Intentamos ser saludables. En serio.
Pero no podemos con la idea de comer alimentos verdes simplones. Nuestras papilas gustativas ansían los sabores inmundos y profundos que el solo el azúcar, la sal y la grasa pueden proveernos.
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Por eso acudimos a Amanda Cohen y visitamos su restaurante de vegetales (no se te ocurra llamarlo “vegetariano”, por favor), Dirt Candy en Manhattan, Nueva York. Amanda nos guió en la transformación de un vegetal aburrido al más delicioso aperitivo frito y saludable, algo que no creímos posible.
¿Su sugerencia? Fortificar la masa con vodka, pero recuerda usar el vodka más barato que encuentres, ese que reservas para las visitas no deseadas —no queremos que te emborraches mientras cocinas tus hermosos vegetales, solo estamos buscando que la masa se mantenga lo más crujiente posible—.
Después revuelcas tus crujientes bocados en una exquisita salsa con aceite de ajonjolí, gochujang (pasta de chile coreano), salsa de soya (¡unami!) ajo y jengibre.
¿El resultado final? Piensa en el tempura japonés, pero agrega más crujientez y un ligero sabor agridulce. Y, si quieres elevar tu experiencia y ser un gurú de los vegetales, sigue el consejo de Amanda y ahuma el brócoli antes de pasarlo al glorioso deep frying.
Después puedes tirarte en el sillón, ver tu serie favorita y comer tu brócoli frito sabiendo que estás ingiriendo una comida relativamente saludable. (Cohen dice que freír algo es casi tan bueno para ti como saltearlo en aceite.)
Cuando acabes con el brócoli, fríe una barra de chocolate y repite esta frase: “vete al diablo, comida saludable aburrida”. Buen provecho, querido lector.