En España solo hay cuatro psicólogos clínicos por cada 100 000 habitantes trabajando en la sanidad pública. En Europa hay 18, casi cinco veces más. Se calcula que para que el servicio de salud mental universal fuera mínimamente digno se necesitarían 7200 psicólogos en nuestro país, a fin de evitar que, como expuso el médico y diputado del PSOE en la Asamblea de Madrid, José Manuel Freire, en la comunidad “haya centros de salud mental con una espera insoportable que se aproxima a un año”.
De cara a las elecciones del pasado 28 de abril, la Fundación Española de la Psiquiatría, la Sociedad Española de Psiquiatría y la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica solicitaron a los partidos políticos que desarrollaran de manera inmediata las legislaciones y políticas necesarias concretas encaminadas a la atención de personas con enfermedades mentales. Entre sus ruegos estaba el de garantizar la equidad en asistencia y acceso a la innovación para estos pacientes, lograr que el tiempo de espera para recibir atención no fuera superior a 8 semanas o que todos tuviéramos, en caso de ser necesario, acceso seguro y rápido a una atención especializada urgente 24 horas al día 7 días a la semana.
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Pero parece que ni esto ni datos como que en nuestro país haya un suicidio cada dos horas y media —con una media de 10 al día— o que recientemente la OMS situara a España como el cuarto país europeo con más casos de depresión ha hecho que algunos grupos políticos reflexionen y actúen para que se cumpla el artículo 43 de nuestra Constitución, que garantiza nuestro derecho a la protección sanitaria, que obviamente englobaría (o debería englobar) la salud mental.
Un derecho que se ve atravesado, tangencialmente, por políticas relativas al feminismo como la protección de las víctimas de violencia machista en todas sus formas, por la manera en que se distribuye el dinero público —ayudas, leyes de dependencia, inversión en sanidad y educación, etc.— o por las medidas que se plantean —o no— respecto a adicciones y dependencias con y sin sustancia, como las ludopatía. Pero solo unos pocos partidos mencionan explícita y profundamente en sus programas.
Estas son las propuestas de las principales formaciones políticas relacionadas de manera específica con la salud mental, según sus últimos programas políticos.
UNIDAS PODEMOS
En su programa para el 10N, con el subtítulo “Las razones siguen intactas”, Unidas Podemos recoge 289 puntos entre los cuales aparece mencionada específicamente la salud mental. La propuesta más concreta del partido morado al respecto, recogida en el punto 223 habla de tomarla en serio y explica que “nuestro sistema ha desatendido casi por completo la salud mental y ha trasladado la responsabilidad de la atención y la prevención a las familias y personas allegadas. Es el momento de construir un verdadero sistema de atención a la salud mental con financiación suficiente, tal como diseñamos en nuestra proposición de ley en el Congreso, con un enfoque de género y derechos humanos, y y con un protocolo especial para prevenir el suicidio entre los y las pacientes”.
La propuesta de ley a la que hacen referencia es la primera Ley Integral de Salud Mental que, en caso de sacarse adelante, sería la primera Ley de carácter estatal relativa a la salud mental en toda nuestra historia, registrada por UP en febrero de este año.
MÁS PAÍS
El partido de Íñigo Errejón le dedica, como Unidas Podemos, un apartado específico a la salud mental en su programa. En su apartado dedicado a un país más saludable la formación habla, en primer lugar, de revisar el RD 1030/2006 del 15 de septiembre por el que se establece la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud, para la inclusión de, entre otros servicios, la rehabilitación a nivel cognitivo, conductual y emocional.
Más adelante, bajo el epígrafe “La salud mental a la cabeza”, el partido recoge su propuesta concreta respecto al estado de la cuestión en la sanidad pública en España. “Se reelaborará la Estrategia en Salud Mental del SNS sin actualizar desde el año 2006, para mejorar y reforzar los recursos psicoterapéuticos y la inclusión sociolaboral plena, con garantía a los derechos humanos y la lucha contra el estigma. Se incluirá un Plan Nacional de Prevención del Suicidio así como la atención integral a la drogodependencia y otras adicciones sin sustancias en especial el juego on-line entre los jóvenes. También se potenciará la atención a la Salud Mental Infanto-Juvenil, promoviendo el reconocimiento y formación de especialistas multidisciplinares en esta área”.
PSOE
El punto 2.31 del programa del PSOE de cara al 10N lleva por título “Medidas de protección de la salud comunitaria, también la mental”. En él se recogen sus propuestas relativas al asunto: “Elaboración de una nueva Estrategia Nacional de Salud Mental, con perspectiva de género y con refuerzo de los servicios de salud mental infanto-juvenil, edad a la que debutan la mitad de los problemas de salud mental de la población. Permitirá la modernización de la red y su diversificación según necesidades, desde una visión integral”.
Además, le dedican un apartado al suicidio, que habla de “poner en marcha un plan para la prevención integral del suicidio y el abordaje de la conducta suicida”.
CIUDADANOS
En el punto número 72 de su programa, dentro del apartado “Cuidar y mejorar nuestra salud pública”, el partido naranja propone incorporar “los servicios de psicología en la Atención Primaria de toda España”, así como elaborar “un Plan Nacional de Prevención del Suicidio para hacer frente a este fenómeno que ya constituye la primera causa de muerte no natural en nuestro país”.
PARTIDO POPULAR
El Partido Popular, por su parte, pasa de puntillas por la cuestión de la salud mental en su programa. La única alusión explícita al tema se encuentra en el punto 176 de sus medidas programáticas. “Diseñaremos planes de asistencia integral para enfermedades de mayor prevalencia (cáncer, cardiopatías, neurodegenerativas, salud mental), de forma que los pacientes y sus familias tengan acceso a los recursos sanitarios y sociales que precisen”.
VOX
En las 100 medidas para la España Viva de Vox la salud mental ni está ni probablemente se la espera mencionada en ninguno de los puntos. Sí que lo está la supresión de la sanidad pública de lo que consideran “intervenciones quirúrgicas ajenas a la salud”, como el cambio de género o el aborto, contempladas en el punto número 56, que podríamos relacionar casi de manera directa con la salud mental de quienes se vieran privados de ellas.
Sigue a Ana Iris Simón en @anairissimon.
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