Como indica el nombre, RealDoll fabrica muñecas sexuales increíblemente realistas. Quizá hayas visto el documental de la BBC sobre los cuatro hombres que tratan a sus RealDolls como si fueran sus novias, o Lars and the Real Girl, la película de Ryan Gosling donde la coprotagonista es una RealDoll llamada Bianca. O quizá solo las hayas visto en internet, ya que es un espacio tan vasto. Es posible que también hayas visto, en internet, que el fundador de RealDoll, Matt McMullen, está tratando de integrar robots e inteligencia artificial a las muñecas.
A pesar de que la mayoría de los asistentes personales con inteligencia artificial con los que convivimos hoy en día —Siri, Cortana de Microsoft, Echo de Amazon— contratan escritores para garantizar que sus respuestas sean encantadoras y siempre profesionales, Matt está tratando de explotar los desarrollos en el reconocimiento del lenguaje para crear una inteligencia artificial cuyo objetivo principal sea excitarte mental y físicamente. Una muñeca que pueda pensar por sí misma, aprender más sobre ti conforme avance la relación y satisfacer tus necesidades sexuales.
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David Levy, un experto en ajedrez e inteligencia artificial, dijo en su libro Love & Sex with Robots: The Evolution of Human-Robot Relationships que, para el año 2050, “los robots van a tener la capacidad de enamorarse de los humanos y volverse románticamente atractivos y sexualmente deseables”. ¿Acaso los esfuerzos de Matt son el primer paso para reemplazar nuestras relaciones con personas reales por relaciones con muñecas?
Platiqué con él para hacerle precisamente esa pregunta y saber cómo va el proyecto.
VICE: ¿Cómo describirías lo que haces con la inteligencia artificial en Real Dolls?
Matt McMullen: Conocí a unas personas que se dedicaban a la robótica y les pregunté: “¿Cómo puedo conectar inteligencia artificial a mis muñecas robóticas?”. Eso es lo que estamos haciendo: integrando inteligencia artificial a las Real Dolls. Estamos invirtiendo tiempo y esfuerzo para perfeccionar la inteligencia artificial para que la interacción con las muñecas sea entretenida y creíble. No estamos tratando de engañar al público para que crea que es una persona real. Estamos tratando de crear una experiencia agradable.
¿Entonces esto de los robots sexuales fue tu idea?
Pues, cuando empecé con las muñecas en 1997 no eran las mismas muñecas que ves hoy en día. Eran piezas de arte, maniquíes de lujo, si quieres. Y el público quería comprar estas muñecas como acompañantes y juguetes sexuales, así que solo seguí la corriente. Entonces sí, es más o menos lo mismo con la inteligencia artificial.
¿En qué avances en otras inteligencias artificiales te inspiraste?
Estamos tratando de mejorar los asistentes personales básicos de la arquitectura de inteligencia artificial que vemos en todos lados para crear algo similar a Los Sims, donde la inteligencia artificial tiene un sistema de necesidades y la experiencia es similar a un juego. Entonces, la inteligencia artificial tiene deseo —o al menos la ilusión de deseo— y metas, y si cumples esas metas recibes una recompensa, ya sea verbal, visual o en movimientos sexuales.
La gente solo está diseñando inteligencias artificiales para que sean sistemas de apoyo. Nadie está tratando de hacer que sean entretenidos o amantes, como nosotros. Nuestra pregunta es: ¿Qué podemos hacer, en términos de programación, para imitar lo que pasa entre dos personas cuando tienen una relación? Es más que entretenimiento sexual. La gente subestima el proyecto y dice que “estamos haciendo un robot sexual”. Yo diría que estamos haciendo un robot que puede tener sexo. Aunque la forma en que te puedes conectar con un robot que tiene inteligencia artificial integrada es muy diferente y más íntima.
¿Entonces qué le agregas a tu inteligencia artificial para que imite las relaciones humanas?
Lo aleatorio. Es lindo que pasen cosas al azar en una conversación. A veces funciona y a veces es un completo fracaso porque dice algo que no tiene sentido o no encaja. Pero otras veces es la respuesta perfecta en el momento perfecto. Esos momentos son sorprendentes.
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¿Tu objetivo es hacer que un humano se enamore de una máquina?
No sé si enamorarse pero me gustaría que la gente pudiera crear un lazo. Que sea un amigo, un compañero, lo que sea, pero que sea un lazo que no está presente en ninguna otra relación entre una máquina y un humano.
¿Crees que llegue el punto en el que consideremos a las máquinas como amigas?
Así es.
¿Eso es ético? ¿Crees que haga que los humanos sean menos sociales?
Presiento que no todas las personas van a crear lazos con los robots o con las inteligencias artificiales. Creo que solo a ciertas personas les resulta atractivo. Ya sea o no por decisión propia, están en un punto en el que prefieren la compañía de un robot o de una inteligencia artificial a la de un ser humano. No sé si llegue un momento en el que todos se desconecten entre sí y prefieran irse con los robots.
¿Entonces crees que es un mercado nicho?
Creo que el componente sexual es un mercado más grande. Hay mucha gente que está hablando del proyecto y me pregunta por él, por eso digo que el mercado es grande. Imagino que mucha gente prefiere limitar su interacción con la tecnología a ese nivel. Creo que no todos van a poder establecer una conexión emocional verdadera. Aunque, en ambos casos, solo ciertas personas estarían dispuestas a probar.
¿Cómo describirías a esa persona?
Algunos están muy solos y, por una u otra razón, no tienen el deseo o la habilidad de crear lazos reales con otra persona. Algunos son víctimas de las circunstancias: tal vez pasó algo o alguien les rompió el corazón, o tal vez perdieron a su pareja por una enfermedad o algo así. No necesariamente quieren empezar una nueva relación. Al menos les da la sensación de que “tienen a alguien en casa”.
Pero si tuviera que describirlas en una palabra, diría que las personas que compran las muñecas son muy agradables. Son centradas y dulces. No tienen nada de raro y vienen de todos los estratos sociales. Muchos creen que tener estas muñecas es muy extraño pero en realidad hay cosas mucho más extrañas en el mundo que no desacreditamos tanto. Esto es algo que los hace feliz en la privacidad de su casa. ¿Por qué habríamos de criticarlos?
¿Te gustaría un mundo donde los humanos caminen por la calle mientras platican con sus muñecas inteligentes?
Claro que sí.
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¿Qué opinas de los temores de las feministas? Muchas de tus muñecas tienen ojos, senos y cinturas de medidas poco realistas. ¿Crees que tus creaciones contribuyen a la imagen poco realista que tiene la sociedad del cuerpo femenino?
No pienso mucho en eso. Siempre he dicho que la imitación es la forma más sincera de halagar y lo único que hago es imitar la forma femenina en todas sus formas y tamaños. Obviamente hay limitaciones en el tamaño de los cuerpos porque llega un momento en el que son tan pesados que no se pueden mover. No creo que cause un daño mayor en ese sentido que, digamos, las Barbies. Mientras haya alguien que las compre, estoy dispuesto a hacer muñecas con las dimensiones que sean.
Ok, cuéntame sobre tu proyecto de realidad virtual.
Hay tres formas de interactuar con la inteligencia artificial que creamos: la primera es desde una tablet con el avatar que creamos, la segunda es conectar la inteligencia artificial con el robot y la tercera es en un entorno de realidad virtual. Estamos diseñando una plataforma aparte que funciona en una computadora semipoderosa y un headset —como el Oculus Rift— con el que puedes sumergirte en entornos fantásticos. Puedes estar en la superficie de la luna o caminar en los anillos de Saturno con el avatar de tu inteligencia artificial. Cada inteligencia artificial va a ser diferente porque, conforme vas interactuando con ella, con el tiempo crece y aprende cosas específicas sobre ti. Es muy emocionante tratar de aprender e inventar formas nuevas para que la gente interactúe con ellas. Lo primero que tengo que hacer es sacar la app, que es la inteligencia artificial.
¿La app también va a tener funciones sexuales?
Sí, también va a incluir funciones para adultos. Va a haber un poco de desnudez, vas a poder escoger y cambiar la ropa del avatar, igual que el tamaño de su cuerpo. Prácticamente la vas a poder transformar a tu gusto.
¿Has pensado en que tus inventos podrían afectar la industria de la prostitución?
Esa no es mi motivación pero creo que si mis muñecas evolucionan hasta ser tan buenas que la gente ya no quiera tener nada que ver con la trata de personas, entonces es algo positivo. Alguien podría comprar un grupo de robots que funcionen como prostitutas en vez de explotar personas.
¿Entonces es posible prostituir robots?
Sí. Ese no es mi objetivo pero ya hiciste la pregunta.
Gracias, Matt.