuno parece ser una práctica normal en el mundo del muay thai.
“En la mañana no comemos porque el entrenamiento comienza a las siete. En realidad no tenemos tiempo, preferimos dormir”, me dijo Claudio Amoruso, otro expatriado originario de Italia. “Despertamos y nos vamos directo a entrenar. Sé que está mal, porque se supone que debes comer antes de eso, pero si quieres comer entonces debes levantarte al menos una hora antes y cuando entrenas todos los días, estas cansado”.
Cuando comen el desayuno después de una agotadora mañana entrenando, los peleadores de muay thai prefieren un desayuno que parezca comida o cena. Los alimentos incluyen comida callejera tailandesa con clásicos como khao man gai, gra pao o khao soi.
La dieta del peleador de muay thai tiende a cambiar un poco según la región. Hablé con Frances Watthanaya, que hace poco inauguró un gimnasio en Isaan con su esposo —quien es peleador de muay thai— sobre el desayuno de los campeones.
“En Isaan, un desayuno típico incluiría, arroz (por supuesto), sopa de pescado, ensalada som tam (estilo Isaan), huevos y tal vez algunos vegetales hervidos”, dijo sobre las dietas en el noreste. “Las personas en Isaan son muy pobres, así que pescan ellos mismos, o si el gimnasio tiene un poco de dinero, compramos de los productores locales. El puerco es como un lujo”.
Debido a que son baratos y llenos de proteínas, los huevos también son pieza clave a la cuál recurren a lo largo del día aquellos que entrenan por todo Tailandia.
“Generalmente, los huevos son preparados en torta, pero solos”, me dijo Frances. “De esta manera los peleadores pueden repartirlos mejor2.
Así como los tailandeses comen según su región, los peleadores extranjeros pueden mantener sus preferencias para el desayuno si su dieta gira en torno a la comida tailandesa callejera.
Cuando la peleadora británica y leyenda del gimnasio Eminent Air Boxing, Melissa Ray, estaba entrenando, la comida que prefería era una mezcla de avena, granola, yogurt y leche de soya. El peleador sudafricano, Wasim Mather, bebía un licuado de frutas tropicales que preparaba en su departamento antes de salir en busca de pollo y arroz.
Los extranjeros y lugareños comen mucho arroz. Y parece que el arroz es para los campeones de muay thai lo que el bacalao es para “The Rock”.
“Siempre se come arroz”, dijo Frances. “En Isaan, depende de la ubicación del gimnasio, se come arroz glutinoso o regular. Durante el corte de peso, los peleadores comen sopa de arroz”.
Los peleadores prefieren los carbohidratos simples porque son más fáciles de digerir. El italiano, Claudio, lo prefiere en lugar de la pasta de su país por esa razón.
“Comer arroz es bueno para el entrenamiento, porque te da un entrenamiento fuerte y no te hace sentir pesado”, me dijo. “Si comes pasta, necesitas hacerlo dos o tres horas antes de entrenar. No hay manera de que puedas comerla una hora antes del entrenamiento”.
Esas horas son preciadas. Como mencionó Claudio, los peleadores de muay thai atesoran cualquier momento de descanso para mantenerse al ritmo de sus alocados horarios de entrenamiento.
“Este horario no permite muchas cosas además del entrenamiento, ya que el manopleo, trabajo de clinch y correr es bastante exigente y por lo general la mayoría de los atletas duermen en el día”, dijo Phil Savage, un peleador del Reino Unido que vive en Chiang Mai.
El peleador tailandés, “Black Tiger” Khongsittha, comienza su día a las 5:30 de la mañana corriendo, luego visita su gimnasio, Khongsittha Muay Thai en Bangkok, para varias horas agotadoras de entrenamiento en los costales, rodillas, lagartijas y más. Esa rutina infernal se repite cada día.
Por esa razón los peleadores que entrenan tratan de dormir cualquier minuto que puedan. Esto también explica cómo pueden mantenerse tan marcados a pesar de sus dietas de fideos y arroz.
Por supuesto, todo cambia cuando un peleador tiene que cortar peso. Ahí entra el modo inanición.
Cuando tienes que perder entre tres y cinco kilos antes de una pelea, la comida callejera —más bien, la mayoría de la comida— está prohibida. El originario de Suiza, Markus Meier pasó casi cuatro años en Tailandia. Recordó el proceso del corte de peso en el reino de Tailandia como, “lo peor”.
“No comía para nada. Tal vez una manzana y algo de sopa durante tres días”, dijo sobre las drásticas medidas que se toman para cortar peso. “Además de correr en un traje dos veces al día durante el tiempo que fuera necesario para bajar hasta el peso programado. Así es en Tailandia. Presionan tu peso lo más que pueden. Algunos tipos se desmayan”.
Recordó haber visto peleadores tomando laxantes y sentándose en saunas usando trajes para sudar. En realidad sí suena como lo peor.
Al llegar al estadio Lumpinee de Bangkok la noche del sábado, me dio la bienvenida una música que sonaba como algo que tocaría un encantador de serpientes. Hombres en las gradas gritaban sus apuestas, reían, se molestaban unos a otros y movían las manos en el aire como si estuvieran pidiendo un taxi.
En el ring, dos peleadores calentaban con su baile wai khru para mostrar respeto. Los peleadores estaban enfocados, usando diademas mongkhon mientras bailaban con la música tailandesa.
La pelea comenzó y la energía del público aumentó. Cuando las patadas se volvieron más fuertes, el público se volvió más ruidoso, las campanas y trompetas retumbaban con la intensa música de los tambores. Fluía sangre y volaban rodillas. Con cada round que pasaba, el salón se volvía más eléctrico. Los hombres gritaban, el réferi gritaba y de pronto yo gritaba también.
En esa fiebre, sentí que al fin comprendí cómo era que los hombres del gimnasio Eminent Air podían empezar a correr bajo el calor abrasador de las tardes en Bangkok.
Todas esas horas de entrenamiento y toda la inanición los llevaron a este momento. Esto valía la pena.