Rodrigo Prieto, el cinefotógrafo mexicano que debes conocer antes de seguir faroleando de cine

Cuando escuchamos o leemos reseñas de películas muchas veces oímos la frase “tiene una excelente fotografía” y no tenemos ni la más mínima idea de a qué se refieren con eso. De hecho, es una frase que se utiliza muy seguido, porque los críticos la usan casi como comodín cuando no saben qué más decir, porque una “excelente fotografía” puede ser mucho más complejo que eso y tiene muchos significados detrás.

Así que empecemos por entender quién demonios es el director de fotografía en una película y qué hace. Básicamente, es el responsable de todo lo que tenga que ver con las decisiones de cámara. “La luz es un cofre del tesoro, tiene posibilidades infinitas” decía Sven Nykvist, y es cierto, a partir de la luz es que podemos ver el mundo, y para hacer cine debemos meter ese mundo en una pantalla y darle cierto significado. Un cinefotógrafo no es un camarógrafo; no consiste sólo en el registro físico y plano de un evento, sino que es un proceso creativo e interpretativo que combina la capacidad artística con las habilidades técnicas. La chamba del fotógrafo trabajar en conjunto con el director para decidir cómo se va a contar la historia. Las opciones son infinitas y hay gran cantidad de combinaciones posibles entre todos los factores: emplazamiento de cámara, textura, contraste, lente, ángulo, todo combinado para decirte algo con una imagen.

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Si aún les queda duda, aquí pueden ver la lista completa de las responsabilidades de un cinefotógrafo según la ASC (American Society of Cinematographers) para que vean lo que una “excelente fotografía” significa realmente.

Ahora que Emmanuel Lubezki es el favorito de los Óscares, se puso muy de moda el oficio del cinefotógrafo y se le ha empezado a dar más atención a estos genios que solían pasar desapercibidos. Aunque realmente desde hace años tenemos grandes exponentes mexicanos de la fotografía en el cine. Gabriel Figueroa fue el director de fotografía más importante del cine de oro mexicano, y se le han hecho reconocimientos y homenajes a nivel mundial; sin embargo, muy pocos lo conocemos en México. Uno de mis favoritos es Rodrigo Prieto, durante el arranque de su carrera desafió a la industria y le dio un giro a la manera de hacer cine en México, lo que le valió el éxito y reconocimiento a nivel internacional. En el pasado festival de cine de Los Cabos se le rindió un homenaje a Prieto y a su arduo trabajo en el cine mundial.


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El director de fotografía tiene un reto importante ya que debe que trabajar con muchos directores diferentes y adaptarse a la visión y manera de trabajo de cada uno. Prieto ha trabajado con importantes personajes como Oliver Stone en Comandante y Alexander, Alejandro González Iñárritu en Amores Perros, 21 gramos, Babel y Biutiful, Pedro Almodóvar en Los Abrazos Rotos, Ben Affleck en Argo, Tommy Lee Jones en The Homesman y Martin Scorsese en El Lobo de Wall Street y el próximo estreno Silence. Con cada uno de estos directores ha tenido que hacer equipo y trabajar en conjunto. La clave para ser un buen fotógrafo es ser esclavo del guión, y plasmar lo que la historia necesita. Si te gusta más la foto que la historia de una película es que ni el fotógrafo ni el director hicieron bien su trabajo. Alguna vez Prieto comentaba : “No creo que la buena fotografía tenga que ser necesariamente bella. No creo que se trate de eso. Las imágenes deberían ser lo que emociona y lo que contribuye a narrar una historia”.

Rodrigo Prieto empezó a trabajar en la década de los ochentas, le tocó vivir la crisis del cine mexicano de principios de los noventa donde casi no se producía nada hasta que en el 2000 trabajó junto con Iñárritu en la película Amores Perros, misma que marcó un antes y un después en la historia de la cinematografía mexicana por su atrevida forma de contar historias. Fue un éxito a nivel mundial y ayudó a que despegaran las carreras de Iñárritu y de Gael García; fue gracias a esta película que el cine mexicano finalmente pudo salir del bache en el que se encontraba y se empezaron a producir muchas más películas en México con financiamientos nacionales e internacionales. Amores Perros desafía todo lo que se estaba haciendo en la época en todos los sentidos, Rodrigo cuenta que cuando hicieron la propuesta fotográfica los productores dudaban en aceptarla porque decían que se iba a ver de poca calidad por la textura que querían conseguir, con mucho grano. Al final lograron convencerlos de que eso era lo que necesitaban para darle mayor fuerza a la imagen y hoy en día es una de las películas más importantes del cine mexicano.

En el 2013 se estrenó la película El lobo de Wall Street, dirigida por Martin Scorsese y fotografiada por Rodrigo Prieto. ¿Qué haces cuando uno de los directores más importantes de la historia te llama para fotografiar su película? Un día estás tranquilamente estudiando en el CCC y casi 20 años después, boom, te llama Martin Scorsese para que fotografíes su película. Rodrigo dice que pensaba que era una broma, hasta que la oportunidad se consolidó y terminaron trabajando juntos. Es una película compleja ya que tiene un arco de personajes muy amplio, seguimos todo el proceso de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio) desde que empieza a trabajar en Wall Street hasta la cúspide de su carrera y luego el declive total. Rodrigo sigue visualmente la trayectoria emocional de Belfort y de los personajes que lo rodean.

Prieto se atrevió a romper con los cánones de lo establecido, fotografiaba ángulos que la gente no estaba acostumbrada a ver. No se conformó con hacer que el plano se viera bonito sino que buscaba generar reacciones con cada toma, y de ahí viene su éxito. En el cine, los límites de la realidad los pones tú mismo y se pueden expandir hasta donde el inventivo de cada artista decida. Raoul Coutard decía que “al ser responsable de la cámara eres el primer espectador” de la película, y de ti depende cómo la verán los cientos, miles o millones de espectadores en la sala. No es poca cosa. Prieto se ha arriesgado a hacer lo que la película necesite aunque a veces no sea técnicamente correcto, en ocasiones demasiada luz o mucho grano es lo que la historia pide.

En 2013, Prieto estrenó en línea su cortometraje Likeness, protagonizado por Elle Fanning, es una de sus primeras incursiones como escritor y director en el cine. El corto es un ensayo visual sobre las apariencias y la falsa pertenencia social, aborda el problema de los desórdenes alimenticios y de la jaula en la que las demandas de ciertos círculos sociales te pueden atrapar. El trabajo fotográfico combina planos largos y fluidos, que nos llevan a recorrer toda la casa en secuencias perfectamente orquestadas, con planos a detalle de rostros, uñas, cuerpos que nos acercan a las sensaciones de cada personaje.