Bienvenidos a la República Independiente de Catalunya

¿Qué tal? ¿Cómo lo llevas? Otro día más con lo de Cataluña en la boca, ¿verdad? Porque los políticos, muchos medios de comunicación y parte —cada vez más grande— de la sociedad están polarizados, divididos, fracturados. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Es difícil saberlo, pero todavía es más complejo saber cómo sería una supuesta República Catalana.

Para un bando sería el apocalipsis, la Albania de Europa occidental, y para otro se presenta un escenario esperanzador para crear una democracia igualitaria y justa para todos, pero ¿qué hay de cierto en lo poco que se dice del proyecto independentista?

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Nadie dice ni mu, aunque tiene “sentido”. En estos momentos el Parlament de Catalunya está gobernado por una amalgama política bastante contradictoria en materia ideológica, por lo que no es descabellado pensar que, si se consigue la independencia, las elecciones siguientes determinarían gran parte del futuro de ese hipotético país. Ahora no interesa sacar programas políticos dentro de un escenario regido por la incertidumbre, y si no fíjate como la derecha catalana PDeCat se ampara en silencio bajo el independentismo para seguir en la primera fila política. Por poner un ejemplo.

Pero hagamos un ejercicio de abstracción, aunque sea a tientas, para conseguir esclarecer parte del posible nuevo tablero en el que nos tocaría jugar tras una hipotética DUI. Pongamos que hoy martes Puigdemont declara la DUI y en pocos días o semanas Catalunya pasa a ser un Estado. Como yo no tengo el conocimiento para hacer ese ejercicio sin que mi imaginación no interfiera con algún tipo de elemento fantástico, contacto con distintos expertos en materia política, social, económica y europeísta para intentar dar algunas respuestas. Bienvenidos a la República Independiente de Catalunya.

El patio del Parlamento Europeo de Estrasburgo. Imagen vía Pixabay

Catalunya y la Unión Europea

Comencemos por uno de los temas estrella. Hablo con Nacho Martín, periodista y politólogo en El País y RTVE, entre otros, y las palabras no dejan de fluir. Antes de entrar en detalle, me subraya que él está convencido de que la independencia no ocurrirá, al menos a corto-medio plazo.

“Imaginando ese escenario, me da la sensación que con la DUI, la fragmentación de un Estado miembro de la UE, supondría un golpe durísimo para la propia UE. Sería desobedecer sus tratados y, seguramente, habría reproches. Creo que no lo perdonaría así como así, es una impresión que tengo. Quizás se asumiría el coste de la autoexclusión de Catalunya y se nos haría pagar un duro peaje por nuestra deslealtad”.

Por otra parte, Aleix Sarri, asesor del Parlamento Europeo, tiene una visión algo más optimista: “Antes de cada independencia, todo son amenazas por parte de Europa. La realidad es que la política se adapta a la realidad. Nadie quiere más violencia. La Comisión Europea cometió un error el 1-O, porque como europeístas estamos decepcionadas al no tomar parte en esa ‘fuerza proporcionada’ de la policía. Entiendo que no hay nada más europeo que decidir las fronteras votando, es lo que nos define. Tenemos los precedentes lamentables del siglo XX con guerras, y hemos aprendido, por lo que debemos hacer una reflexión tanto los del ‘Sí’ como los del ‘No’. La negación unilateral para que el pueblo no vote no encaja con el legado que nos ha dado el proyecto europeo”.

Por ejemplo, para entrar en la UE, Sarri cree que Catalunya cumple todos los requisitos para ser un estado miembro. “La cuestión es la interpretación del Tribunal de Luxemburgo —el organismo europeo competente— sobre la entrada de Catalunya en la UE. Que yo sepa sería una democracia que respeta los derechos fundamentales, tendría una justicia independiente, las fronteras abiertas, actividad comercial con otros países, etc. Si leyéramos los Criterios de Copenhague, los cumpliría todos, al menos al mismo nivel de España”. Parece que la única duda es si el Tribunal de Luxemburgo cree que esa especie de traición va en contra de apoyar los objetivos de la Unión, como se recoge en los Criterios.

La Constitución catalana

Una de las grandes ideas de los que defienden del proceso secesionista catalán es que, en una futura república catalana, los ciudadanos tendríamos más derechos y más cosas a decir que con la actual Constitución del 78. Iván Medina, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Valencia, es bastante crítico con esto: “Es uno de los grandes mitos. Toda constitución está hecha para permanecer en el tiempo. Las constituciones tienden a conformar mecanismos de bloqueo para que sean complicadas reformarlas, porque si no habría una inestabilidad política permanente. Por mucho que se diga y se plantee, no veo una constitución catalana en la que cada pocos años se pueda modificar, no tiene sentido”.

“Otra cosa es que, para reformarla, se necesite mayoría absoluta en vez de 3/5 de la cámara como en el caso de la actual Constitución española. Si tú construyes un nuevo estado, no creo que se vaya a ser tan benévolo con los no independentistas que quieran la anexión a España”, comenta Iván.

Un transeúnte posa con dos Mossos el 24 de septiembre. REUTERS/Susana Vera

Seguridad

“No hay estado sin ejército”, me explica Medina. “Para estar dentro de la UE debes tenerlo, aunque sea pequeñito. La construcción del estado es el control de la soberanía, del territorio y la población. Si no tienes ese ejército que te controle las fronteras y el territorio, das a entender que no eres responsable de las decisiones dentro de tus fronteras. Si no tienes tropas en tus aguas en el mediterráneo, le estás diciendo a los países colindantes que pueden estar ahí. Deja de ser soberano. Queda muy bonito no tener ejército, pero afirmarlo es complicado. No es sensato. Hasta Luxemburgo tiene. Otra cosa es si participa de forma activa en operaciones, pero si quieres pintar algo, tiene que existir”.

“Tener seguridad propia significa que habría que hacer la mili para comenzar a tener militares y se tendría que comprar equipo” – Iván Medina

¿Pero qué comporta tener una seguridad propia? “Significa que habría que hacer la mili para comenzar a tener militares y se tendría que comprar equipo. Ya veremos si es posible o le decimos a Francia que despliegue las tropas por territorio catalán, a ver si nos hace gracia”.

¿Otra recesión económica?

En la última década todos hemos aprendido más de economía. La crisis social y económica de los últimos años ha hecho que nos familiaricemos con términos como el Euríbor o la Prima de Riesgo. Todos los expertos coinciden que, al menos, en los primeros cinco años habría un periodo un tanto peliagudo hasta que Catalunya, por sí sola, comience a arrancar en términos económicos.

“Como país independiente puedes vender deuda a bancos, países o fondos privados que te dejen el dinero. Después se recaudarían impuestos y se pagaría”– Ferran Casas

El principal ingrediente para despegar es pedir crédito externo. Ferran Casas, periodista económico y autor del libro “¿Y todo esto cómo se paga? 100 claves para entender la hacienda catalana”, lo tiene claro. “Como país independiente, puedes vender deuda a bancos, países o fondos privados que te dejen el dinero. Después se recaudarían impuestos y se pagaría”, apunta Casas.

“Un país como Catalunya con presencia de 7.000 multinacionales, que exporta como Dinamarca y tiene el PIB de Finlandia, me da que va a contar con la confianza necesaria para que inviertan”, me afirma Aleix Sarri. “Quizás cuesta al principio, pero se conseguiría emitir deuda y pagar las facturas. No tengo una bola de cristal, pero viendo estos elementos se puede ser optimista”.

Si se plantea pedir pasta al BCE, comporta bastantes riesgos, como ya hemos experimentado. “¿Podría pedir Catalunya la financiación al BCE? Claro. ¿Somos conscientes de lo que comporta? También. Las cuentas públicas vendrían controladas por el BCE. La reforma del artículo 135 de la Constitución en 2014 dictamina que primero se prioriza pagar la deuda pública antes que las políticas sociales. Estas cosas podrían plantearse a Catalunya desde el BCE. No solo son condicionantes en materia fiscal o financiera, sino también términos políticos y sociales. Te dicen que debes recortar en educación o sanidad, por ejemplo, para pagar la deuda. Son memorándums con condiciones sociales. Ya lo hemos vivido, por desgracia”, dice Sarri.


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Porque parece intuirse que todo dependerá de los términos y acuerdos de esa supuesta ruptura. Una vez más, el diálogo es el protagonista. “Si se busca la vía civilizada, Catalunya es el sitio que tiene mayor presencia de empresas multinacionales de España, que muchas son de la UE. Estos señores, como los alemanes, lucharán por los intereses de sus empresas. Si se vuelven locos y quieren conventirla en la Albania de la UE, tendrán problemas por ambos lados. No le sale gratis a Catalunya ni a la UE. Por ejemplo, las infraestructuras. El 70 por ciento de las importaciones entre España y Europa pasan por Catalunya. No hay infraestructuras en Aragón como las catalanas, y crearlas supondría un gasto público enorme. Me imagino que, para pasar tomates de Almería a Francia, se pactaría pagar aranceles en Catalunya. Además, ahora se está hablando de reforzar el corredor mediterráneo en tren“, afirma Ferran.

“El 70 por ciento de las importaciones entre España y Europa pasa por Catalunya. No hay infraestructuras en Aragón como las catalanas, y crearlas supondría un gasto público enorme” – Casas

“Y no debemos olvidar que el 70 por ciento de la deuda de Catalunya es a España”, me espeta Ferran como otro argumento de peso para sentarse a hablar. Aunque “si Catalunya dejara a España con su deuda sin más, estaría diciendo a futuros inversores que el nuevo país no paga sus deudas”, como me alerta Nacho Martín. Desde luego esa situación espantaría a más de uno.

La torre del Banco Sabadell en Barcelona. Imagen vía Wikimedia Commons

Tus ahorros

Estos días los bancos han comenzado a cambiar sus sedes sociales a distintos puntos de España para salvaguardarse ante la posible secesión. ¿La debacle? El asesor de Europa Aleix Sarri dice que “la decisión de los bancos es política para seguir en zona europea y recibir crédito del BCE. Ya pasó con el Brexit y su economía no ha entrado en una recesión relevante. El catastrofismo de De Guindos diciendo que la economía caería un 30 por ciento es una mentira. Ucrania en guerra civil y con muertos cayó un 15, por ejemplo”.

El catastrofismo de De Guindos diciendo que la economía caería un 30 por ciento es una mentira – Aleix Sarri

Sigue diciendo que “todos los bancos tendrán acceso al BCE que seguiría circulando con el euro. Pase lo que pase, estarán aquí y el crédito continuará. Es imposible hacer corralito en Catalunya ya que provocaría una catástrofe económica a España porque las entidades bancarias son las mismas. Se tiene que vigilar mucho con lo que se afirma, las cosas no son tan fáciles. Además, acabaría repercutiendo en la UE y se buscarían soluciones que beneficien a unos y a otros”.

El politólogo Nacho Martín pone sobre la palestra un dato, por lo menos, para tener en cuenta. “En España, el hecho de que los depósitos estén garantizados hasta 100.000 € por el Banco de España y luego por el BCE, no es menor. Si eres un depositante catalán y quieres que tengan una garantía, actualmente, bajo la tutela de España, están asegurados”.

“Si eres un depositante catalán y quieres que tus depósitos tengan una garantía actualmente, bajo la tutela de España, están asegurados” – Nacho Martín

Ferran, me explica que “si bancos como Bankia se van, el fondo de garantías de depósitos también se asumiría en la Generalitat, igual que en España. Que se vayan, no significa perder el dinero. Oiremos hablar del corralito y demás, pero no creo que pase. Es parte de este proceso que unos y otros digan que va a ser un desastre y una maravilla, forma parte de la guerra psicológica. Es bastante previsible. En todos los procesos de independencia ocurre que el día de antes todo se hunde y al día siguiente sale el sol. No conozco ningún país que se haya independizado que dé media vuelta”.

Puigdemont y Junqueras en una protesta independentista junto a ciudadanos anónimos en Plaza Sant Jaume, Barcelona, el 2 de octubre. REUTERS/Juan Medina

Funcionarios, pensiones, autónomos y PYMES

Los funcionarios estatales pasarán a la Generalitat, si así lo quieren, claro. En las pensiones hay división de opiniones. Por un lado se sabe, como bien me cuenta Ferran, que “el saldo de pensiones en Catalunya es positivo en la actualidad porque no hay tantas clases pasivas por pirámide de edad. En Galicia, por ejemplo, la población está más envejecida. No se sabe si las pensiones serán más altas o no porque dependerá de quien gobierne”.

¿Pero qué pasará con mi pensión o con mis años de cotización?, le pregunto a Ferran. “Las pensiones que han cotizado en España, es el gobierno español quien tiene que seguir pagándolas porque se cotizó allí durante su vida laboral, como pasa si tributas 10 años en Alemania. Habría que llegar a un acuerdo. Y si a las bravas España no paga las pensiones un solo mes, estaría reconociendo a Catalunya como un estado independiente”.

“Las pensiones que han cotizado en España, es el gobierno español quien tiene que seguir pagándolas porque se cotizó allí durante su vida laboral, como pasa si cotizas 10 años en Alemania. Habría que llegar a un acuerdo” – Ferran

Pero no es menos importante lo que alerta Nacho, que “en caso de un desbordamiento legal (con la DUI), no puedes saltarte el muro y después volver para lo que te interese. No puedes pedir el amparo de España para las pensiones si la ruptura es unilateral e ilegal, no se puede pretender preservar la lógica constitucional según te convenga porque las pensiones son un contrato social entre los españoles de hoy y los españoles de mañana. Si se rompe o se vuela por los aires la Constitución con la DUI, resulta discutible querer ampararse bajo ese pacto. No se puede escoger”.

“No puedes pedir el amparo de España para las pensiones si la ruptura es unilateral e ilegal” – Nacho

Para las Pymes “dependería del status que tuviera Catalunya para exportar e importar, y eso lo tendría que decidir el Parlament. Pasa lo mismo con los autónomos. La ley de Transitoriedad no dice nada, se mantiene el marco español hasta que el nuevo Parlament decidiera cambiar la ley o dejarla. Dice ‘si no se contemple aquí, prevalencen las leyes catalanas, españolas o europeas’, luego habrá cambios en función de UE, los impuestos directos o indirectos, la fiscalidad de tabaco, alcohol, si gravan o no los depósitos bancarios. Volvemos a lo mismo. Si tiene mayoría absoluta la CUP o la PDeCat pasará una cosa u otra”.

Para algunos la Catalunya independiente sería la Dinamarca del sur de Europa. Imagen vía Pixabay

Catalunya como un país nórdico

“Se dice que Catalunya sería la Dinamarca del sur, con el estado de bienestar por bandera”, me dice Iván. “Nos hablan de diferentes modelos, como el nórdico, aunque no es transportable porque el papel del mercado, del Estado y de la ciudadanía son diferentes. En los nórdicos, el Estado es el gestor que concede los derechos, es la base de modelo. La ciudadanía tiene acceso a prestaciones sociales de todo tipo. Esto deriva de un modelo socialdemócrata, donde las arcas públicas tienen muchos recursos porque el 60 por ciento son impuestos y la cartera de servicios sociales aumenta.

“Nos hablan de diferentes modelos, como el nórdico, aunque no es transportable porque el papel del mercado, del Estado y de la ciudadanía son diferentes” – Iván

En los países del sur, en cambio, el Estado es más bien restrictivo. Los derechos están vinculados a la Seguridad Social, a si trabajas o no, y la familia es el gran soporte social. Por ejemplo, cuando quitaron la ley de dependencia, fue la propia familia quien asumió la responsabilidad. Para equipararse a un país nórdico, tendría que haber una revolución cultural, y es muy difícil”.

¿Se vería Telecinco o Antena3?

“Me temo que todos los estados tienen sus propias rutinas y dinámicas comunicativas. No estaríamos desconectados del mundo, pero me cuesta creer que tengamos los canales españoles en nuestra tele. Se primarán unas noticias frente a otras y se generará una comunidad política. En ese sentido no sé si habría una mezcla, pero entiendo que cada Estado genera su cultura periodística y el marco referencial será Catalunya y no España ni Portugal. No sé si es pesimista, pero creo que se tendrá la necesidad de construir el espacio comunicativo catalán”. Es la opinión de Iván. Otra cosa es que debido a internet se consiga o no.

La nacionalidad catalana y/o española

Una separación pactada no deja lugar a dudas: los catalanes conservarían ambas nacionalidades. Otra cosa es si la ruptura es abrupta. Nacho piensa que “si rompemos con la Constitución, tampoco podremos reclamar la nacionalidad española porque está amparada bajo la legislación que la DUI quiebra. A su vez, imagina lo que supondría si te dan a escoger ser español y no catalán o catalán y no español. El gobierno español podría garantizar tu pensión si renuncias a la nacionalidad catalana y cumples con la Constitución del 78”. Espero que no se llegue a ese punto porque es un arma política demasiado peligrosa donde se castiga o premia al ciudadano con sus años de trabajo.

“El gobierno español podría garantizar tu pensión si renuncias a la nacionalidad catalana y cumples con la Constitución del 78. Espero que no se llegue a ese punto porque es un arma política demasiado peligrosa” – Nacho

Iván espera que no se abran las puertas y que se apliquen medidas de convivencia, que es lo que falta en la actualidad. “Estamos fracturando la sociedad con la polaridad en una situación parecida a la del País Vasco (en los tiempos de ETA). No nos podemos permitir esa tensión social. Tenemos que hacer un ejercicio colectivo de despolitización de la vida púbica porque necesitamos convivir, además de que irte a Madrid con 40 años es muy complicado”.

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Hemos repasado un posible escenario lleno de incertidumbre. Una cosa queda clara: la DUI por las malas conllevaría represalias en los primeros años de independencia que acabaríamos pagando los de siempre: la ciudadanía. ¿Entrará un mediador, español o europeo, y se pondrá a hacer política de una vez por todas? Igual no satisface a algunos votantes, pero nunca llueve al gusto de todos, pese a quien le pese.