En el salón de belleza socialista

Un grupo de niñas de tres a cinco años en biquini y sandalias practican poses sexys en la academia de belleza Gisselle. Vice: ¿En qué se diferencia esta historia de las incontables historias sobre “desfiles de belleza con chicas muy, muy jóvenes” que hemos oído un millón de veces?
Karin Ananiassen:

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Financial Times Ben Speck: Cuando llegamos conocimos por casualidad a un hombre que sabía los nombres de las participantes en todas las grandes competiciones de los últimos años. También conocía un montón de detalles, incluyendo la forma de los ojos. Nos dimos cuenta de que en Venezuela todo el mundo sabe esas cosas. Si hay un gran concurso de belleza en marcha, todo el país lo sigue por televisión. Es su equivalente de una Champions League de fútbol.
Karin:
Ben: ¿Es la gente especialmente hermosa en Venezuela?
Ben:
Karin: Algunas de las niñas más jóvenes empiezan a perder la concentración, unas cuantas parecen haber olvidado por qué están ahí. Aún faltan varias horas hasta que termine su clase del sábado. ¿Comparten el ideal de belleza occidental? El de la delgadez, por ejemplo.
Ben:
Karin: ¿Aporta riqueza al país la industria de la belleza?
Karin:
Ben: ¿Cuánto cuesta la instrucción en una de estas academias?
Karin:
¿Qué hay de esas fotos de niñas pequeñas en biquini? ¿No os resultaron siniestras de hacer?
Karin:
Joder.
Ben:
Se sabe que Venezuela es un centro neurálgico del comercio con seres humanos. ¿Creéis que los desfiles de belleza pueden estar conectados de algún modo con el negocio del sexo?
Karin:
Ben: Karin: Para ver más trabajos de Ben Speck y Karin Ananiassen, visitad anecdotephotos.com Las cuatro juezas del certamen Miss Lara en primera fila son todas famosas dentro de la escena venezolana de la belleza. Las participantes del Miss Lara son estudiantes universitarias de leyes, medicina o ingeniería. El premio es una beca de 25.000 bolívares (4.371 euros) hasta que se saquen el graduado. La chica de la izquierda con aspecto de sentirse fuera de lugar estaba allí acompañando a su prima, sentada al lado, quien trató de convencerla de que también ella se presentara al casting. Nos pareció refrescante encontrar alguien con sentido de la individualidad. Deseamos en secreto que declinara la propuesta. Su valentía nos dejó impresionados. Esta grupo de chicas empieza el día con una hora de clase de maquillaje, aprendiendo cosas como aplicarse bien la crema base. Reciben instrucción en postura, maquillaje, desfile en pasarela, dicción y etiqueta. En Gisselle hay salas específicas para cada una de las clases. A las estudiantes se les anima a someter a sus rivales a un cuidadoso escrutinio, tanto en clase como en la vida diaria. En Barquisimeto, un grupo de chicas bulliciosas se preparan para actuar ante las cámaras de TV. Se han escogido 12 chicas de entre 150 para competir por el título de Miss Lara. Una clase de pasarela para alumnas un poco más crecidas. Aquí aprenden cómo caminar correctamente con distintos tipos de vestidos y a hacer coreografías. En el casting para Miss Teen se requería llevar biquini. Los jueces eran un grupo de veinteañeros que llamaban a las chicas una por una y sacaban fotos con sus BlackBerrys. En los castings se les dice a las chicas cuántos kilos necesitan perder y en qué zonas. Eso no significa que no vayan a ser elegidas, sólo es algo que tienen que corregir. Las chicas sosteniendo sus deberes, consistentes en buscar y traer a clase la imagen de una mujer famosa que encontraran inspiradora. Las rubias de pechos voluminosos ocupaban el puesto más alto de la lista. Al cabo de varias horas de clases en una sala abarrotada las chicas parecían aburridas y cansadas, pero todas nos aseguraron que estar en la academia de belleza era algo genial. Apenas había fotos de mujeres de piel oscura entre las galerías de “ganadoras” que decoraban las paredes de la academia, a pesar de que un elevado tanto por ciento de las chicas que vimos por la calle eran de piel oscura. La sobrina de la propietaria de Gisselle, de unos veintipico años, pasa prácticamente todo el día en esta deslucida sala enseñando a las niñas a desfilar en la pasarela.

FOTOS DE BEN SPECK Y KARIN ANANIASSEN