Música

‘Sex Education’ equilibra la trama y el soundtrack de forma magistral

serial SexEducation Netflix

Artículo publicado originalmente por Noisey UK.

La primera vez que escuché sobre sexo fue a través de un compañero de escuela que se llamaba John. El himno perenne “Sex on the beach” acababa de salir y, probablemente para provocar a los maestros, John no dejaba de cantarlo. Como “Blue (Da Ba Dee”) y “Boom, Boom, Boom, Boom!!” y las otras canciones de eurodance de finales de los 90, el track estaba en todas partes. En la radio, en los clubes y —lo más importante en este caso— en el aula y el patio de recreo.

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Estaba familiarizado con la playa y también sabía que “Sex on the beach” sonaba como una fiesta, no tan diferente de las canciones inocentes que se escuchaban en las tardeadas de mi primaria. Pero no sabía qué era el sexo. “Entonces, ¿qué es eso”, le pregunté. “¿No te han dicho nada tus papás?” (Um, no, ¡¿porque tengo siete años?!). “Bueno…”, me explicó John, “es donde pones tu pipí en la vagina de una chica y…” Ninguno de los dos estaba seguro exactamente qué pasaba después, por eso los puntos suspensivos, pero creo que entendí algo. Y así fue como esa canción de T’Spoon me dio la introducción al sexo.

Años más tarde, en las clases de educación personal, social y de salud, (PSHE, por sus siglas en inglés), aprendí más. Mira un diagrama del sistema reproductor femenino. Aquí están los espermatozoides. Esto es un plátano y un condón (que guardé y inflé hasta formar un globo). Una televisión, especialmente llevada para la ocasión, nos habló sobre las diversas enfermedades de transmisión sexual y los lugares donde el vello podría comenzar a crecer en tu cuerpo. Supongo que fue útil. Pero para ser honesto, la lección carecía por completo de matices específicos y variados que provienen no solo de tener relaciones sexuales, sino de ser sexualmente activos y estar interesados en otras personas (especialmente si son del mismo género) y en la gran cantidad de temas relacionados al sexo (traumas, errores, confusión) que definen terriblemente tus años adolescentes y el principio de tus años veinte.

Sex Education 2019 TV show
Jackson y Maeve en ‘Sex Education’

Aquí es donde entra en juego Sex Education. En lugar de aprender acerca de las trompas de Falopio y los meros hechos biológicos, te hablan sobre temas verdaderos. Disfunción eréctil; sentirse mortificado por hacerle una mamada de manera incorrecta a alguien; abordar el sexo entre personas del mismo género; el porno de venganza; ser virgen. La serie, protagonizada por Gillian Anderson como una terapeuta sexual, lo tiene todo. Al igual que Skins, con su reparto diverso y sus referencias explícitas a las drogas y el sexo, se siente como una representación precisa, si no necesaria, de lo que se siente ser joven y crecer en Gran Bretaña (y también en otros lugares, gracias a su ubicación no esclarecida). Excepto que la trama de Sex Education ocurre en la actualidad y se preocupa menos por las drogas y más por las relaciones sexuales entre las personas (o la falta de ellas).

Mucho se ha dicho sobre la ubicación de la serie, que es: a) jodidamente hermosa (¡miren esta casa!); y b) “tan británica como un baile de graduación de la preparatoria”, con chaquetas universitarias y elementos similares. Ok, esto es cierto, ¿pero y qué? Los temas tratados en Sex Education no son específicos de una sola ubicación, país o persona. Es lo que hace que el show resuene. La ubicación no esclarecida —que es mitad estadounidense, mitad británica y mitad lo que sea— enfatiza que es esencial para los adolescentes de todo el mundo entender estos temas relacionados con el sexo (aquellos que no eran discutidos anteriormente fuera del ámbito de los foros en línea, chats, patios de recreo, o peor, chismes). Luego, para colmo, está la música: una mezcla de sonidos de los 80 y un montón de Ezra Furman.

El compositor estadounidense escribió una serie de nuevas canciones para la serie que, si no conocen a Ezra, se sienten particularmente pertinentes. Ezra prefiere los pronombres “él”, “ella” y “ellos” , es decir, los adolescentes que escuchan la banda sonora y profundizan más podrían aprender más sobre temas relacionados con la identidad y el sexo, algo que nunca antes se había enseñado en la educación sexual literal. También hay canciones del famoso ícono gay Beth Ditto y la banda Bikini Kill. Estos últimos son la banda favorita del personaje principal, Maeve (ella escucha “Rebel Girl” cuando se viste; posee un póster de la banda). Ella también se encuentra en medio de un triángulo amoroso que (¡sin spoilers!) proporciona una visión más que amplia de cómo los hombres deberían acercarse a las mujeres con respecto a los videojuegos.

La inclusión de la música de los 80 también es particularmente importante, lo que le da a la serie un sentido de nostalgia, pero quizás también una accesibilidad para una generación mayor. Escucharán el clásico interminable de The The, “Uncertain Smile”. Hay tracks de Psychedelic Furs, Talking Heads, a-Ha. Luego, en una escena en particular, la canción de Smiths “Asleep” , tan bien colocada, te recordará el malhumorado brillo de la banda de los 80. Escuchar esa canción en ese momento específico me conmovió hasta las lágrimas, aumentando la emoción de la escena, logrando la fusión perfecta entre la canción y la escena a la que apunta toda banda sonora.

No toda la banda sonora es música vieja ni Ezra Furman. “Bad Vibe” de M.O, Lotto Boyzz y Mr Eazi es la banda sonora de una fiesta casera especialmente ruidosa, que lleva el programa de televisión al presente (aunque para ser justos, este es el único ejemplo de música nueva en el programa que no ha sido escrita por Ezra Furman). Sin embargo, dicho esto, Sex Education es completamente moderno. Quizá se convierta, —con la inclusión de la música de los 80 y en virtud de estar en Netflix (a partir del 17 de enero de 2019 ha sido visto 40 millones de veces) y, en general, al ser un buen programa de televisión— en la educación sexual que debió haber tenido la generación anterior y que ahora puede transmitir a sus hijos. En cuanto a los que están creciendo, es una pieza crucial de la televisión que se complementa con una banda sonora perfecta: una que es un punto de entrada ideal para el mundo de la música.

Aunque no es probable que John y yo hubiéramos visto Sex Education en la escuela primaria, es cierto que un programa como este impactará las vidas de los adolescentes que se encuentran en la edad en que reciben una educación deficiente sobre la compleja arquitectura de las relaciones sexuales. La banda sonora no es el único motivo para ver la serie; tampoco aporta nada nuevo a los mensajes incluidos en cada episodio. Así no es como funciona la música y la televisión; no aprendes los detalles de la mafia al escuchar las canciones en The Sopranos (incluso esta, hecha por el tipo que interpreta a Silvio ). Pero la combinación de una banda sonora bien curada y un contenido televisivo innovador la convierten en una experiencia de aprendizaje cautivadora. En este caso, y a pesar de su clasificación para mayores de 18 años, tal vez el impacto de Sex Education sea suficiente para llevar lecciones similares a las aulas escolares, incluso si se enseñan sin música.

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