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¿Quién asesinó al presidente de Haití?

¿Quién asesinó al presidente de Haití, Jovenel Moïse?

Menos de 24 horas después del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse, la policía dijo que ya había localizado a sus asesinos.

El miércoles por la tarde, en el vecindario del presidente dos sospechosos fueron arrestados y cuatro más murieron en un tiroteo que duró varias horas. La policía dijo que todos los sospechosos eran extranjeros, sin dar más detalles. Mediante WhatsApp, se difundieron en Haití fotos y videos de dos hombres, ahora vestidos de civil, esposados. También se difundieron fotos horribles del cadáver de Moïse, cubierto de sangre debido a 12 agujeros de bala en su pecho y sin uno de sus ojos.

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Los haitianos aún están procesando el impacto del asesinato de su presidente; además, no está claro quién contrató a los mercenarios y por qué, o si los arrestados son realmente los responsables. Pero la gente ya ha comenzado a señalar posibles culpables. Entre los enemigos de Moïse había políticos de la oposición, líderes de pandillas y magnates industriales, entre otras figuras prominentes que estaban molestas y poseían riqueza e influencias en abundancia.

Moïse, de 53 años, fue asesinado en su casa en las primeras horas del 7 de julio. Los presuntos mercenarios extranjeros condujeron por las calles de Puerto Príncipe en una caravana de cinco automóviles, anunciaron falsamente a través de megáfonos que eran agentes estadounidenses de la DEA y tomaron el control del barrio del presidente en las colinas sobre la capital de Haití.

Pasada la medianoche, la caravana que transportaba a los asesinos fue detenida en un puesto de control policial a la entrada de la calle donde vivía el presidente, ahí los atacantes se identificaron como agentes de la DEA y les fue concedido el paso. Según Haití Info Project, un colectivo de periodistas ciudadanos que aportan noticias sobre Haití, los oficiales de guardia recibieron órdenes directas del jefe de policía, Leon Charles, de dejar que los autos ingresaran a la calle. Además, a pesar de que la calle normalmente está patrullada por un escuadrón de policías, aparte del destacamento de seguridad privada del presidente, ningún uniformado resultó herido en los ataques.

En videos del vecindario, se escucha a varios de los asesinos hablar en español entre ellos. El periodista haitiano Alexander Galves dijo en una estación de radio local que se sospechaba que los mercenarios eran colombianos y venezolanos, además de haitianos. Como su fuente citó al primer ministro haitiano saliente y al presidente interino, Claude Joseph.

Los asesinos dispararon con ametralladoras a las ventanas de los automóviles, obligaron a los transeúntes a tirarse al suelo y ataron a la empleada doméstica dentro de la residencia oficial de Moïse mientras realizaban toda la operación.

Después de asesinar a Moïse y herir gravemente a su esposa, Martine Moïse, saquearon el dormitorio y la oficina que tenían en casa. La hija adolescente del presidente se escondió de los asesinos y sobrevivió sin heridas. El ataque fue descrito por los funcionarios haitianos como “profesional” y “bien planeado”, ejecutado por mercenarios extranjeros altamente entrenados. Sin embargo, los asesinos dejaron tirados en el polvo sus pasamontañas negros.

Un hombre mira los agujeros de bala en un automóvil fuera de la residencia del presidente. Foto: VALERIE BAERISWYL / AFP vía Getty Images
Un hombre mira los agujeros de bala en un automóvil fuera de la residencia del presidente. Foto: VALERIE BAERISWYL / AFP vía Getty Images

“Suena impactante: mercenarios extranjeros en Haití. Pero ver un ataque de mercenarios es algo típico en Haití”, le dijo a VICE World News Jake Johnston, investigador del Centro de Investigación Económica y Política. “Las empresas privadas, los criminales, los miembros del gobierno, todos tienen la capacidad de contratar mercenarios extranjeros y, por lo regular, tienen equipos de seguridad privados”.

El momento en que ocurrió el ataque podría arrojar algo de luz acerca de los posibles involucrados. La constitución haitiana es un documento en evolución, lleno de enmiendas no ratificadas; pero tal como está en este momento, el presidente de la Corte Suprema de Haití es el primero en la línea para convertirse en presidente tras el asesinato de Moïse. No obstante, ese hombre, René Sylvestre, murió a causa de las complicaciones del COVID-19 el 23 de junio. Por otra parte, el primer ministro saliente, Joseph, acababa de presentar su dimisión, y un nuevo primer ministro, Ariel Henry, iba a asumir el cargo el 7 de julio, pocas horas después de que ocurriera el ataque.

Los miembros de la oposición política a Moïse objetaron ferozmente la nueva elección de primer ministro, debido a que Henry ha sido acusado de tener vínculos con organizaciones criminales. “Definitivamente es un momento interesante para hacer esto”, dijo Johnston, y explicó que incluso las personas en el círculo cercano de Moïse podrían ser consideradas sospechosas. “No es solo una cuestión de Moïse contra la oposición política, sino que hay otras personas que en apariencia podrían ser aliados y luego, en un segundo, convertirse en enemigos”.

Varias horas después del asesinato, Jean Rebel-Dorcénant, comúnmente identificado como el enlace de Moïse con las pandillas más poderosas, fue arrestado cuando intentaba cruzar la frontera hacia República Dominicana junto con otras dos personas.

Como posible respuesta al asesinato, fue incendiada la casa del senador Moise Jean-Charles, un crítico de Moïse. Por otra parte, Reginald Boulos, un magnate de los negocios que ha considerado postularse para la presidencia, le dijo a los medios locales que consideraba a Moïse un amigo. Esto después de que enfrentara rumores acerca de que él y otros miembros de la oposición política estuvieron involucrados en el asesinato. “No creo que debamos mezclar las relaciones personales con las relaciones políticas”, dijo.

La policía haitiana de guardia frente a la residencia del difunto presidente. Foto: VALERIE BAERISWYL / AFP vía Getty Images
La policía haitiana de guardia frente a la residencia del difunto presidente. Foto: VALERIE BAERISWYL / AFP vía Getty Images

En febrero, Moïse ordenó el arresto de dos docenas de miembros de la oposición política, incluido un juez de la Corte Suprema y un exjefe de policía, con el alegato de que habían conspirado para asesinarlo. Los arrestados recibieron malos tratos en prisión, incluida la retención de insulina para un preso diabético. En marzo, Boulos acusó a Moïse de contratar a la pandilla G9 an Fanmi para incendiar su concesionario de automóviles.

La pandilla G9 es una alianza de varias pandillas poderosas que se unieron en 2020 bajo el liderazgo de Jimmy “Barbeque” Cherizier, un capo que se refiere a sí mismo como “líder comunitario” y es responsable de la quema y el saqueo de numerosos vecindarios en los últimos años, así como también de los asesinatos de varios policías, entre otros delitos más.

Moïse enfrentó acusaciones verosímiles de pagarle al grupo G9 para realizar redadas en barrios con fuerte influencia de la oposición. En junio, Cherizier declaró a su grupo una “fuerza revolucionaria” antigubernamental. “La gente sigue diciendo que el video fue un teatro, pero tal vez no lo fue. Quizás la división entre la G9 y Moïse fue real”, le dijo a VICE World News un experto en Haití que optó por permanecer en el anonimato, para evitar la posibilidad de llamar la atención sobre los sospechosos equivocados.

Antes del asesinato de Moïse, Mark Schuller, un académico haitiano y profesor de la Universidad Estatal de Haití en Puerto Príncipe, le dijo a VICE World News que en las últimas semanas Cherizier ya parecía estar beneficiándose del derrumbe de la soberanía del gobierno, pues las pandillas estaban tomando el control de la capital. “Definitivamente, por encima de cualquier cosa, quiere dinero. Quizás no por ser él mismo el presidente, sino por ser un creador de reyes”.

La compañía eléctrica haitiana es un adversario potencial de Moïse, con un posible motivo y los medios necesarios para contratar a un grupo de mercenarios. En febrero, justo después de arrestar a un grupo de líderes de la oposición, Moïse acusó a los adinerados dirigentes de la compañía eléctrica de propiedad mayoritariamente gubernamental de conspirar contra él para convertir Haití en una oligarquía. Emitió un comunicado en el que decía “Los oligarcas corruptos que están acostumbrados a controlar al presidente, los ministros, el parlamento y el sistema judicial piensan que pueden tomar la presidencia” y decía también que su administración estaba enfrentando a “un enemigo que es poderoso y tiene muchos medios”.

Un proyectil de bala en el suelo fuera de la residencia de Jovenel Moïse. Foto: VALERIE BAERISWYL / AFP vía Getty Images
Un proyectil de bala en el suelo fuera de la residencia de Jovenel Moïse. Foto: VALERIE BAERISWYL / AFP vía Getty Images

En la televisión, varias horas después del asesinato, el primer ministro, Joseph, se dirigió a la nación y declaró “Estado de sitio”. Joseph se posicionó así mismo como el nuevo presidente interino y líder del país durante las circunstancias causadas por el asesinato, un acto que ha provocado un gran escrutinio. El estado de sitio reemplaza la presencia policial por la presencia militar y permite la restricción de ciertos derechos, lo que implica, entre otras cosas, otorgarle al gobierno el derecho a vigilar al público libremente y un control más estricto sobre los medios de comunicación.

Joseph había sido designado para el cargo de primer ministro apenas en abril y tiene vínculos estrechos con GNB, un grupo que en 2004 participó en el derrocamiento de otro presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide. Henry, quien se suponía sustituiría a Joseph y asumiría el cargo la mañana del día del asesinato, afirma que él, y no Joseph, es el legítimo primer ministro. “Es una situación en la que todo está en disputa, incluso lo que dice la constitución que debería suceder”, dijo Johnston, investigador especialista en Haití.

El exembajador de Haití en República Dominicana, Edwin Paraison, le dijo a un canal de televisión dominicano que Moïse tenía tantos enemigos en parte porque “ignoró la voluntad del pueblo”, haciendo referencia a cuando, en febrero, decenas de miles de haitianos salieron a las calles para protestar contra el gobierno de Moïse y exigir un cambio de mando. Paraison agregó también que debido a que Moïse tenía tantos enemigos “los expertos en seguridad le dijeron que se mudara, pero ese fue otro consejo que no escuchó”.