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‘Supergirl’ y la importancia del héroe clásico

Los héroes clásicos pasaron de moda. Ahora parece que nuestros superhéroes favoritos tienen que ser oscuros y deben mantenerse en dilemas morales que nos cuestionen su bondad y sus intenciones. Son violentos, trágicos y algunos incluso sufren de adicciones por drogas o alcohol. Son antihéroes. Ya no nos sirven los personajes buenos buenos, de una sola cara, viviendo con mamá y papá y, claro, con los calzoncillos encima del resto de sus trajes.

Pero, parafraseando a The Dark Knight, tal vez no son los héroes que merecemos, pero sí son los que necesitamos.

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En un clima político tan tenso como el que vivimos actualmente, con ataques violentos en todas partes del mundo, y con una reciente revelación de depredadores sexuales a lo largo y ancho de los Estados Unidos (y del resto del planeta, en realidad), es importante tener a una heroína —no antiheroína— que represente la bondad, la justicia y el empoderamiento femenino en clave positiva. Y eso es precisamente lo que ha logrado Supergirl.


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El icónico personaje —interpretado desde 2015 por Melissa Benoist en la serie Supergirl, de Warner Channel— se ha caracterizado por transmitir un mensaje de esperanza, juventud y fraternidad desde sus inicios. Creada por el guionista Otto Binder y el dibujante Al Plastino, Supergirl hizo su primera aparición en las páginas de DC Comics en mayo de 1959. Su nombre, originario del planeta Kriptón, es Kara Zor-El y resulta ser la prima de Kal-El, más conocido como Clark Kent, y más conocido como Superman.

En esta versión, la de la serie, Kara también viene de Kriptón, tiene 24 años y es adoptada por la familia Danvers. Aunque no vemos mucho de los padres, la relación entre Kara y su hermana adoptiva, Alex, es un punto clave de la serie. La protagonista, además trabaja como asistente —y luego periodista— de un medio digital llamado CatCo donde conoce a Cat Grant, su jefa, a James Olsen, que es amigo de Superman, y a Winn Schott, Jr, quien en el desarrollo de la trama se convierte en su mejor amigo.

La serie se mantiene positiva y alegre, pero esto no significa que no haya conflicto en ella. Uno de los arcos más importantes en el show ha sido el de Alex, la hermana de Kara. Poco a poco, y ya entrada en la adultez, Alex descubre que es lesbiana y su salida del closet, según este otro artículo de VICE, es una de las exploraciones más realistas de este acto. No se muestra lineal, ni como una sucesión de eventos que pudiera resolverse en un par de capítulos, y le da un toque distintivo al presentar este autodescubrimiento en la adultez —y no en la adolescencia, como solemos ver con frecuencia.

Sin embargo, a lo largo de la temporada, vemos cómo Alex se va encontrando y es refrescante ver que los guionistas de la serie evitan la trama ya tan trillada de los personajes gays con vidas deprimentes. La hermana de Kara, que además trabaja para una agencia secreta de operaciones extranaturales (DEO), logra formar un fuerte lazo con Maggie Sawyer, una detective, y mantienen la relación más armoniosa y saludable del show.

Del mismo modo, la serie también cuenta con la presencia de J’onn J’onzz: un alienígena que decide tomar la forma de un hombre negro (Hank Henshaw) para ocultarse entre los humanos. J’onn es el último de su especie —los marcianos verdes— y en su planeta, su raza fue víctima de prejuicios y ataques racistas hasta quedar extinta. Al llegar a la Tierra, se encuentra una vez más con dichos problemas en la piel de un negro en Estados Unidos. Esto, no obstante, no detiene a J’onn de ser un líder entre sus colegas de la DEO, de acabar con monstruos y supervillanos, y de ser uno de los mejores personajes de la serie.

Y por supuesto, está el personaje de Benoist, la estrella del programa, Supergirl. La heroína logra salvar el día con valor y entrega, mantiene una sonrisa en su rostro y se muestra optimista incluso frente a las adversidades. El papel de Benoist, inocente y dulce, no le impide luchar contra enemigos del doble de su tamaño, ni filmar emocionantes secuencias de acción. Logra personificar el heroísmo clásico, el de Superman en los años treinta. Supergirl hace el bien. Punto.

El tono de la serie, adicionalmente, ayuda mucho a que todo esto se materialice. Gran parte de las escenas se dan a plena luz del día y con sol radiante, contrastando con las tomas oscuras —aunque también muy bien ejecutadas— de Arrow. La música, del mismo modo, es heróica sin ser dramática, y las escenas de acción logran su cometido sin ser sádicas o excesivamente violentas.

Tal vez eso es lo que necesitamos: un receso al constante golpe en la cabeza que recibimos con las noticias trágicas de cada día; un recordatorio de que vale la pena luchar por lo que creemos, aún cuando tengamos las de perder; un símbolo —femenino, ¿por qué no?—, como la “S” en el traje de Kara, de esperanza.

*Supergirl se transmite todos los miércoles a las 8:00 pm en Warner Channel.