Desde que en un artículo sobre la copa menstrual mencioné que mi novio hace dibujos con mi sangre menstrual me han preguntado que si también hacemos sacrificios humanos en el nombre del arte o que si hace esculturas con mi mierda. La respuesta a estas preguntas es ‘no’, pero lo que viene ahora es mucho mejor.
Durante una de mis últimas reglas, me quité la copa menstrual, vertí la sangre en una copa de vino para guardarla y mi novio me preguntó “qué puede pasar si me bebo tu sangre”.
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En Los evangelios apócrifos, Jesús dedicó unas palabras al hecho de beber sangre menstrual diciendo que “ningún pecado puede superar a éste. Y los que lo cometan serán conducidos a las tinieblas exteriores”.
Según Epifanio de Salamina, los fibionitas —un grupo de gnósticos libertinos de finales del siglo IV— celebraban festines con grandes cantidades de comida y vino y después de comer se ponían a follar entre ellos. Al terminar recogían el semen y la sangre menstrual —en caso que la mujer tuviera la regla— y los consumían pronunciando las palabras “Este es el Cuerpo de Cristo. Esta es la Sangre de Cristo” (siendo el cuerpo el semen, y la sangre la menstruación).
Del emperador Cómodo, hijo de Marco Aurelio que reinó en el Imperio romano entre los años 177 y 192, se dice que ofrecía también grandes banquetes escatológicos en los que mezclaba la comida servida con excrementos y sangre menstrual. Los invitados tenían que comer estos manjares sin rechistar para no sufrir las consecuencias de su ira.
En El Libro de la Ley —escrito por Aleister Crowley en 1904— encontramos la receta para elaborar “pan de luz” que no es otra cosa que una interpretación crowleyana de la hostia cristiana. Aunque éstas pueden elaborarse con distintas sangres, “la mejor sangre es la de la luna, la menstrual”.
Y por fin en 2016, Marc O’Callaghan estaba dispuesto a beber la sangre menstrual de Alejandra Núñez. Y así lo hizo. ¿Pero con qué motivo?
“Una inquietud recurrente en mis pensamientos es el tema de la utilización de la sangre, a veces con fines rituales de realización espiritual y a veces con fines más artísticos”, me comenta a la hora de escribir este artículo. “La idea de beberme tu sangre me parecía como la incorporación de una versión reducida de tu ser en el mío. Y eso me parecía guay porque te quiero. Creo que pensé algo así como ‘incluso aunque algún día dejáramos de estar juntos, mediante este acto llevaré por siempre jamás un trocito de Alejandra en mi interior’. De alguna manera eso es lo más justo cósmicamente”.
Tras recopilar estos relatos sobre ingesta de sangre menstrual a lo largo de la historia surge la duda: ¿Qué sabemos de la sangre menstrual propiamente? ¿Qué propiedades tiene? ¿Es sano beberla?
“En principio es la única sangre que fluye de nuestro cuerpo sin heridas ni dolor” dice Zulma Moreyra, creadora de la Terapia Menstrual Madretierra y autora de el libro Mi sangre cura.
Zulma explica que la diferencia entre la sangre normal y la sangre menstrual es que “ésta contiene células estromales o células madres las cuales son muy prolíferas y tienen la propiedad de transformarse en cualquier tipo de células sanas, por lo cual regeneran cualquier tejido. Esta sólo se encuentra en el cordón umbilical y en la médula ósea. Además de esta característica tiene hierro, colágeno, elastina, vitaminas, hormonas, es rica en minerales. No olvidéis que la sangre menstrual será el primer alimento del feto hasta que se genere el cordón umbilical.”
Aunque al ingerir la sangre de otra persona sí se pueden contraer enfermedades de transmisión sexual como el VIH o la hepatitis B y C, “si el consumo es personal y no se comparte, entonces no te enfermas de nada que no tengas” comenta Zulma. “Muchas mujeres riegan sus huertas con ella, de hecho es una práctica muy antigua, y no he tenido noticias nunca de personas que han enfermado por esto”.
“Pero el consumo directo de la sangre es otra cosa” explica Zulma. La sangre menstrual sale por la vagina y esta es una zona propensa a hongos y bacterias por estar cercana al conducto urinario y al tracto intestinal, además de ser un espacio de contacto sexual. Lo ideal es realizar una limpieza interna de órganos con hierbas y al momento de la recolección de sangre estar tanto en abstinencia sexual como de ciertos alimentos.”
Le pregunto a Zulma cuál es su opinión personal sobre las implicaciones positivas y negativas de beber sangre menstrual. “Personalmente, supongo que siempre que beber la sangre menstrual se haga a conciencia y con el debido proceso de recolección higiénico, no debería traer nada negativo. Pero como positivo mucho: eleva defensas, equilibra hormonalmente, tengo información de mujeres que han logrado sanar afecciones físicas, empodera energéticamente, te devuelve a ti misma, lo que permite más seguridad de acción y más confianza en las propias capacidades.”
Si se hacen cremas para la cara con baba de caracol o existen defensores de la orinoterapia, ¿por qué no investigar más y darle uso a una sustancia que produce la mitad de la población —si todo va bien— una vez al mes?
* Zulma Moreyra no recomienda que otras personas beban tu sangre menstrual, a no ser que sean los descendientes y ascendientes directos porque tienen tu ADN.