El 19 de agosto se estrena una nueva película de Star Trek y pocos dudan de que las explosiones y los reflejos de lente de J. J. Abrams llenarán las salas y los bolsillos de la productora. Sin embargo, muchos fans de toda la vida anhelan un cambio de rumbo, un Star Trek más cercano a esa mezcla de ciencia y filosofía que caracterizaban a la serie original.
Pero no todo está perdido: Jürgen Kaiser es un cineasta bávaro de 35 años que ha dedicado siete de ellos a producir una película de Star Trek en stop motion. La cinta, de una hora de duración y titulada Star Trek Enterprise II: The Beginning of the End, retoma la acción donde la dejó la tercera temporada de Star Trek: Enterprise, con Scott Bakula, que en esta versión está representado por un muñeco acompañado por otros favoritos de los fans, como T’Pol y Tip Tucker.
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El resultado es espectacular. En su producción, Jürgen no solo logra capturar la esencia de la saga, sino que nos obsequia con gran profusión de detalles que hacen que su película esté a la altura de la serie original. Comprobadlo vosotros mismos:
Pero no fue una producción barata. En una entrevista para el Main-Post, Jürgen aseguró que el proyecto le costó lo mismo que un coche pequeño, todo financiado de su bolsillo. Ni siquiera aceptó donaciones por miedo a que los titulares de los derechos de propiedad intelectual de Star Trek le retiraran su obra de YouTube.
Su relato sobre la creación de la película está repleto de esos pequeños detalles numéricos que tanto gustan a los amantes de la saga, como que tardó 220 días en hacer la grabación, para la que creó un guion de 53 páginas y utilizó figuras de 16 centímetros de altura. Para lograr la fluidez de movimientos que se aprecia en la cinta, Jürgen utilizó una cámara SLR, con la que hacía capturas de hasta 30 cuadros cuidadosamente planificados para producir un segundo de grabación. Pese a que para el proyecto contó con la ayuda de actores de doblaje, un compositor y un profesional de la animación 3D para las escenas del espacio, durante más de un año Jürgen estuvo solo preparando los escenarios para la producción final.
El argumento también es interesante, con apariciones de invitados del futuro y figuras de acción de Terminator en el papel de antagonistas alienígenas. Todos los diálogos están en alemán, pero Jürgen ha incluido subtítulos en inglés realizados con el mismo grado de profesionalidad que el resto de la película. Aunque admito que no pude evitar sonreír cuando vi aparecer los muñecos de Terminator, Jürgen insiste en que se esmeró mucho en los detalles para que su proyecto no cayera en la frivolidad.
“Para mí es importante que nos tomen en serio”, dijo en la entrevista con el Main-Post. “Esto no es una parodia, sino una película seria”.
Lo más curioso de todo es que Jürgen ni siquiera se considera un “verdadero fan” de Star Trek. Según cuenta, vio la serie Enterprise, le gustó y se quedó con ganas de más al saber que se había suspendido la producción. Tampoco parece haber acabado quemado de realizar películas en stop motion, puesto que ya está metido de lleno en un proyecto para hacer una versión de Cazafantasmas.
Traducción por Mario Abad.